Bajar documento - La nueva concepción de la historia

sentir su efecto letal ulterior 1814 ). En la actualidad, la ley tiene expresiones múltiples: en la
compleja articulación entre el segmento humano imperial en crisis (EU, UE, Japón: la “guerra
de divisas” o comercio administrado, entre y de los oligopolios globales en su orden, para
reactivar su “balanza comercial”), en la emergencia de una nueva estructura multipolar
hemisférica (Rusia, China, la India,...: los BRIC, por sus siglas), en la formación ciudadana
(mundana) de la especie y en la consolidación de la forma productiva de la “economía
solidaria” en los anteriores anillos neocoloniales del planeta (América Latina); en amalgama
con la operación de la estructura (el carácter autónomo y autoconducido de la técnica), es
decir, a las espaldas de este proceso, en paralelo se mueve la ley natural de la historia.
América Latina, para el 2011, ya superó el acceso a Internet a EU y la UE; ¿se debe el suceso
a la mejora en sus economías?, o, ¿se trata, mas bien, del efecto propio de la tecnología sobre
las relaciones sociales: la ley de Moore?; se corresponde con la necesidad de hacer negocios
por parte de las empresas vinculadas, contraproducentemente a la competencia, al crecimiento
empresarial extensivo y al cambio en la psicología social.
La fase social (capitalista) de la humanidad, es la forma histórica más apropiada,
eficaz, eficiente y “amigable” –los hechos registran dicha índole-, para producir las
condiciones de conformación ontológica del ser humano postproductivo (“metahumano”,
“sociedad de la inteligencia, del conocimiento, de la espiritualidad”,...), su aporte principal
consiste en llegar a ser el supuesto, de modo que el ser humano pueda realizar sobre él, la
potencia de la propiedad evolutiva más encumbrada y final: la inteligencia. Con el capitalismo
termina la etapa de producción de las condiciones materiales sobre las que se enseñorea el
mundo nuevo: la comunidad humana automatizada, en la que su modo de actuación, en
disposición de esta misma, como marco en el que continúe y se consolide el carácter
progresivo de la esfera del conocimiento objetivo, es la “democovivencia” (la definición de
este término raro es: estructura de integración humana en la que cada ser realiza su vida el uno
al lado del otro sin afectación negativa; la vertebración se logra en el momento en el que cada
uno busca alcanzar un objetivo metahumanamente impuesto espontáneamente confluyente: la
máxima preparación intelectual de carácter realista –algo parecido a la decisión individual,
que toma cada ser en la “sociedad” cuando debe movilizarse para alcanzar el sustento: la
“mano invisible”-; por lo que el ser humano dialécticamente está sometido, pero la parte en la
que reside su libertad, es en el cumplimiento de la tarea con conciencia: la excelencia). Por
tanto, la humanidad, a la fecha, se encuentra casi lista para iniciar la realización de su nueva
proeza: liberada la inteligencia de toda distracción (acumulación, hedonismo, mitologismo,
culturalismo), la mente puede marchar sobre la conquista del plano extremo de su realización
absoluta.
Dicho de otro modo, el “proceso de producción” al pasar a dedicación exclusiva de las
máquinas, substrae de él, la presencia del trabajo humano (detracción de la ley del valor); esta
transformación radical en la historia, suprime las relaciones entre seres humanos en esta
específica esfera; en substancia: la estructura económica, la base de soporte actual del edificio
social, cede y, con ella, la colosal superestructura sobre ella edificada. En la nueva forma de
sociedad (en la “nueva era”), no obstante, persisten ciertas formas de institucionalidad y
organización, de coordinación de las acciones humanas y de gobierno sobre los medios
automatizados de “producción”; en suma: la humanidad se transforma en institución, en
corporación universal. La supresión conjunta de estructura y superestructura, no anula la
ideología en su acepción amplia, no clasista: como concepción elaborada post científica
(filosófica) del mundo, tampoco inhibe a la ciencia (lo cual indica, que las formas de
conciencia social son esferas distintas de la superestructura 1815 ). En lenguaje gramsciano:
1814
El descenso de utilidades con su efecto subsecuente de crisis, no es el factor definitivo de la caída de la
estructura burguesa de la formación humana; como se conoce en círculos de pensamiento marxista
revolucionario, es el agente en cuyo ser se encarnan las determinaciones del porvenir, el que debe actuar y
destruir al sistema; pero, según lo ya hecho por el proletariado, el progreso incesante de las fuerzas productivas
recogen para sí ese papel, y en el cual se subsume la acción de la voluntad.
1815
Gramsci ubica a la ideología (y a la ciencia) en la superestructura; Althusser sitúa en la sobreestructura,
tan sólo a la ideología y no a la ciencia; la persona que borronea estas notas, en cambio, coloca en el nivel
último, superior, en el de la supraestructura: las formas de conciencia social, a la ciencia y a la ideología; es
obvio, dejando de lado, en esa clasificación, el imperativo riguroso científico y metodológico, otorgándose
prelación, mas bien, a la mente y a la forma en cómo ésta capta, procesa y mira el mundo. Para el caso
concreto, del edificio social: base económica, superestructura jurídico-política y formas de conciencia social,
éstas últimas son las que quedan; pero también éstas se pierden en las fronteras del movimiento de la historia:
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