Bajar documento - La nueva concepción de la historia

Ahora bien, por ejemplo, el capitalismo y su clase son responsables de los problemas
ambiéntales y, por su carácter corruptor, de inducir a otros seres humanos a actuar de ese
modo (el consumismo); sin embargo, la parte de responsabilidad en dichos problemas
provenientes de los procesos de desarrollo económico de los países socialistas y de los
socialimperialistas posteriores, también es responsabilidad del capitalismo, pues, este sistema
impuso el peligro de la guerra, la guerra efectiva y las “guerras frías”, así como la
demostración de viabilidad que fue llevado a exhibir el socialismo ante el mundo; por tanto,
de no tenerse en frente a este enemigo criminal, no hubiese habido la necesidad de forzar
procesos e, incluso: de agredir a la naturaleza. Instalado el socialismo en la ex URSS de
Stalin, se abrió la lucha a muerte con el capitalismo; el reto llevó a tomar la decisión de
industrializar la Zona (alimentar a la población), mantener un ejército y armarlo (la
promoción de las industrias productiva y militar: la defensa de la Patria Socialista). No había
opción: entregar las armas y desaparecer en las fauces del capitalismo o prepararse para
medirse con él. Puede decirse que, conocido el desenlace, habría sido mejor someterse; esta
conjetura -ya dada- es plausible en la mente de quienes no perciben dos hechos: 1) que la
traición interna destruyó al socialismo de Stalin mas no el capitalismo de Truman, Churchill o
Hitler; 2) que el socialismo impulsó el proceso de evolución humana a la situación actual, en
la que un capitalismo en crisis, se halla a merced de los movimientos subversivo/mundanos.
Es verdad, que sin la contradicción socialista, el capitalismo hubiese llegado de todas maneras
a la robotización (puesto que pervivían las otras contradicciones: capitalista-obrero,
capitalista-capitalista y las intermonopólicas), pero el socialismo se constituyó en la
contradicción principal que apresuró el paso hacia la automatización; además, puso en la mira
del mundo el cuestionamiento al sistema capitalista desentrañando el misterio de la
explotación y las premisas posibles de un nuevo modelo de sociedad.
De forma más clara y consistente, en el marco de observación de la política de
reiteración evocante de ciertos aspectos (crisis y defección del capitalismo, transición,
comunidad robótica, sentido de la vida racional y función de la inteligencia, naturaleza del
Cosmos y desenlace del proceso) considerados nodales en la formación de sentido de la trama
de este documento, la observación es la siguiente. La emergencia de la característica humana
de ultima data: la “globalización”, entendida como la resultante del cinetismo natural de la
especie, movimiento indiferente respecto de las estructuras de organización concretas
(formaciones sociales) de la raza y determinante en la dirección de la vida (la técnica es la que
integra al género en el marco de operación de las relaciones de tráfico, las cuales adquieren
ultra resonancia en la formación capitalista), efecto de contacto entre todos los pueblos del
planeta y de la consecuente conformación de una comunidad escindida única mundial
(producto, una vez más, de la competencia ínter burguesa sobre las fuerzas productivas
–Ricardo, Marx, Báez), condujo al cierre de toda particularidad en el movimiento humano:
del modelo estructuralista de los Estados Nacionales, del ingreso en el letargo y la
desactivación de los Movimientos de Liberación Nacional (proceso que incide también, de
modo cuasi determinante, en el acto de sinceración de la forma “política” soviética con la
economía: la llamada “caída del comunismo”). El hecho semeja el episodio dado en otra
esfera de la vida: como en medicina, cuando ya se ha hecho lo pertinente ante un paciente, se
dice: “hay que esperar que el cuerpo reaccione”.
La unificación humana, no puede hacerlo el socialismo (incluso el proceso de
automatización a merced de la operación de dicho sistema, es posible que pudo haberse
bloqueado –recuérdese a Chayanov y a la Comuna Rusa, así como la previsión de Marx en
torno a que esta forma de organización arcaica podía integrarse a la sociedad socialista, sólo
una vez que ésta se hubiese establecido y desarrollado). Sobre la evocación puesta en el
último entre paréntesis, normalmente se oponen objeciones en torno de ella, por parte del
pensamiento marxista en general. La refutación, sin embargo, proviene –en primer lugar- del
hecho de que la misma no ve hacia dónde va la humanidad en o luego del comunismo (se
dice, en el marxismo –de similar modo como el capitalismo sostiene, que la sociedad
capitalista y la realización del ser humano dentro de ella, es la frontera de la historia-, que la
forma social que entrega las condiciones para que la personalidad humana se desarrolle
multifacéticamente es la meta; es decir, jamás se hipotetiza el “saber absoluto” como dicha
meta), o se asevera que el trabajo socialista es superior en producción y productividad al
capitalista, y se pone como ejemplo al período de Stalin, sin prodigar atención al hecho de que
el socialismo se vio forzado (allí las objeciones de Bethelheim y otros cientistas sociales,
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