Bajar documento - La nueva concepción de la historia

Reino no es de este mundo”) y “todos deben empujar el carro”. Tiene sentido el plantearse esa
meta para uno mismo y deseos para los otros porque alcancen también la misma (tan sólo
deseos, porque no se puede controlar a otra voluntad); ahora bien, incluso la meta personal,
sobre la cual se está decidido a conseguirla, es también una aspiración indivisa, puesto que
mis metas se deben realizar en un entorno de condiciones externas (articulación de variables e
invariantes), que establecen ulteriormente el resultado. Las prioridades, las importancias
(tanto como las urgencias) de la vida personal debe acoplarse al propósito de la vida racional:
la hominización.
Ahora bien, sería –se insiste- desperdiciar la experiencia acumulada y el intelecto, el
someter el trabajo del pensamiento moderno al diseño y aplicación forzada de fórmulas
conducentes hacia la perpetuación de formas de vida del pasado, llámense éstas:
nacionalidades, culturas, pueblos,…; los hechos indican, mas bien, cómo la humanidad
todavía necesita de la corriente de pensamiento positivista y del modo de ser derivado de ella,
y de la especialización por un tiempo más en su marcha en materia crematística. La esencia
de la aseveración expuesta, se presenta perfectamente clara, si se mira a la especie a partir del
rasero de su misión superior (su elevarse hacia el pensamiento completo, total), esto es, si se
desecha la manida costumbre intelectual de actuar de modo analíticamente ahistórico; sentido
no dialéctico por el cual se suele impugnar al capitalismo, al positivismo, al afán de lucro: de
considerar a dicha forma de estructuración humana simplemente como una afrenta genocida y
no en su faceta positiva, es decir, en aquella que permite entrever al sistema burgués como el
momento juvenil necesario de febril desarrollo de las fuerzas productivas; mas, también como
instancia proveedora de uno de los propósitos de la inteligencia (de manera que nunca tendrán
asidero las tesis constructivistas, naturalistas, reconceptualistas, sociotécnicas,
agregacionistas, de la complejidad o de la comprensión en cualquier campo sea, pues, ni bien
éstas se acaben de gestar, un nuevo orden social eclosionará –de echo: ya lo ha hecho-
perdiendo piso material sus presupuestos, muy a despecho de que para ciertos “marxistas”
estos episodios resulten difícil de aceptarlos) 1628 . Por lo tanto, es necesario pensar dos veces
antes de recusar sin beneficio de inventario al capitalismo y al positivismo, lo cual resulta
cómodo hacerlo una vez que éstos han generado el colosal desarrollo de las fuerzas
productivas apoyado paradójicamente en el uso de esas mismas conquistas (debe tenerse en
cuenta la circunstancia de que ninguna otra forma de estructuración humana goza de los
presupuestos antitéticos para realizar dicha proeza, sobre todo cuando este tipo de estructura y
de racionalidad le han dado sentido e impulso a la inteligencia). El saber cientificista –por
tanto- es utilizado, rebota, en su contra; el positivismo ha sido vejado con las botas
obsequiadas por él a sus detractores; las armas que él ha engendrado y dotado a ciertos
individuos, se vuelven en su contra
En una palabra: las civilizaciones Oriental (formas colectivas de asociación humana) y
Occidental (el conocimiento positivo, la técnica, la utilidad) deben ser superadas en conjunto,
en una nueva síntesis: la “comunidad covivencial de objetivo automatizada”. Los pueblos
ancestrales perviven hoy, su presencia: estimula, aclara el pensamiento; no obstante, hay que
hacerles notar, que otras realidades van adelante, muy a pesar de que sus formas propias de
asociación, no sean las más edificantes; en América, estos pueblos siguen siendo sagrados,
pueblos etéreos, pueblos originarios: Iroqueses, Aztecas, Mayas, Incas, Aymaras, Araucanos,
Shyris de la Minga, del Randipa; pueblos, que elevan voces al firmamento a medida que
usufructúan el fruto de la Pachamama o que cosechan el tesoro que año a año les da la tierra
cuando cantan: el Jahuay, con el aporte de voces hermosas (¿no sé cómo lo hacen?; ¿cuándo
empezó?; ¿cuál fue su autor?; ¿en qué momento han ensayado?), mientras Atabalipa
permanece en el “trono” haciendo las veces del Sol. Hoy existen estos pueblos: pueblos sanos,
generosos, valientes, que han despertado, son la semilla del futuro; han decidido, frente a las
sociedades europeas viejas, mañosas y en decadencia, están llamados a dejar su posición de
segunda e “ingresar a la cancha” a escenificar los portentosos episodios del futuro de la
especie, sobre los hombros del antiguo sistema burgués de existencia y de la noción de
1628
El algoritmo completo de este nuevo paquete muy comprimido, dirigido, estándar, en el que se mutila la
realidad –en cuanto a ella se la asume simplística y reduccionísticamente como estructura de problemas- y se
terminan planteando “recetas comptistas”, funcionalistas, es: problemas, complejidad, constructivismo,
estrategia, competencias (podría decirse, que en el pensamiento asistémico materialista, el mismo puede
formalmente traducirse como: anatomía, fisiología, necesidades, contradicciones y desarrollo de la realidad;
esencia, coadyuvancia, praxis revolucionaria y hominización).
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