Bajar documento - La nueva concepción de la historia

plusvalía real en monetaria). Esta antinomia no puede ser resuelta volviendo al pasado: a
Keynes (la voluntad comanda los hechos contra natura; la expansión del gasto público,
política eficaz en las reneocolonias, en virtud de su estado de retraso en el desarrollo de las
fuerzas productivas, su aislamiento y la subsistencia de formas de producción arcaicas, como
es el caso de varios países sudamericanos que han podido capear la crisis financiera global
que se iniciara en el 2008), sino mediante la puja por modernizar más la economía y aplicar la
tercera posibilidad marxista: “los productos deben ser distribuidos sin tener en cuenta la
demanda efectiva” (Nicolaus, Martín. El Marx desconocido; en: Marx, Karl. Elementos
fundamentales para la crítica de la economía política –borrador- 1857-1858, Buenos Aires,
1971), esto es, distribución de la producción para satisfacer las necesidades en forma gratuita.
En el ensayo de seguimiento coyuntural de los procesos económicos en curso de finales del
2011, si en Europa no tiene sentido la posición de Merkel (que cada país integrante de la
Union resuelva sus problemas endógenamente) como la de Sarkozy (que el Banco Central
Europeo adquiera bonos del tesoro de los países deficitarios y próximamente de la propia
Francia; dicho sea al pasar, China e India –los “poderes emergentes”- se beneficiarán de la
expansión del gasto europeo), tampoco ingresar voluntarísticamente a una nueva onda
productiva kondratieff (revolución industrial bajo sujeción a la ley del valor: innovación y
expansión productiva para incrementar el margen de beneficio), es decisión proba: las
condiciones civilizatorias (fuerzas productivas) han cambiado, con lo cual se vuelven inocuas
y reaccionarias esos dos tipos de medidas 1476 .
En su fase de automatización y robotización, el capital no se desarrolla (reproducción
expansiva) sino que se mantiene en “reducción” (a escala macroeconómica), la “tendencia
decreciente de la tasa de ganancia” ha obrado; el “excedente” ya no proviene del sobre
trabajo, sino de la sobre operación de las máquinas y la “brecha de demanda” procede del
paro tecnológico; este escenario de “subconsumo” (sobreproducción) no es producto del
desarrollo (sobreinversión) del capital, sino de su abstracción cada vez creciente (esta realidad
posmoderna, como se ha dicho ya reiteradamente, es producto de la acción combinada de
economía y política). El excedente, en un forma humana clasista, en particular: en la social o
capitalista, proviene del sobretrabajo o del remanente del trabajo social, esto es, del trabajo en
exceso que se requiere para satisfacer las necesidades (es verdad, de este excedente se apropia
el capitalista), el cual se expresa como momento de sobreproducción resultante aparente de la
“sobreinversión” –aparente, pues, el capital crea su propia demanda cuando programa la
oferta, puesto que los salarios son costos; de modo que la sobreproducción es una
manifestación de la crisis-; por tanto, sobre todo en la coyuntura actual, el excedente, no
solamente que tiene origen en el plustrabajo sino en el incremento de la “productividad” de la
mecanización, es decir, el poner a operar a las máquinas por encima de lo necesario –consumo
potencial- para atender las necesidades (el excedente artificial, es obvio que proviene de la
monetización por impresión sin respaldo). En una palabra: las crisis capitalistas no son crisis
de sobreproducción; son crisis de la estructura y funcionamiento del propio capital: condición
de su existencia y reproducción (de la lucha de clases: “Los capitalistas prueban todos los
métodos de incremento de la tasa de explotación. Pero, al mismo tiempo, la fuerza creciente
de la clase trabajadora ha limitado considerablemente los intentos por alargar la jornada de
trabajo y/o reducir el salario real”), (el marxismo es MARXISMO, lo demás: ¡pamplinas!).
Sobre el fenómeno en mientes, en la realidad, no obstante, el realineamiento de las
cuatro contradicciones fundamentales del mundo, dieron lugar al advenimiento de una nueva
coyuntura. Luego de la caída del verdadero socialismo (hecho que fue una realidad, pese a
que tirios y troyanos ilusos sigan negándolo), las antinomias básicas, que determinaban el
orden y la regularidad del mundo, fueron: imperialismo social-imperialismo liberal,
socialismo-capitalismo, imperialismo-nacionalismo, proletariado-burguesía global. El proceso
de crisis en el frente del imperialismo social (ex URSS), redujo la determinación de esta
contraposición en el flujo humano; el fenómeno de compresión a la mínima expresión de la
esfera socialista real (Cuba), cambió la relación bipolar esencial del planeta: nueva-vieja
sociedades; el movimiento subjetivo de reconceptualización de la noción de soberanías
nacionales, al consolidarse el proceso de reproducción del capital a escala mundial
(globalización), diezmó la “energía” en los movimientos anticolonialistas; y, el creciente
1476
La mayor parte de estudiosos y analistas equívocamente hacen centro de sus reflexiones, preocupaciones y
sugerencias, al problema del empleo y al de la producción (manufacturada), cuando la vida marcha en sentido
contrario.
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