Bajar documento - La nueva concepción de la historia

acionalidad de las no creencias en órdenes sobrenaturales, durará mientras permanezca en sí,
la fortaleza física, la seguridad y la razón 1225 . En suma: una persona que se declara atea, que
es realmente atea (militante: ateo militante, aquel espécimen que a más de no profesar
creencia deísta alguna, se da el trabajo de salir a pescar seres humanos para que crezca el
rebaño de los herejes, a combatir enemigos –“impíos”- del ateísmo: a paganos neomodernos
que adoran a Jehová o al conveniente Dios Trino), mantendrá su posición, mientras la razón
–responsable de esos dictados- sea parte incorruptible de su ser (el ejemplo viviente lo pone el
autor de la descodificación del ADN y creador de la “célula artificial”: el fantástico biólogo
empresario: John Craig Venter, el cual ha declarado paladinamente ser ateo –joven, lúcido,
sin problemas económicos, dedicado a la ciencia) 1226 .
Estas percepción y respuesta (las que quedan expuestas inmediatamente arriba),
constituyen una especie de fundamentación empírica personal en torno de la afirmación sobre
que una mente lúcida, libre de temores (en el caso específico: la muerte), es el factor asociado
con la racionalidad, que sostiene una conducta al margen de las creencias. En todo caso, está
visto que es la evolución de la conciencia (dominio intelectual objetivo de los hechos) la que
hace que los pueblos superen el paganismo, el cual está bien metido en el lado derecho del
cerebro, y no las persuasiones asociadas con el trabajo de las religiones consideradas
verdaderas (se hace alusión a las monoteístas). Es la muy elevada elaboración, objetivación y
sofisticación intelectual sobre el mundo, en torno de la vida humana, respecto de la temible
responsabilidad de contar con inteligencia, los recursos que le vuelven anti racional el acto de
la adoración a dioses, como las prosternaciones politeístas o las monoteístas; como también
las otras esferas que conspiran contra la racionalidad, esto es, el sexo, el placer y la simple
vida animal, vulgar (alcanzar una profesión, reproducirse, educar a los hijos, jubilarse y
vigilar, que con los hijos resulte el mismo ciclo), las que son puestas en cuestión, y conducta
que habrá de resultar valiente, renunciadora de nimiedades, la cual habrá de conducir al ser
humano a pensar y a actuar de modo superior; mas, debajo de esta cosmovisión y
cosmoactuación, debe hallarse bien ubicado el nuevo entorno material de reproducción de la
existencia, como presupuesto. En la actualidad sorprende advertir, cómo muchas cualidades
que caracterizarán a la futura persona superior, se despliegan en varias individualidades
componentes de la humanidad actual.
En el sistema (en la fase “imperialista global” de la forma social de vida en curso), una
persona mayor –incluso en el caso en el que cuente con Seguro de vida, si no quiere pasar a
ser, nada más que una carga para sus allegados o residir en los ancianatos- debe fijarse “vivir
hasta cuando pueda valerse por sus propios medios”, como se dice. Luego, lo más probo
vendría a ser, proceder a poner término a la vida por propia mano (debe practicarse este
“valor” de decencia, esto es: autoconcluir, renunciar al resto de la vida, cuando se ha llegado a
ser un peso para sí mismo y para la humanidad, en momentos en los que ya no se puede dar
más). Este “sacrificio”, esta “autoinmolación”, incluso en la ancianidad, no puede ser un acto
de decisión fácil; para el efecto: se debe ser bien valiente, en el sentido clásico del término,
para acabar con uno mismo, luego de que se ha pasado toda una vida protegiéndose, una vez
que el vivir se ha hecho costumbre y muy a pesar de que el cuerpo ha sido objeto de la
invasión de los achaques (¿por qué se dice esto, que puede sonar a un nuevo horror?; bueno:
es más fácil matar que suicidarse, las cifras estadísticas sobre asesinatos, vicariatos en el
mundo, lo demuestran). En realidad, en determinadas condiciones: hay que hacer lo sugerido:
mostrar decisión y heroísmo frente al dilema, expuesto en líneas que preceden. Vista sin
perjuicios las circunstancia, la misma se presenta como un acto bravío y de orgullo: tomar
como pretexto la complicación de la vida anciana, para poder al menos al final, estar listo a
decidir por uno mismo sobre la existencia personal, dejando en el camino la potestad del azar
1225 Con la madurez llega a la vida la etapa en la que “el ´poder´ pasa a valer más que el sexo”; también ella es
la fase antesala de aquella en la que el ser humano se vuelve religioso (la Fe pasa a valer más que el poder): la
vejez, en la que, a la vez, la conciencia se ve colocada ante el momento de su negación: la muerte.
1226 En referencia al pensamiento marxista, tal forma de captación mental del mundo debió ser atea no
solamente por efecto de sus formulaciones filosóficas sino, además, debido a que debía ajustar cuentas con la
práctica y la conciencia del Clero reinante en la época en la que emergió tan colosal concepción de la historia:
1) el Clero formaba parte de las estructuras de poder; y, 2) su sistema filosófico conservador fulguraba en un
orden en el que hallaba justificación subjetiva la estructura clasista imperante, que impedía reproducir la
verdad objetiva necesaria para fundamentar el punto de vista proletario revolucionario y su correlativa acción;
las creencias deístas –tal como ya alguien ha sostenido- "impedían asumir una posición profana frente a la
realidad en procura de la aprehensión de su verdad".
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