Bajar documento - La nueva concepción de la historia

otros tipos de trabajo como el intelectual, encargado de organizar de manera óptima el
proceso administrativo o el científico-técnico que mejora las condiciones del proceso de
producción, no generan valor alguno, pues, solamente tornan más eficiente el proceso de
extracción de plusvalía (o asisten al proceso de traslado del producto hacia el consumo), por
lo cual reciben un estipendio de parte de los capitalistas, cuya remuneración puede o no
coincidir con lo históricamente necesario para su reproducción (dicho de otro modo: este tipo
de trabajo puede como no, estar siendo objeto también él de la explotación, pese a que todo
trabajo es explotado siempre en las formaciones clasistas de la humanidad).
En la ampliación y desmenuzamiento pertinentes, de la idea arriba esbozada, todo
trabajo que produce plusvalía, con independencia del sector al que pertenezca, esto es, al real
o al de los servicios, es productivo –Guerrero, Diego. Capítulo II: La teoría del trabajo
productivo e improductivo- (por ejemplo: el del médico o del profesor, en tanto profesionistas
que laboran a sueldo para un empresario que acumula); pero no todo trabajo que produce
plusvalía (trabajo excedente), es creador de valor (categoría ésta, percibida no en la noción
subjetivista de “agregación de valor”, muy común en la lexicología contemporánea de la
avaluación del proceso empresarial de vertiente convencional administrativo).
Consecuentemente, trabajo productivo es aquel que produce plusvalía, pero que a la vez
produce valor, y ese es el industrial: el productor de bienes reales (según una forma de
percepción marxista, o sea, en aplicación de la regla marciana de que “… una explicación
para ser tal, debe indicar la differentia specifica…”). El desarrollo de las fuerzas productivas
(la automatización) “... permite tener en cuenta la evolución interna del capitalismo, y el
impacto de esta evolución en el trabajo colectivo y en el trabajo productivo”. La producción
obtenida por máquinas es el resultado del “trabajo improductivo”; en realidad, dicha oferta: es
producto del “no trabajo”. No es la predominancia o no de la esfera de los servicios en una u
otra fase de desarrollo del capitalismo (sesgo estructuralista), el hecho que define si la esfera
económica es productiva o improductiva, sino si el trabajo se cambia por capital (trabajo que
da su carácter a éste, en tanto produce plusvalía), y si éste es generador de valor; caso
contrario, el “trabajo productivo” en la esfera de los servicios se ha cambiado por renta y no
ha incrementado el “valor agregado nacional”. En el proceso evolutivo, el “contenido” del
trabajo (su resultado) no ha variado; pero su carácter “formal”, histórico: si lo ha hecho 1129 .
En la sociedad denominada “imperialismo global”, la transformación formal, técnica,
de mayor catadura responde al sistemático proceso de desalojo de los obreros de las fábricas y
su colocación en la esfera de los llamados “servicios” (como simples consumidores, tanto
como su colocación en el subempleo y desempleo). Determinadas actividades de este tipo,
producen plusvalía, es decir, son objeto de explotación capitalista; pero, en este trabajo: ¿se
condensan las clásicas condiciones necesarias para emprender en acciones en pro de su
emancipación –de los trabajadores- y de modificación estructural de la realidad histórica
–cierre del sistema capitalista-, o sea, las que conducen de modo necesario a asumir la
conciencia de clase y constituirse en sujeto político? Evidentemente: no o muy poco. Si el
capitalismo se desenvuelve –en apariencia- actualmente montado sobre el capital ficticio y si
todo el sistema evoluciona hacia la esfera económica de los denominados “servicios”,
mediante la transferencia de la producción real de manos humanas hacia las operaciones de la
mecánica automatizada, el proletariado ha dejado la historia y el trabajador recluido en la
esfera de los servicios no puede tomar su lugar, pues, a más de no contener las condiciones
estructurales –sociológicas- tendientes hacia su politización, estos actores económicos son
de “valor”, en primer lugar; y, quién incrementa la riqueza de la humanidad, en segundo. Al haber pasado a la
historia el trabajo en general y el productivo en particular, la práctica productiva material y el capital también
se incluyen en ella; en la especificidad, el sistema burgués de vida se ha vuelto pretérito lo mismo que la noción
“valor”. Por tanto, los resultados de la acción de las máquinas no encajan en dichas categorías (en las de
producción abstracta y valorización).
1129 El trabajo comercial asalariado, por su parte, “... obtiene sus ingresos de la ganancia porque su tarea no
es productiva... mientras que el capital comercial... se da como supuesto como improductivo”; el trabajo
asalariado comercial (el que se realiza en su esfera como la transportación de mercancías que las disponen y
acercan para y al consumo) no genera plusvalor, pero produce “plusvalía” al ser remunerado de acuerdo a la
norma del trabajo asalariado industrial, en tanto no permite que el real valor del trabajo que proviene de la
plusvalía, vaya al trabajo comercial (la remuneración al trabajo comercial es redistribución de plusvalía). “...
el trasporte de mercancías que eleva el valor de cambio de las mercancías es, por tanto, productivo (y lo hace y
lo es, porque se vincula a la mercancía-objeto, que tiene valor; cosa que no ocurre con la mercancía-servicios).
El trabajo comercial incorpora más trabajo a la mercancía, pero no utilidad; en verdad, no produce valor, pero
conserva a la mercancía, de una mercancía-objeto, respecto del cual nada tiene que ver el capital-servicios”.
711