Bajar documento - La nueva concepción de la historia

Ya se sabe que el proceso de reproducción social en los países del centro burgués, se
sustenta en el elevado desarrollo del sistema de provisión automatizado del que son
poseedores (las ciclópeas, las monstruosas súper máquinas con las que los europeos, los
estadounidenses y los japoneses –estos sectores “… construyen, construyen… [guerrean]…
cuando no tienen nada que hacer…”- cruzan con túneles cordilleras enteras en un “abrir y
cerrar de ojos”, los mares con puentes, túneles subterráneos o submarinos y edifican
autopistas a fin de propiciar la movilización de los factores productivos, de los productos y de
la población, en general, y que se aprestan a construir los súper rascacielos de las
hiperciudades, de las megametrópolis); esta estructura técnica de abastecimiento se presenta
aceptable, muy a pesar de que el mismo se empotra en una configuración social diferenciada,
y es “exitoso”, en la medida en que el circuito económico semiautárquico (neoprotegido) tiene
a sus pies (sobre todo el de Estados Unidos, a través de su política militar) al sistema físicoespacial-social
del planeta, hecho logrado merced a haberse puesto en operación de modo
coercitivo una ruta única de acumulación: mercado de oferta y de demanda. ¿Qué carácter
tiene, en cambio, el sistema de sociedades burguesas de la periferia, en el planeta? En las
neocolonias, el proceso de quiebra de “negocios” artesanales (una modalidad de
concentración y “centralización” del capital en el interior de las economías periféricas), se
halla a la orden del día; este fenómeno se produce, precisamente debido al impacto destructor,
que la asociación entre el vertiginoso desarrollo de la técnica y la necesidad de mantenerse en
el mercado (“vinculación de la competencia con el progreso técnico”), ejerce sobre el
desenvolvimiento de ciertas empresas medianas de carácter paradójicamente oligopolísticas.
La cesación del trabajo en la esfera productiva, verbi gracia: en el Japón, constituye el
resultado del desarrollo natural de la técnica 791 ; sitio en el cual –a su vez- se lleva a cabo una
forma propia, especial, de reasignación del “recurso” humano y de roles en sentido trans
sectorial (al fenómeno se lo conoce como “migración de la fuerza de trabajo”, o sea, el paso
de la PEA de la esfera de la producción real a la de los servicios –demagogia, de todos modos,
burguesa, pues, con ella, al menos para las neocolonias, en las que la falsa industria ha
cooptado a la mayor proporción de los trabajadores- se pretende ocultar el incremento de la
desocupación por razones relacionadas con el desarrollo técnico); este proceso se lleva
adelante sin efectos traumáticos, mediatizado por la permanente disponibilidad de fondos
financieros provenientes del excedente imperial del que disfrutan la economía y el poder
nipones 792 . En las sociedades burguesas periféricas, en cambio, esta cesación de la vigencia
de la actividad productora de riqueza, constituye el resultado directo de la crisis y de la
transnacionalización del capital (de su “lógica”, suele decirse; de la apertura de mercados, del
comercio desleal; mírese el caso de los chinos, éstos se hallan trasladando sus empresas
maquiladoras a las áreas neocoloniales –y también a la muy desarrollada Europa
aprovechando la crisis financiera de finales de la primera década del Siglo XXI-,
circunstancia que deviene, pues, de la aplicación de una agresiva política creativa de
conquista de mercados de carácter cuasi imperialista).
Un ejemplo: en Ecuador se avista la presencia del fenómeno de quiebra masiva de
negocios artesanales no “competitivos” de la rama de la metalmecánica, en la que se produce
piezas de máquinas (repuestos inexistentes en su versión original) con equipos mecánicos, en
tiempos largos y a precios elevados; este cierre tiene lugar con la entrada de los procesos de
reconversión y de modernización en el sector, en consecuencia: del uso de equipos
automatizados. El sector de comercio de bienes transables y la política asociada a las nociones
de “agregación de valor” sostienen el proceso de reasignación sectorial de la mano de obra
Pueblos, éstos: en decadencia, xenófobos, maltratadores de emigrantes, que se oponen al concepto (acuñado
por el Ecuador) de “ciudadanía mundial”.
791 El proceso de desarrollo de este país –dicho sea de paso- se atiene al siguiente algoritmo histórico: 1945,
derrota de la Europa alemana y del Japón; Plan Marshall yanqui para su reconstrucción frente a la “tentación
comunista” (apoyo financiero y tecnológico); el Japón: copiar y mejorar; Dennin: calidad, competitividad,
exportar: con lo cual estos señores se instalaron plenamente en la etapa industrializadora, base de la nueva: la
producción científico-técnica, de conocimiento (esto para desmitificar las superioridad del orden liberal nipón
reconocido como principio de su “milagro”; cuando también los gringos abrieron el mercado mundial a los
productos alemanes y japoneses, mientras que lo cercaron a los de origen argentino bloqueando su desarrollo
industrial capitalista, por esas mismas fechas)
792 Esta oportunidad, este “entorno externo” favorable, se presentan asociados a la perennización de la
agudización del desarrollo desigual entre Estados y entre clases en el mercado internacional; asimetría cuya
fuente responde a la determinación del comercio libre (según el aseverar del gran economista marxista
pakistaní Anwar Shaikh, lamentablemente desaparecido hace poco).
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