Bajar documento - La nueva concepción de la historia

la Política (la de la clase ascendente) ha detentado las premisas de su propia destrucción aún
antes de que haya llegado el momento de su sustentación fáctica, puesto que ha propendido
cómo entender la realidad ontológica y procesal de replicación sistémica, de qué manera
diseñar la estrategia de cambio, cómo ponerla en ejercicio, en qué forma eliminar las clases
(la propiedad y no propiedad de activos productivos): la lucha de clases (la división social del
trabajo), o sea, la esfera real y su conocimiento 1353 . La efectividad real de dicho rumbo está
siendo dada como un fenómeno que precisamente ocurre “ante nuestros ojos”: la colosal
revolución que vive el mundo; en efecto, la elevación cualitativa en el plano histórico-social
lo ha producido la “Revolución de Octubre”, el socialismo de Lenin-Stalin, la “lucha de
liberación nacional” y de carácter social en el planeta; la derivación del “salto” se expresa de
modo objetivo como la entrada “en coma” del sistema burgués de reproducción de la
existencia y su lenta agonía en la etapa transicional, en la que los “nuevos actores de la
historia” –los subversivos/intelectuales/ciudadanos- están llamados a desempeñar un papel
destacado en la esfera global (mas no se olvide, que detrás de todo esto están Marx y el
proletariado).
3.3.2.2.- CLAUSURA DEL DESPOTISMO ILUSTRADO BURGUES MODERNO Y POSMODERNO: FIN
DE LA DEMOCRACIA.
El sistema burgués (y las formas precapitalistas de clase, en general), de formalización
de la comunidad ilusoria membretado de “democracia”, llega a su fin. En la actualidad se
admite cada vez más la idea de que dicha estructura de organización de largo plazo, es un
orden humano que ha inclinado su cerviz; la expresión inmediata del suceso topa a la
exterioridad: en la analogía con el proceder de una enfermedad que concluye, los síntomas
“caen primero”, en la medida en que la esencia del mal ha sido derrotada (la estructura no
puede ya, reproducirse en base a sus propios fundamentos: sus fuerzas inherentes le han
abandonado, necesita muletas, en sus últimos días) 1354 . La forma institucional de acción de
las clases –en estos precisos instantes- se encuentra en entredicho: los “movimientos
políticos”, o sea, los sistemas abiertos de representación y acción de las clases, de los partidos
que los han constituido han extraviado su Norte “frente a un nuevo proceso económico social
universal, en el que deben reflejarse”. En el sistema central de la formalidad de los Estados
(europeos, norteamericanos –Canadá, EU, México-, asiáticos,…), los partidos políticos
oficiales mantienen cierta fortaleza, legitimidad, respetabilidad, diplomacia (ejercen el “arte
de la guerra, sin la guerra”), cosmética del orden: su objeto consiste en mediar el proceso de
transición pacífica, racionalizada, hacia la nueva modalidad de disposición de las unidades
humanas en la tierra (del orden a imponer por la primacía final de la migración “sudaca”). En
las neocolonias se advierten pataleos -es obvio, como todo lo que espira- en el frente burgués
del “poder político”; el escenario deja entrever, que es difícil transformar el “poder (el
sistema) constituido”: su institucionalidad, las normas, las conductas por ellas impuestas y las
ideas en coherencia (ese el frente de batalla, de la “lucha ciudadana”; campo desminado,
triunfo proletario, que las nuevas acciones políticas deben mantener y consumar). En la
historia, la tortilla también se vuelca: la “Derecha”, diezmada, se aferra, se moviliza en
defensa del “orden constituido”; el pueblo lo reprime instalado en el gobierno, desorganiza al
sector dominante inveterado y otorga orden jurídico constituido a su “poder”.
proceso de guiar a la sociedad y a sus organizaciones hacia el “bien común”; pues, los personeros que se
ponen al frente de la gestión pública (representantes del poder, miembros del poder u ocasionalmente: sus
adversarios) aunque han llegado a su sitial siguiendo el rito burgués de las elecciones, todos tienen sobre sí
pendiendo las normas coercitivas del “poder constituido”: la Constitución y su derivación legal, o sea, la
voluntad del poder. En suma: la política como “objeto real” sólo aparece en las formas sociales clasistas:
esclavismo, feudalismo, capitalismo; la política como “objeto teórico” se corresponde con ese substrato
ontológico y se supera con la consumación del mismo; la política –como ciencia, en el marco de la perspectiva
marxista- es la teoría de la “lucha de clases”. Ahora bien, existen varias ciencias que son propias de los
sistemas clasistas (y del modo de producción capitalista en específico) como la Psicología, la Economía
Política, la Politología, la Sociología.
1353
“Los economistas marxistas reivindican el honor de ser la primera categoría de seres humanos de ciencia
que trabajan conscientemente con vistas a la supresión de su propia profesión” (dixit Ernest Mandel).
1354
Este proceso, dicho sea de modo incidental, no se trata de una “implosión”, de “reversión” ni siquiera de
carácter entrópico, pues, como la vida anciana que se extingue, éste pierde progresivamente la estructura de
propiedades materiales de sustento como proceso especial y deja simplemente de funcionar, para ser sustento
–sus restos se incorporan al ciclo siguiente como materia prima- de un nuevo proceso, distinto, superior.
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