Bajar documento - La nueva concepción de la historia

Dios hizo los cielos y la tierra, la luz, las especies animales y vegetales,... y vio que era
bueno; luego dijo: “Hagamos al ser humano a nuestra imagen y semejanza” -La Biblia-; es
cierto todo esto, en sentido alegórico 885 ); este ser, por tanto, es el verdadero y único centro del
Universo, sea que se halle solo o que de él se hagan “clones” en otro confín de éste o de otros
universos (esta es una posición pro humana radical: rabiosa, sectaria, mecanicísticamente
antropocéntrica o inteligenciocéntrica). El ser humano, de su lado, produce la conciencia en
su progresión partiendo de cero (saber mítico, saber apariencial, saber racional), mediante la
operación de la inteligencia, en el proceso de sustentación y desarrollo de su existencia, en
tanto abstrae, aprovecha “para sí”, todas las condiciones del entorno, aprehendiéndolas,
adecuándolas, transformándolas totalmente en el interior de las formas clasistas de
organización en general y en el sistema de libre tráfico en particular, a través del ejercicio de
la “libertad de empresa”, de la iniciativa privada, del mercado, de la competencia. El ser
humano debe, en ese trayecto y en cumplimiento de su tarea, crear vida in vitro, producir
inteligencia artificial y la “conciencia de sí” de la propia realidad.
2.5.- EL STATUS DE LA CONCIENCIA.
2.5.1.- EL SOPORTE MATERIAL DE LA IDEA.
El sustento lógico de la conciencia actualmente prevaleciente (su matriz de generación
se sitúa en la Civilización Occidental, como presume el mundo: la antigua Grecia –la
recusación sobre este aporte por parte del empirismo: caer en el absurdo de asumir, que el
esfuerzo académico ha sido ímprobo, y del subjetivismo especulativo pretendidamente de
izquierda, normalmente proviene de conferir exclusiva importancia al contenido de clase de la
forma social en la que dicha proeza ha tomado cuerpo; no obstante, no debe arrojarse “…el
agua sucia de la bañera con el niño dentro”; dixit Louis Althusser), es el mecanismo de
racionalidad rector del proceso tecnocientífico; en realidad: el canal racional por el cual ha
fluido el desarrollo de las fuerzas productivas. Este modo de abordar el mundo constituye uno
de los más poderosos instrumentos de secularización de la mente, superior –como es evidente-
a la Cosmovisión Oriental, incluso en el caso en el que la nueva concepción deba ser la
conjugación, negación y superación de las dos: la razón dialéctica (en este aspecto, también la
humanidad vuelve su rostro al pasado) 886 .
La verdadera objeción que cursa –sobre las tendencias positivistas actuales-, es la
puesta sobre quienes pretenden ver inteligencia en todo ser vivo, pero también respecto del
parecer de aquellos que adosan la denominada “inteligencia emocional” en el ser humano (los
empresaurios ladinos, utilizan dicha teorización, para aplicar estrategias de manejo en la
esfera de las emociones, tanto del cliente interno como del externo; en efecto, todas éstas son
ideas, que emergen de la desesperación de los negociantes, puesto que como ya no les arroja
resultado apetecido los métodos clásicos de administración de personal, ahora recurren a la
llamada “inteligencia emocional” para aprovecharse lucrativamente del entorno humano,
hurgando en la parte animal de las personas). La inteligencia no es la “capacidad de resolver
problemas” (que también la tiene), como comúnmente se dice (en concreto: “capacidad de
asimilar, procesar y utilizar fácticamente la información”); es, mas bien, la propiedad de
generar la conciencia (pero no la conciencia inmediata, sino: la remota, la elaborada, es decir:
la científica). Ni las neuronas en las que se asienta la memoria adquirida (las cuales se ubican
en varias zonas cerebrales) son la inteligencia, aunque aquellas constituyen parte de ésta; la
inteligencia se expresa como pensamiento o como resultado del acto de asociación de ideas,
fenómenos que ocurren completamente presionados por las necesidades, las que deben
alcanzar satisfacción en la actuación de la persona sobre las condiciones de un escenario
específico en “tiempo” presente, esto es, mediante el trabajo de las neuronas de la asociación
(la fórmula trinitaria es: necesidades, medio, interneuronas-neocórtex). En consecuencia, la
inteligencia y la conciencia son cualidades cerebral-contextuales tan recientes, apreciado el
885
Pero más bien lo es en sentido clasista: Dios hizo a su imagen y semejanza, pero a los zares, a los reyes, a
los emperadores, a la nobleza, a los “halcones de Washington”, a los Papas, a los dictadores (y todos estos
estarán con El en el cielo, sí acaso).
886
Apréciese: qué tiene que ver el pobre modelo de Ishikawa frente al esquema dialéctico de “el problema y su
causalidad, el sistema histórico de contradicciones y la tendencia de desarrollo de un fenómeno”, de Kopnin;
esto es, entre una posición vulgar actual de índole neofuncionalista, conservadora, en Sociología de la
Administración y una postura de cambio verdaderamente revolucionaria, en el seno del saber (y del hacer).
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