Bajar documento - La nueva concepción de la historia

sistema de explotación, se prostituyen, delinquen o desperdician la vida en la ocupación en
menesteres de bajo desarrollo intelectual, incluso de baja productividad en el simple trabajo
manual; ahora bien, los programas de planificación familiar, fueron y son una estrategia a
favor del poder, no de la pobreza, por eso en ese sentido no va la presente reflexión (los
gerentes de las empresas globales, en ciertos casos, enseñan a sus críos a dirigir grandes
corporaciones de negocios; el ladrón de muy poca monta, en cambio, por ejemplo: en la Plaza
de Santo Domingo, en Quito, en Ecuador, aplicando el principio pedagógico de “la letra con
sangre dentra” –sic-, a un niño –generalmente de raza negra-, con tutoreo, enseña a introducir
la mano en los bolsillos de un transeúnte con el fin de substraerle dinero, y si falla: le pega).
En lo personal se cree, soberbia, audazmente, incluso con falta de recato, que se ha
resuelto, a nivel lógico, hipotético, argumentativo, el enigma de la materia, del Universo, de la
historia, de la existencia (o, al menos se piensa, que se ha dado una respuesta que
convenientemente satisface la necesidad de paz, de conformidad personal propendida respecto
de tales aspectos); pero se cree que se lo ha hecho en sentido burlón para con uno mismo, en
forma insidiosa que censura como imposible, como torpe inocentada dicha conducta, o sea,
como cuando una persona que quiere burlarse de otra sobre la que piensa que carece de
capacidad para hacer lo que refiere que ha conseguido, dice: “el cree que ha…”. Mirando un
programa de televisión se llegó a saber, que un escritor gringo: Mark Twain (del que se debió
haber leído un par de obras cuando niño, puesto que en las décadas de los sesenta y setenta, se
ponderaba la literatura sobre todo gringa: Tom Sawer, Huckleberry finn,…) había afirmado
que “el ser humano es un experimento y que el tiempo lo dirá si valió la pena”; no obstante, el
ser humano no es ningún experimento, y el decurso de la vida mostrará su supremo valor.
Por otra parte, y algo que es muy penoso, la historia aparece como un proceso
inconsciente, merced al cual, el ser humano ha aprendido a engañarse, a entretenerse, a
contentarse a sí mismo, como el niño que advierte que nadie le hace caso y debe por sí solo
buscar ocupación para no fastidiarse (cuando uno es viejo, procede de análogo modo también,
a fin de evadir las sentencias de la fiscalía de la conciencia). El ser humano, por tanto, ha
inventado el baile, se lo ha aprendido y se lo practica masivamente; sabe construir cuentos,
producir películas; va de paseo, programa regularmente horas sociales, va a fiestas, participa
de deportes múltiples, se dedica a embriagarse o al consumo “social” de alcohol: de ese modo
se ha engañado a la inteligencia; y, en cada actividad, por superflua, tonta y mezquina que
esta sea, radica merito, puesto que contribuye a que la simple vida siga.
¿Qué es la inteligencia para Ud.?
Contrariando a los eruditos, es el nivel más elevado e insuperable al que ha llegado la
evolución natural, en el proceso de movimiento progresivo coadyuvado históricamente por el
propio “objeto” de ese desarrollo: el ser humano. Por tanto, lo dispone exclusivamente dicho
ser. En sentido específicamente ontológico, es la base material del pensamiento, esto es, el
conjunto de neuronas del córtex y del neocórtex; este grupo neuronal es el prodigio, pues, son
las células más altamente desarrolladas y especializadas, que permiten utilizar la memoria
asentada en las neuronas intermedias, establecer trabazón entre las necesidades, los factores
del entorno y la información almacenada, a fin de ser y actuar. El hecho completo es:
conciencia (necesidades, intereses, objetivos; banco sistemático de datos), pensamiento
(métodos de uso de la información almacenada correlacionada con la que inmediatamente
impregna los sentidos; técnicas; estrategias), realidad (recursos, limitaciones); o pensamiento:
“materia más altamente organizada en movimiento”, que desea en un entorno, como lo ha
dicho Shojorova. La inteligencia integra las neuronas del pensamiento y no lo que
comúnmente suele sostenerse que es inteligencia: “la capacidad de resolver problemas”
(según la aseveración moderna: “capacidad de asimilar información, procesarla y utilizarla de
la mejor manera posible”). No. Esa aseveración es la “potencia en acto” de la inteligencia,
esto es, la capacidad asociativa que le es inmanente a las neuronas de los sectores cerebrales
citados, mas no la inteligencia propiamente dicha.
Una persona puede ser inteligente, sin embargo resultar inútil a la hora de resolver
problemas, esto es, no saber utilizar la base óntica del pensamiento; pero una persona no
podría jamás pensar, si careciera de las neuronas del neocórtex. Las supercherías esas, que
afirman que todo organismo vivo es inteligente, que la inteligencia es emocional o que existen
múltiples inteligencias, son ni más ni menos que eso: ¡porquerías! Cuando se habla de
múltiples inteligencias, se está haciendo alusión al despliegue de la inteligencia (la racional, si
se quiere) en varias facetas de la praxis humana; al hacerse referencia a la inteligencia
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