Bajar documento - La nueva concepción de la historia

axiológica) plantea que el conjunto, por intermedio de su cúpula ética, crea el marco general
adecuado, para que la individualidad realice sus funciones vitales, en condiciones propicias
para que empuje el vehículo de la historia hacia la racionalidad trascendente. Quien mira de
este modo la vida: ¿debe comportarse de manera hipócrita y desear, boca para afuera, que EU,
la UE y el Japón superen su crisis? La auténtica personalidad conduce a contentarse
desembozadamente frente a los problemas que experimentan esos bloques imperiales y a
desear su caída, puesto que de esos escombros se encumbrará la renovada mentalidad que se
reconozca en los nuevas formas humanas, que se están gestando en el mundo.
Ahora bien, en el curso de las investigaciones realizadas con motivo de la elaboración
de este documento, se pudo descubrir un hecho muy importante en la vida humana: que sobre
todo a partir de la denominada caída del Muro de Berlín en 1989, la historia se desplaza
nuevamente sola 1599 ; no obstante lo hace: ya no en sentido burgués, sino por la “espontánea”
senda de supresión y superación, en su orden, de toda separación y antagonismo de clase. En
realidad, la humanidad empieza por homogenizarse, merced al despliegue a plenitud, de la
más grande y colosal revolución, que se ha producido al interior del género: la Revolución
Socialista de Octubre. Si la Revolución Cristiana convocó a gran parte de la humanidad a
superar la visión panteísta de la vida, con lo cual ordenó las creencias en dirección de la
cohesión clasista, revistiendo póstumamente al trabajo de carácter prometeico (Lutero y la
Reforma Protestante); si la Revolución Liberal instaló efectivamente el nuevo paradigma (la
“modernidad”) desbrozando el camino para la consolidación positiva de la ciencia, de la
técnica, de la espiritualidad frugal: la racionalidad de Occidente 1600 ; la Revolución Rusa, al
promover la razón dialéctica, conducía a la humanidad a renunciar a los mitos y al trabajo (al
capital, a la explotación, a la “lucha de clases”), conformándola como sujeto del interrumpido
programa espiritual, camino hacia la metafinalidad providencial 1601 .
1599
Sin embargo, este proceso en modo alguno es ciego: son los subversivos de las ideas los que lo alientan y lo
direccionan.
1600
La Revolución Liberal, Francesa, es el acontecimiento histórico que legitimó la sociedad burguesa; la
Revolución de Octubre, en cambio, puso los cimientos de la forma superior y última de la especie: el
comunismo. La “revolución” que vive actualmente (inicios del siglo XXI) el mundo, se expresa de múltiples
maneras: gobiernos progresistas en América Latina, en Oriente Medio, en Africa, en Asia; movimientos de
indignados en Europa, EU y en varios países de América Latina (México, Chile, Colombia), abanico de
agrupaciones sociales que reivindican demandas parciales: género, étnicas, derechos humanos, ambientales;
políticas de “desconexión” del establecimiento: economía solidaria, nuevo orden mundial multipolar; creación
de organismos unionistas en oposición al de los oficiales (ONU, OEA, FMI, BM, TIAR, OTAN, Escuela de la
Américas): ALBA, UNASUR, CELAC, etc., constituyen las vías por las cuales se concreta la herencia proletaria
(Filosofía, revolución y socialismo).
1601
Algo sobre el Ecuador y su revolución: la Alfarista de 1879. García Moreno (“tirano grande que pensaba
en grande” –dixit Juan Montalvo F.), representante del ala conservadora semifeudal, presidente bonapartista
de la República en la segunda mitad del siglo XIX, se situó en el vórtice de la historia republicana de coyuntura:
la modernización empujada por los procesos económicos mundiales y la defensa del establecimiento por parte
el sector latifundista; García Moreno inició las reformas proburguesas: educación laica, emancipación de la
mujer, creó la Politécnica, inició la construcción del ferrocarril y otras vías, desarrolló la Banca (Ayala,
Enrique. Consolidación del Estado oligárquico), medidas –entre otras- tomadas en dirección de formar un
mercado moderno del trabajo, que tuvieron la oposición del clero y el latifundismo, lo cual condujo a su
asesinato. El revolucionario liberal: Eloy Alfaro, llegó al “poder” (al gobierno del Estado) a través de las
armas e impulsó algunas de las medidas del finado García Moreno, a las que consolidó con las propias de su
programa liberal: separación de la Iglesia y el Estado, educación laica, libertad de pensamiento, de opinión y
de culto, estudio y voto a la mujer, matrimonio civil y divorcio, consolidación del Estado, promoción de los
trabajadores y otras relacionadas con la base económica (proyecto de desarrollo capitalista). El general Alfaro
también será asesinado por una coyunda clerical-latifundista y la “traición” (sector de liberales
“conservadores”). La muerte de Alfaro bloquea el paso del liberalismo hacia su gradación superior: al
liberalismo social (socialismo del siglo XXI); al ser el alfarista un modelo demasiado adelantado, dicha
radicalidad progresista impedía la concreción de la etapa histórica necesaria para la república: la forma
semicapitalista; la determinación histórica habrá de servirse de las fuerzas “reaccionarias” citadas,
imponiéndose un régimen híbrido comercial-agroexportador, en coherencia con el rol que debía cumplir el país,
en la estructura de división internacional del trabajo, en el sistema capitalista insipientemente mundial, en la
modernidad (pues, los procesos de globalización se inician con los primeros periplos del capital comercial en el
mundo), en las primeras décadas del siglo XX (a 100 años del magnicidio, se declara el nexo entre la
Revolución Liberal y su derivación en “Revolución” Ciudadana, metamorfosis permeada por la Revolución
Socialista Soviética y los acontecimientos subversivos mundiales).
1050