Bajar documento - La nueva concepción de la historia

producción del ser humano (cerebro) artificial, a través de las formaciones sociales
conocidas (simulación de emocionalidad entrecruzada con la “lógica” de la racionalidad: el
“ser integral”). En el proceso, la naturaleza tardó años; el ser humano: segundos, en
alcanzar dicho deseo (producción de sí mismo in vitro). La materia llegó a la frontera de su
movimiento con el aparecimiento del ser humano (en cuya formación interviene él mismo,
mediante el trabajo) 221 ; el ser humano, al reproducir su sucedáneo en la mecánica
antropormorfizada pensante, se pone también su límite. Se advierte, que existe otro orden en
los hechos, otro sentido y otra verdad para la vida humana y en los procesos que hacen su
entorno (el ser humano podía llegar sólo a la producción del reflejo universal, en asocio con
la IA o crear el mecanismo deliberante que lo logre; en este último caso, el proceso es
deshumanizante). Las necesidades, que en la búsqueda de satisfacción inducen la producción
de instrumentos (flecha, máquina, mecánica sapiente), aparecen como el medio conducente a
la producción del “instrumento” humano; de este modo queda preparado el “otro yo”: la
pareja productora en interfaz de la conciencia superior, plena. Es este último cometido, el
que se realiza en la fase comunista por venir y sólo en ella; la que debe durar mucho o poco,
dependiendo de la eficacia de la labor científico-técnica de última generación; la que habrá
de perdurar, una vez llegada a la cima: en ese movimiento estacionario de vida, mientras la
monotonía sea susceptible de tolerar (no hay “bien” que dure cien años ni cuerpo que lo
resista).
El proceso de progreso de las fuerzas productivas concluye con el robot sapiens, se
reitera, pues, ni la naturaleza ni el ser humano pueden producir un mecanismo o un ser
superior, aunque su poder superior (interfaz inteligencia natural-inteligencia artificial) es
dado conseguirlo por el ser humano como fusión persona-máquina (“mecanismo”
–substancia pensante- y reflejo de la materia en la mente: conciencia total, son nuevas
realidades que exclusivamente le competen producir como aporte del ser humano dado a lo
que ha encontrado y hecho la naturaleza –la verdadera “cultura”), como condición para
producir el ser superior y la conciencia universal; la máquina pensante en interfaz con la
humanidad, dan lugar a la última forma de civilización (nivel civilizatorio): la comunidad
fraterna o comunismo, cuyo régimen institucional canal de cohesión y operación es la
democovivencia (los miembros de esta comunidad se integran a las tareas del conjunto
porque “comparten el interés en los valores que van a efectuarse mediante” la cavilación en
común). La realización de la historia (Historia: camino que va de la ignorancia completa
hasta el saber absoluto), tiene como mecanismo de ascenso cronológico por etapas, a los
diversos niveles progresivos de la contradicción: modos de producción, hasta que ésta –la
antinomia- se anula en el sistema de democovivencia en su faceta material; la antinomia de
contenido desaparece con el saber absoluto 222 ; al borrarse toda contradicción, el ser humano
se ha negado así mismo en su autometamorfosis hacia condición “divina”; el movimiento
cesa, se detiene la vida racional, los procesos vuelven a su estado primigenio de
inconsciencia (en realidad, una vez que la materia consciente ha cumplido su misión:
221
“… ¿no será la hominización un fenómeno concluido?” (Vallois, H. El problema de la hominización; en:
Colección 70, Los procesos de hominización, México 1969). Dicho sea de paso: inteligencia habrá siempre que
haya algo que investigar, que conocer.
222
El movimiento progresivo: contradicciones ser humano-naturaleza (sobrevivencia de la inteligencia), capitalcapital
(competencia en el mercado), capital-trabajo (lucha de clases), socialismo-capitalismo (geopolítica,
desarrollo tecnológico), socialimperialismo-imperialismo clásico (geoeconomía, automatización),
neocapitalismo-subversión mundial (cambio de relaciones sociales) y emocionalidad-racionalidad (superación de
la mitología y la sensorialidad), lleva al absoluto. Sólo ahí es cuando el ser humano se ha revestido de la
capacidad de ser libre: de responder por propia voluntad en el único plano importante: “ser o no ser” al final de
la proeza, cuando el ser humano se ha tornado omnisapiente, omnipresente, omnipotente, inmortal. No obstante,
sin la anulación de la esfera sensorial, el ser humano no podrá alcanzar el nivel superior de la racionalidad; pero
la conciencia de la racionalidad (y la racionalidad misma) lo da la emocionalidad; ahora bien, la sensorialidad es
la base de la bondad o de la maldad (la racionalidad es fuente absoluta de “bondad”); una máquina pensante sólo
puede ser buena (indiferente), puesto que no está dotada de naturaleza natural (a no ser que dicho caracter se lo
haya emplazado de forma lógica, mediante simuladores); la máquina pensante (IA) coadyuva ampliando la
capacidad de la inteligencia mientras que el ser humano –conectado en interfaz con ella- lo hace con la
sensibilidad, que es la forma en la que la racionalidad se torna consciente. Sin embargo, la sensorialidad que
permite asumir la conciencia de la racionalidad es un nuevo, un tipo muy diferente se sentimentalidad: no es la
primitiva, o sea, la que ayudó al ser humano a preservar la vida (el dolor, por ejemplo) y a su multiplicación (el
coito, verbi gracia), sino aquella posición hormonal y de los sentidos que han receptado el influjo de la voluntad
de la madurez de la vida, que transmite la sensación de bienestar, por la satisfacción subjetiva que induce el
significado de la obra seria realizada.
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