Bajar documento - La nueva concepción de la historia

del sistema de mercado moderno: la de orden revolucionaria, en la que el conocimiento de los
hechos proporcione márgenes de maniobrabilidad a la actuación política de la clase
ascendente, para que ésta intervenga con conciencia de la necesidad histórica sobre ella, de
modo que se torne práctica la posibilidad de forjar un mundo racional (superación del simple
deseo, de la utopía) en el que sea posible planificar su movimiento ulterior (las circunstancias
hacen al ser humano, como éste hace a aquellas –Marx: Carta a Pannekoek-; este “hacer
humano”, se debe a la presencia de la conciencia generada históricamente en el trabajo en
sociedad, en el desarrollo de la ciencia y de la técnica). En segundo término –tal como se
anotó más arriba-, “…no se descarta en su pensamiento que el proceso humano avance de
modo espontáneo hacia la esfera más alta de relaciones sociales mediante el desarrollo de las
fuerzas productivas”.
En la continuidad necesaria del objeto de reflexión atrás abierto, debe enfatizarse, que
Marx jamás consideró que la economía capitalista se iba a derrumbar sola en el corto plazo
histórico como efecto de las contradicciones abiertas por el desarrollo de las fuerzas
productivas (dixit Diego Guerrero); por el contrario, sus esquemas de reproducción
demostraron la posibilidad de su prolongada vida (la frontera de este sistema debía ocurrir en
su vejez: cuando haya cumplido su papel histórico –o sea, una vez que esta fase humana haya
dado todo lo de sí en la producción de las condiciones materiales del mundo nuevo- e
ingresado en el momento de crisis sin retorno, en el que debía obrar el obrero político
perurgido por los síntomas del desempleo, el descenso del poder adquisitivo, la “insalubridad”
–carencia de satisfactores para el consumo o reproducción colectivos-, y la racionalidad). Las
acciones revolucionarias del proletariado y su presencia en el poder han devenido, en
consecuencia: en el “acelerador” de ese desarrollo impulsándolo violentamente hacia su
desenlace potencial (hacia la “cibernetización” de la vida), en el que la llamada pluralidad de
acciones revolucionarias de múltiples sujetos tiene por objeto simplemente completar esa
obra, mientras el capitalismo “recoge sus pasos” (en verdad, históricamente la forma burguesa
de producción “vive” tan sólo el instante fugaz en el que tiene lugar el traslado del “occiso”
hasta el sitio de su descanso final; el cortejo fúnebre lo componen los capitostes de la
Dirección Contingencial y sus enterradores vienen siendo los “movimientos sociales” 1148 ).
En realidad, el descenso de la tasa de ganancia obliga al capital a arremeter contra el
salario (reducción del salario real –inflación, devaluación-, compresión de la nómina,
incremento de la taza de rotación, eliminación de los beneficios de ley, endeudamiento y
aumento del monto de su servicio –anatocismo-, intercambio desigual, acumulación por
desposesión, marcas y patentes, maquiladoras, trabajo por horas, evasión tributaria, asalto a
los fondos públicos –salvatajes empresariales y bancarios-; éstas, dicho sea al pasar, algunas
de las contratendencias que estructuran el sistema de defensa del capital); el trabajo se
depaupera (depauperización relativa y absoluta), se organiza y se enfrenta la capital. Este
último puede reproducirse por siempre sea recurriendo a sus fuentes internas (Lenin) o al
precapitalismo (Luxemburgo) si en la lucha puede logra supeditar al proletariado, llevar a la
tumba a fracciones enteras de la población (destrucción de fuerzas productivas, acción
necesaria para iniciar un nuevo ciclo); ahora bien, en la lucha el capital parece haber ganado
(el socialismo ha caído y el proletariado se ha tradeunionalizado), no obstante, la inmolación
proletaria (lucha de clases) ha provocado el desarrollo de las fuerzas productivas, la
mecanización, el progreso científico-técnico (lucha en la fábrica, lucha a nivel del país, lucha
contra el socialismo, lucha contra el socialimperialismo, lucha contra la población
empobrecida mundial –incremento de la productividad y reducción de costos), ese cambio en
el “modo” de producción prescinde cada vez más del trabajo vivo y el capital se queda solo en
la historia, como consecuencia: ya no puede valorizarse, porque el valor procede del trabajo
vivo (O. K.).
Estas rutas, en su concreción –por tanto-, se han influenciado recíprocamente, en
función de la condicionalidad coyuntural. La inteligencia: la capacidad máxima de expansión
de la especie humana (como toda especie) al no encontrar límites naturales para ella tal como
sí ocurre con otras especies (topes que operan en el marco de los ciclos intrínsecos de
1148
Capitalismo: sistema agónico o muerto; tanto la una como la otra situaciones son el producto de la
Revolución de Octubre, de la experiencia socialista y postsocialista, de las luchas populares y del proceso
progresivo de automatización; esta subfase (la actual de transición), por su parte, va a durar unos 30 años en la
zona de capitalismo central y unos 50 en la periferia, una vez concreto y antes de volverse abstracto para la
especie, para el planeta, para la humanidad.
724