Bajar documento - La nueva concepción de la historia

ídem; un dicho popular refiere: “donde hubo fuego, cenizas quedan”. Se hace votos porque el
mundo vaya por ahí pronto, dado que esa es la indefectible ruta. Hora mismo: febrero del
2012, Rusia y China han bloqueado con su veto en el seno de la ONU, la invasión de la
OTAN a Siria; se ve cómo se van alineando las fuerzas en el planeta: China y Rusia lo han
hecho con Siria, si la amenaza persiste incluso sobre Rusia y China, los pueblos del mundo se
alinearán con China y Rusia. De manera que, esta persona, que Ud. tiene en frente, cifra
esperanzas en China y Rusia; en China, pues, su alejamiento del auténtico camino de
edificación socialista, tenía su razón, a la luz de cómo han ocurrido los hechos. Luego, si
China estaba destinada a seguir el camino de Albania o el de la ex URSS y no el de Cuba,
según un argumento baladí, está bien que se haya elegido la ruta intermedia (“socialismo de
mercado” -sic): esa sociedad se propuso aprovechar la potencia productiva de una forma
económica mercantil, sin dejar de pensar en alcanzar el “desarrollo”, para luego optar por
asumir un marco de organización socialista, como lo reiteran, cuando el nivel de desarrollo de
las fuerzas productivas, así lo posibilite.
Observe Ud. un hecho: la humanidad hoy por hoy tiene un enemigo común
plenamente identificado: el capital financiero estafador global, que en concreto quiere decir:
EU, UE, Inglaterra, Israel, la ONU, el FMI, el BM, la OTAN, el clan Bush, Sarkozy,
Cameron, Netanyahu; ese es el factor real que está uniendo a la humanidad, que la convierte
en actor político, se hace alusión S. Hessel y los Indignados.
¿Cuál advierte que pueda ser la ruta para el grupo de países como el que integra el suyo?
Como ya se ha dicho por parte de algunos observadores desapasionados sobre las
posibilidades que definen las condiciones del momento histórico, países como el Ecuador
(tanto los de menor como de mayor “desarrollo relativo”, como sería el caso de Brasil, país
este último, ahora convertido formalmente, por el proceso de valorización de una sección del
capital multinacional, en la octava potencia), debe seguirse la corriente de la llamada
“globalización”. Pero es necesario hacer esfuerzos por superar el modelo económico que
perenniza la transferencia de riqueza social a las metrópolis tanto como las disparidades
endógenas, esto es, el patrón de baja productividad del trabajo: el primario exportador, como
efecto de designios reprimarizadores, de la reafirmación de la clásica división internacional
del trabajo. Con ese propósito es necesario colocar a otro sujeto social, a otra fuerza histórica
en la gestión del Estado: los sectores ligados a la producción real, de manera que en las zonas
del llamado “subdesarrollo”, se creen condiciones favorables para el ingreso de inversiones,
que se ubiquen en el sector productivo, generen empleo, transfieran tecnología, cuiden el
entorno ambiental y reinviertan utilidades. Por esta vía, se induciría la producción de
conocimiento, de tecnología y las esferas subjetivas todas experimentarían inusitado
desarrollo, creando la fuerza, que permita al ser humano post neocolonial, desplegar su vida
en forma esencial: su vida productiva, su mejor cualidad e insertarse en los procesos de la
historia.
Debe dejarse atrás toda actitud de arbitrariedad, que solamente se sostenga en la idea y
en el querer ser de ella. Hay que volver la mirada al mundo, participar en el proceso de
producción a escala planetaria, hacer esfuerzos por intervenir en el mercado y aún en el
sistema financiero (eso, si lo permiten las multilaterales); no existe otra manera de salir del
atraso, en las condiciones inevitables de la realidad actual, que prevalecen sobre toda
voluntad. Brasil, México, Argentina, Colombia, Chile, puede decirse, que han alcanzado
cierto grado de desarrollo productivo, tecnológico; no obstante, el resto de países de América
Latina (Haití) carecen de las condiciones para salir, de motu propio, del “subdesarrollo”, de
modo que es exigido que se inserten en la economía global. Ahora bien, si el propósito de un
patrón de desarrollo es alcanzar el “buen vivir” o el “desarrollo multifacético” del ser humano
en entornos socio-políticos de igualdad, autonomía y libertad (la propuesta marxista clásica),
el problema planteado es la revolución, la instauración del socialismo y la lucha por la caída
del imperialismo (y lo dice una persona, que no se considera un converso); o, por lo menos
asumir posiciones nacionalistas, desarrollistas, populares. Pero si el fin de una nueva política
económica y social (política pública, se diría) se corresponde con ser medio material de forja
de las condiciones para la asunción de una “visión” filosófica de la vida, como tarea general,
histórica, mayúscula asociada con el fin de la existencia humana, es necesario priorizar el
desarrollo científico y técnico, para lo cual no hay otra fuente, que el contacto con el mundo.
Es verdad, que lo óptimo sería poner las bases para cumplir aquella finalidad suprema en el
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