Bajar documento - La nueva concepción de la historia

Mutatis mutandis, la “sociedad” de “500” años en el futuro, mirará apoltronada en Júpiter, su
adorable llacta, su caverna: la tierra, y rememorará con gesticulaciones combinadas de ternura
y reproche, el cúmulo de disquisiciones neovizantinas y pro escolásticas, desatadas hoy (“día
del Señor”, agosto del 2001) con motivo de los avances de los procesos de clonación humana,
según los intereses que tienen sobre la técnica, precisamente quienes han hecho de esta
última, uno de los mecanismos de su salvación (según Discovery Channel, se especula que
Marte es planeta ideal para colonizar en el presente siglo, puesto que se dice que el mismo
cuenta con los recursos necesarios; pero: ¿para qué terraformar Marte?; ¿para que las
mismas porquerías que hace la cúpula del capital estadounidense aquí, se hagan allá?;
absurdo: Marte o cualquier otro lugar en el “espacio” tienen sentido como punto de apoyo en
el camino de realización de la inteligencia racional –“inteligencia significa perfección”). La
humanidad de modo progresivo –en ese sentido, o sea, en perspectiva neoiluminista- continúa
sacudiéndose de las escorias del pasado, de temores hipócritas y marcha con firmeza hacia la
conquista intelectual del Universo, sobre el trasbordador neoprometeico del pensamiento
colectivo virtual y cibernético 838 .
¿Cuál es el estado de la ciencia –de su objetivación pragmática- y cuál es su futuro; en
qué consiste la fase que viene para la ciencia no idealista? La ciencia madre: la Filosofía, esto
es, aquella que refleja el modo de ser del objeto “materia” en general, se halla a portas de
alcanzar su estructuración integral, es decir, la concepción científica unitaria de la naturaleza,
de la sociedad y de la conciencia (el ser humano hoy, como lo sostiene Einstein, se encuentra
documentándose, o sea, recabado información sobre estas tres esferas, luego propondrá la
teoría general del “ser”); este saber objetivo, que precisamente arrancara primero, que
entregara las guías maestras en el fluir de las disciplinas parciales, y que luego se
complementa y fija su rigor en los productos de aquellas 839 . La Cosmología (¿macro y
aparapetados –en cierto modo- sobre aquel gran hombro, han avanzado en la interpretación objetiva del
Universo, mediante la formulación de desarrollos teóricos, los cuales cada vez más encuentran su
correspondencia empírica, en la naturaleza dialéctica de los hechos (punto de vista filosófico, que yace no muy
lejos de la base interpretativa del gran Aristóteles). Respecto de Newton, es verdad que los defectos de la
mecánica newtoniana son difícilmente perceptibles al tratarse de objetos macroscópicos de baja velocidad, pero
resultan considerables e inaceptables aplicados a astrofísica y mecánica cuántica (largas distancias y
velocidades altas), allí funcionan mejor las predicciones hechas por Einstein (no obstante, también la teoría
einsteiniana se sostiene que ha entrado en cuestión, pues, en junio del 2000 se dice que Lijun Wang de Princeton
experimentalmente habría conseguido superar la velocidad natural de la luz; sin embargo, no es que Einstein se
halle equivocado –eso no modifica nada-, puesto que la velocidad de la luz sigue siendo una constante cósmica,
en tanto con aquel notable experimento lo que se ha hecho es actuar voluntariamente –aprovechándose el
conocimiento y la tecnología-, sobre una ley natural); pero las ideas newtonianas han servido de marco
subjetivo en la comprensión y en el diseño de la técnica, en la dimensión humana de la vida. Se dice, que si
Newton formuló la ley que explica la caída de los cuerpos, Einstein (Mileva) –en cambio- profundizó en el
esclarecimiento cognitivo del fenómeno: para él, la atracción entre masas corpusculares de diferente dimensión,
se debe a la “curvatura del espacio/tiempo”; lo cual equivale a sostener: la curvatura forma/movimiento de la
masa (del movimiento rectilíneo al movimiento curvilíneo), en el sentido de que la forma de la materia compacta
es la que se curva y, con ella, el movimiento.
838 El supuesto teórico debe alcanzar su determinación de existencia plena. El Universo se tomó la molestia de
existir y ¡finísh! La pregunta que sigue, luego, es: ¿por qué la preocupación del ser humano por comprenderlo?
(el sentido de la vida racional es entender el Universo, o sea, llegar a la cima de la razón, abordar el mundo
tanto física como intelectualmente). La noción más certera –la gran intuición, en la perspectiva de Heráclito y
de la conducta reflexiva de Spencer: abstraerse, en lo posible, del influjo del razonamiento ajeno- propone que
el Universo ha sido, es y existirá por siempre desplegando un ciclo permanente (pulsátil, inflacionario,
expansión/implosión, nueva expansión: Sagan, desbocado, en espiral; a fin de cuentas, todas estas
características constituyen determinaciones singulares), pues, la entropía tiene su contrario: la desentropía
(recuperación de la “energía” y la organización en un proceso superior), o sea, la clausura de un proceso en el
que se incluye la reversión, cuyo carácter advierte una modalidad de tipo degenerativo, en su estado de sucesión
de etapas de “pérdida” de energía y el todo devenido (concretización) se descompone, se recicla pasando a
integrar, a formar parte –con sus huesos desintegrados, esto es, con los componentes químicos elementales
(materia prima)- de nuevos procesos insertos en un ciclo naciente. Pero aquí –de nuevo- el modo de ser del
Universo permite exponer un límite: las leyes que lo estructuran y de las que se deriva su proceso, tienen esa
naturaleza, la cual acota la disyuntiva tan sólo a una: siempre a la operación de esas leyes (allí se detiene la
creatividad y la acción de la voluntad).
839 A propósito, los adeptos a “praxis” (la Escuela de Frankfurt y quienes niegan la pertinencia y la posibilidad
de teorizaciones abarcantes sobre procesos no humanos), consideran que la única realidad cognoscible y útil es
la dialéctica social; estas personas se mueven en los ilusorios vericuetos metafísicos de los hechos; proclaman
la “muerte de la filosofía”; para el efecto recurren a aquel pasaje de Marx en el que se asevera que “la filosofía
debe eliminarse, realizándose”. La inteligencia humana propende espontáneamente al saber total, esto es, a la
formulación de una teoría dialéctica sobre el “ser”, sobre la sociedad y en torno de la mente, en su integración
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