Bajar documento - La nueva concepción de la historia

terrenos desconocidos, sin saber lo que le espera y normalmente se encuentra con el
éxito?) 1634 .
La especie, por tanto, puede ingresar en una fase obscura de degeneración en el curso
de su racionalidad, pues, la virtualización y la automatización de las actividades de la mente
provocarían “paro” forzoso generalizado en el sector del trabajo intelectual; el esfuerzo
lógico, riguroso, científico a cargo del cerebro, cesaría. Antaño se ha sostenido, que si un
pueblo pierde a las generaciones sobre los 12 años, éste retrocedería al paleolítico: perdería la
sabiduría; pese a que la humanidad actual cuenta con mecanismos para mantener y trasladar el
knowhow generacionalmente, la desocupación de la mente en sus tareas lógicas, puede derivar
en efecto parecido. El positivismo y el tecnocratismo como actividades investigativas teóricas
y aplicadas recluidas de modo casi exclusivo a las universidades y politécnicas, o sea, como
proceso institucionalizado llevado a cabo fuera de la sociedad, han jugado un papel crucial en
la formación de la racionalidad. La “educación” formal, llega a su término como hecho
institucionalizado; si la humanidad toda no asume sus roles, el peligro es inminente. Es
verdad, que el acumulado de ciencia y tecnología ha ejercido el efecto de “salto” en la mente,
aun así la reducción de las actividades de la producción y conexas, puede desvirtuar, anular, la
nueva cualidad humana. Es por eso que hace tiempo los europeos han pensado en crear
centros y aparatos de gimnasia mental 1635 .
Y, si la Universidad “se va a la casa”, los medios de “comunicación” la substituyen
por un dado momento en el itinerario humano. Los aparatos de información, recreación y
educación –sic- (“aparato ideológico de Estado” –Althusser), principalizan el último rol,
hecho por el cual el conocimiento se transforma en la base del poder humano, “se vuelve el
medio más idóneo de distribución del ingreso”, en la medida en que el saber se socializa a
través de filtrado de los substratos, métodos y procedimientos que el desarrollo del mercado
exige, esto es, a consecuencia de la difusión de las tecnologías de punta como los ordenadores
(Ley de Moore) y el Internet. En efecto, el conocimiento, de mercancía sui géneris, poco a
poco pierde su calidad de objetivación del trabajo históricamente concreto (“productivo”),
puesto que se apodera de los cerebros cada vez y cuando como proceso educativo de
absorción de la experiencia humana, se expresa como potencial verdadero en la capacidad de
hacer cosas” (knowhow). En este punto se materializan los deseos: “el hacer material su
querer” de los seres humanos y “hacer espiritual sus recursos materiales”: el ser humano
consigue incorporar en su gran “espacio” espiritual a la naturaleza entera (A. Castillo). La
fase de vigencia del “capital monopolista de Estado”, es el escenario en el que tienen
ocurrencia los hechos citados; en efecto, el desarrollo de la ciencia y de la técnica, la
reducción de la brecha entre países del centro y los de la periferia, se cuentan entre los
mecanismos, que habilitan la realización fluida del comercio exterior; ahora bien, como todo
lo que resuelve el sistema a último momento, es evidente, que factores que en apariencia
alientan el progreso unilateral encerrado en una etapa superada, tienen, mas bien, carácter de
boomerang.
Esto es lo que no ven los profetas de la “nueva educación” en la “nueva era”, es decir,
el hecho de que al descomponerse el último sistema antagónico y con él: todo el período de
formación clasista de la humanidad (como efecto de la política proletaria y del desarrollo de
las fuerzas productivas), se cuartean también sus más gruesos pilares; uno de ellos es
precisamente aquel encargado de reproducir la ideología de la clase dominante con fines de
sujetación (sujetación psicológica en la niñez y en la adolescencia; sujetación ideológica en la
adultez, pues, el adulto ha sido madurado espiritualmente en la escuela y en el colegio, ha sido
madurado técnico-profesionalmente en la universidad, y sobremadurará en los estudios de
postgrado, pero siempre –en estos últimos dos casos- en actitud tributaria de sus intereses: la
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La llamada “intuición” del pionero, no es más que la operación de la “lógica común” en su proceder, esto
es, la elaboración perceptual sobre un hecho y de toma de decisiones de una mente hiperactiva con insumos de
información limitada o relativa a la esfera epifenoménica tan sólo.
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Ciertas personas dicen advertir el fenómeno curioso por el cual la niñez y la juventud actuales detentan
mayor desarrollo de la llamada “inteligencia emocional”, vinculada con el mayor dinamismo operativo que
tendría en ellos el hemisferio derecho de su cerebro; no obstante, si bien es cierto que la parte lógica diezmada
en el ser humano (aunque dicen también, que los jóvenes actuales deben recibir un trato más maduro), puede
pasar a los auxiliares mecánicos, y puesto que la afectividad no puede llegar a ser una propiedad de las
máquinas (aun de las inteligentes) -lo cual implicaría sostener, que solamente la organicidad natural es
afectiva-, la esfera lógico-racional debe ser defendida, promovida y consolidada, para afincar la base de toda
realización posible de la conciencia, incluso para percibir y realizar de modo consciente la afectividad.
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