Bajar documento - La nueva concepción de la historia

financiero, la ONU, la Liga Arabe, la OTAN se proponen repetir los episodios de invasión,
magnicidio e imposición de su designio perpetrados en Libia. Los acaeceres específicos no
alteran para nada la ruta impasible del rumbo humano conseguido; la tendencia básica (la que
estructura la ley) abierta por el desarrollo de las fuerzas productivas en consuno inconsciente
con la “lucha de clases” matizada por las acciones mundiales
subversivo/intelectual/populares, remarcan la dirección general por sobre las
contratendencias: “halcones de Washington”, capital financiero, modelo de acumulación
neoliberal. La estructura (fuerzas productivas y relaciones de producción) se ha tomado la
vida; su contenido se expresa conspicuamente a nivel superestructural político, simplemente
como imagen invertida de procesos detenidos y marcha atrás; en realidad, como hoy no serían
admisibles las relaciones esclavistas o serviles, tampoco tienen aceptación y son
contemporizables la bipolaridad riqueza y miseria extremas: las consignas de los movimientos
de los Indignados y de Ocupación, constituyen las formas de lucha que bañan y redefinen los
colores de la praxis política mundial. El patrón de occidentalización y reforma, rompe todo
dique y opera a manera de ariete histórico.
Las “fuerzas productivas” constituyen inteligencia ontologizada 569 . La capacidad
asociativa de la mente que se enfrenta a necesidades (y problemas), debe producir
conocimientos, vincular necesidades, conocimientos y condiciones del entorno, para
conseguir los satisfactores; con ese propósito crea técnicas e instrumentos, los cuales forman
las fuerzas productivas materiales, las que a la vez ponen la condición para la estructuración y
reestructuración de las relaciones de producción; fuerzas que se modifican constantemente en
tanto emergen nuevas necesidades (necesidades, incluso incursas en el interior del propio
desarrollo de las fuerzas productivas). Con la reproducción maquinizada de la propia
naturaleza humana: el robot pensante, la civilización ha arribado al concreto; a partir de este
momento: las fuerzas productivas siguen desarrollándose, pero carecen de la propiedad de
generar modos de producción o saltos organizacionales al interior de la especie. La
humanidad se ha estacionado en su determinación material y con los instrumentos y el
progreso al interior de éstos, sigue desarrollando la esfera espiritual. Si el ser humano (el ser
que crea fuerzas productivas materiales y aprovecha las existentes de modo natural) ha sido
replicado en su sucedáneo: el robot sapiens, se ha llegado a la frontera de esa creación; el
robot que piensa es la fuerza productiva, que contrariamente al molino de piedra, al de viento,
al de vapor, al de petróleo y al eléctrico que dieron lugar a relaciones esclavistas, feudales
capitalistas e incluso socialistas, crea, en cambio, las relaciones comunistas y ahí concluye el
desarrollo de las fuerzas productivas y el cambio en coherencia de las relaciones sociales,
habiéndose establecido las condiciones para que el ser humano concrete la conciencia, el
poder y la libertad.
Empero el robot “interviene” en política (la máquina a vapor “lo hizo” en el siglo
XVIII en el frente de la empresa y en forma fetichística obnuvilatoria de la subjetividad
proletaria) como parte de las fuerzas productivas creadoras de civilizaciones (o expresado sea
de un modo propio: condiciones materiales forjadoras de nuevos niveles civilizatorios al
interior del proceso evolutivo histórico-natural unidimensional), como su culmen: forma
cualitativa y significativamente superior en comparación con la máquina y la automatización,
pero como mecanismo intermedio entre la mecánica y el dispositivo autónomo. Si el
proletariado es la clase par excellence que sostiene el último conflicto (capitalista: la
verdadera clase que ha superado el carácter estamental de los sujetos predecesores suyos), el
cual concluye con su negación (precisamente en la robótica), al final de la larga formación
clasista de la humanidad, éste se transforma en subversivo (en realidad, en neoproletario o
proletario expandido: subversivo, intelectual, ciudadano); no obstante también el subversivo
se transmuta en su tipo último: el neosubversivo o robot por el lado del frente histórico de la
civilización y como fuerza productiva especial, y en tanto se acerca a la constitución humana,
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Es la oportunidad de revestirle de sentido a aquella variante de pensamiento relativista. El costo de un avión
de combate yanqui de última generación pasa de los mil millones de dólares estadounidenses; esta cifra
representa fácilmente un porcentaje del presupuesto estatal de un país neocolonial o con dicha bicoca se podría
llenar de escuelas, de hospitales el mundo “subdesarrollado”; perfecto: ese el lado sectariamente negativo de la
evaluación sobre el hecho. No obstante, esa maldad (“no hay mal que por bien no venga”) tiene su cara reversa
positiva: desarrollo de la técnica, de la ciencia, del dominio de la realidad, progreso de la conciencia (el premio
Nobel de la Paz, el señor Adolfo Pérez Esquivel, deploraría este razonamiento, el cual dice –tanto como otros de
igual modelo mental: hedonismo estético, empresarial, religioso, humanista, ecológico- que hay que dejar de
lado el pensamiento cartesiano, es decir, el momento de arranque de la auténtica racionalidad).
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