Bajar documento - La nueva concepción de la historia

El monismo conciencial (“discurso logocéntrico”) se vuelve, como debe ser, el reflejo
objetivo en la mente de la inobjetable univocidad y unidad material del mundo; subjetividad
homogénea conseguida en el momento en el que el parecer se ha tornado único: cuando los
diversos cuerpos en los que reposa una parte de la inteligencia genérica (“unidad de
inteligencia”: categoría racional, célula viva del pensamiento, base del desarrollo dialéctico de
la conciencia, protodivinidad), constituyen el sostén de una sola cabeza integrada por los
cerebros de una generación por venir, conectados en red. En el presente puede todavía
hallarse en discusión y en recusación este punto de vista (precisamente hoy, en el instante en
el que la “época cambiada”, es un momento transicional, o sea, nueva episódica que deriva en
cambio que se asienta produciendo muchas diferencias, es cuando se verá excesiva virulencia
impugnadora respecto del planteo de la perspectiva de homogenización y unidimensionalidad
perceptual sostenida 610 ; transicional: en el sentido de articulación, interpenetración y lucha
entre dos parciales “civilizaciones”, que en el sentido más lato griego, esta fricción produce
una síntesis parcial, en la que se encuba la formación de una nueva y real). En realidad: al
definir al ser humano como “unidad mínima de inteligencia” 611 : la supra identidad, se
avanza la “abstracción inicial” del proceso humano y aparece el propósito de ese tipo de
existencia: llegar a ser el “ser absoluto” 612 . Por tanto, la realidad va para allá, sea cual sea
el punto de vista y el deseo actuales, pues, la “vida se impone”. La pena es, que ningún
miembro de las generaciones maduras actuales, estará presente para comprobar o “disprobar”
lo dicho. Esto es, para asistir al momento en el que la humanidad se vuelve “racionalmente
totalitaria”, en oposición a las ideas y aspiraciones reglamentarias de, por ejemplo: H.
Marcuse, quién recusa el desarrollo técnico en su obra “El ser humano unidimensional”; y, lo
hace de modo equívoco, cuando generaliza el uso interesado que hace el capitalista del
desarrollo técnico y las secuelas que esa determinación trae aparejada, junto al límite de no
poner ese desarrollo, en la perspectiva del movimiento humano general, superior, finalista.
En lo tocante a la “cuestión humana” en concreto, precisando la cosa, ha de hacerse
referencia a una nimiedad, a una minucia intelectual, que siempre estuvo allí, y que podría
llamarse: “teoría de la propiedad”, argumento que debe ser la respuesta a dicha incógnita.
En efecto, cada ser vivo se halla revestido de una propiedad esencial, única, la cual le permite
inmersarse en su entorno y realizar su sentido: las plantas, detentan la cualidad específica
clorofílica e intervienen participando en la reproducción de las condiciones inmanentes al
sistema que les engloba; los animales –incluido el ser humano en sus primeras etapas- se
hallan provistos de la capacidad, que les conduce a intervenir en el equilibrio de la vida
natural con sus acciones de reproducción vital y con sus despojos (deshechos que se reciclan
en forma natural, tanto como alimento de otros seres o en la simple descomposición
corpórea); el ser humano se halla provisto de la propiedad más singular y superior del
movimiento de la materia entera: la inteligencia, su razón y realización es producir la
“conciencia de sí” y la conciencia de la materia toda (genera nuevos paisajes e incluso
poniendo en peligro la ontología natural misma: el calentamiento global), en su
representación como conocimiento integral: ese el carácter y el sentido de la vida
racional (eh ahí el sentido profundo del funcionamiento de las cosas –de la conciencia). El
algoritmo resumido es: la cualidad absoluta de la Materia es tener y generar propiedades; la
propiedad desarrollada al límite es la inteligencia; su realización lleva a la meta de todo: el
saber absoluto (“llegar a controlar toda la energía de una galaxia”; la “capacidad de reanimar
y unir todas las cosas”). En una palabra: ¿”para qué está el ser humano en la tierra”?, ¿cuál es
610
La globalización uniformizadora, en lugar de constituir procesos peyorativos, es la más radical revolución
positiva, que como siguiente paso da la humanidad en pro de su destino superior (“buen vivir”, identidades
parciales, diversidad, expresan intereses con sentido limitado a la resolución de problemas que el capitalismo ha
generado en la coyuntura; sin embargo, se trata de tesis reaccionarias puestas en términos de largo plazo y del
gran objetivo humano).
611
Parafraseando a Marx (Historia de las doctrinas económicas): el fundamento, el punto de partida de la
fisiología del sistema humano, de la comprensión de su organismo íntimo y de su proceso vital, es la
determinación de la existencia racional por la inteligencia; todas las ideas sobre el género deben corresponderse
con ese fundamento (la historia, el pensamiento, la conciencia, el futuro, el telos), a ese punto de partida, sobre el
cual descansa la conexión íntima, la verdadera fisiología de la humanidad.
612
Polaridad (a la inteligencia): naturaleza, sociedad y pensamiento (“El gran mérito de los fisiócratas, y en
primer término de Kesnay, es –aunque en una forma parcial ya que se limitaba a la producción agrícola- el de
haber relacionado fenómenos tan diversos como el salario, el beneficio, la renta, el beneficio comercial, etc., a
una esencia originaria única, la plusvalía producida en el sector de la agricultura” –Althusser, Louis. Para leer
El capital).
390