Bajar documento - La nueva concepción de la historia

Un cuerpo (en el “vacío”): ¿curva el “espacio/tiempo”? La gravedad es, mas bien, efecto del
movimiento –circular (según otro planteamiento, “la gravedad es efecto de la curvatura del
espacio causado por el movimiento de cuerdas”). La fuerza centrípeta (la “gravedad”) es
producto de la fuerza centrífuga (ya se ha dicho, que una masa mayor que se mueve va hacia
el cuerpo que fenoménicamente parece como que atrae, dando lugar a la fuerza centrípeta,
mientras que aleja a otros cuerpos cuando éste se aleja de ellos, generando, para éstos, la
fuerza centrífuga). En efecto, la explosión produjo a y el movimiento (de la Tierra), el cual
determina su curso; éste se mantiene en equilibrio entre las dos fuerzas: centrípeta
(“gravedad”) y centrífuga (el desplazamiento rectilíneo, que llevaría al infinito a la Tierra, si
no tuviera la influencia atraccional del sol; en cambio, si no tuviera movimiento a la velocidad
dada, la Tierra caería en el sol)
Pero: ¿cómo se determina esta última (en la explosión, en la expansión ésta
–éstas- queda fijada –en tanto constantes- en un momento de constitución del universo
viable)? Podría, por tanto, explorarse la siguiente hipótesis: la gravedad es el resultado de los
movimientos de rotación y traslación de la tierra (estos movimientos, por su parte, se fijan
–como constantes- luego de la explosión en la expansión), los cuales curvan la forma y el
movimiento de la materia, aquello que hace que una masa pequeña sea atraída por una mayor
en la que esta última yace contenida (el fundamento es la simple observación del
comportamiento de un líquido contenido en un balde, a los cuales se hace circular –como se
jugaba cuando niños- alrededor de uno: el líquido gira en círculos en el interior del balde en
torno nuestro, pero también gira en su propio terreno”; en efecto, cuando se hace girar un
recipiente con agua alrededor de un eje, el líquido no se derrama, tiende –mas bien- a girar
y a correrse al epicentro). En fin, la fusión lógicamente coherente de las cuatro axiomáticas
fuerzas que mueven al Universo y la Teoría del Big Bang (la fijación de las constantes
cósmicas y el desarrollo en curso del Universo) explican hipotéticamente “todo” el proceder
no social y no mental de la realidad; queda su precisión y prueba en los años que vienen 1280 .
3.2.4.4.- EL COMPLEJO Y LA INSURGENCIA DE LA CONFIANZA.
Sobre el escepticismo en torno del posible acceso de la mente al nivel absoluto del
conocimiento, en ciencias parciales, la palabra “absoluto” con la cual es muy común que se
cierre todo sistema filosófico especulativo, está proscrita en el saber objetivo. Es una palabra,
que transparenta una conducta conceptiva sospechosa, pues, le resta seriedad al pensamiento,
a una posición cognitiva frugal, se objeta. Quién se toma la molestia de usarla, cae en la
desgracia de la denigración. Es imposible, está prohibido el plantearse el acceso a la
dimensión absoluta; así se procede también en círculos de reflexión incluso marxistas, esto es,
a la típica manera acomplejada y vasalla, propia de las religiones (Eva y Adán fueron
expulsados del Paraíso, porque pretendieron acceder al conocimiento y revelarse en igual
circunstancia que Luzbel; hoy materialismo e idealismo penalizan a quienes se plantean la
idea que pretende aproximarse a los dominios de Dios). No obstante, en la actualidad este es
un prejuicio de la mente a derrocar (está vencido ya), pues, en su realidad, será desmentido
por la práctica humana, que decurre (la regla es: “las ilusiones de hoy, son las realidades del
mañana”; para lo cual, no es procedente desafiar la autoridad de la ciencia, pues, ello
significaría “… negar que la ciencia pudiera alcanzar alguna vez la verdad absoluta -John
Horgan: “El fin de la ciencia”, 1998). El ser humano se autoeleva a la condición de Dios con
el poder del conocimiento sobre el Universo (las especulaciones científicas colocan este techo
–el acceso a la superación de la tristeza, con el proceso de verificación de las hipótesis
actualmente a la mano: sobre el cosmos y sobre la mente-, a través de una proposición
1280
El Universo, en su modo de ser material, no se halla en etapa de autoextinsión, ni el tiempo es su enemigo;
toda aseveración en contrario es falsa, de falsedad absoluta, según es el decir en la práctica de la abogacía. La
idea del “tiempo” y su uso analógico en la perspectiva de procesos mesocósmicos, es el defecto (dicho sea de
paso, la desacreditación de la noción ontológica “tiempo”, afecta a muchas reflexiones elaboradas sobre ese
axioma, como por ejemplo: en Karel Kozik, cuya “Dialéctica de lo concreto” se ve invalidada en muchas
páginas, sobre todo en lo que respecta al tratamiento del arte). Podría decirse –en la ruta abierta por la
concepción equivoca en uso-, que el “paso del ‘tiempo’” es la razón del autosuicidio del Universo (de
conclusión de un ciclo); no obstante, incluso en la perspectiva del “tiempo” (de su supuesta existencia
ontológica) en la realidad se abren nuevos procesos, que niegan la hipotética acción letal del “tiempo” (en todo
caso, el “tiempo” sucumbe frente a la irrealidad de la materia y del cerebro que: ¿lo capta? ¡No! Que produce
dicha noción).
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