Bajar documento - La nueva concepción de la historia

adecuada de las tendencias de la vida humana y del escenario futuro -Google: 2012 parte II
(La hora del Gran Cambio)/Buenasiembra-, ahora bien, el vaticinio es muy pronto: 12 años;
Moravce, en cambio, plantea una fecha más realista: los 50 años, cuando el mundo esté
completamente robotizado y el capitalismo haya cesado (los chinos, por su parte, consideran
que lo que ellos llaman “primera fase del socialismo” va a durar 100 años –a partir de la
década de los 60 del siglo XX-, cifra que no se distancia mucho de la proyección dada por
Wallerstein, Moravce y otros). En la formulación de la razón verás en torno de los hechos, la
mente debe atender los dos frentes, pues, la Cosmología entrega la dirección general de la
existencia humana; la Historia (la Sociología) confiere –por su parte- la ruta de la vida: como
presupuesto de pasos a través de los cuales tortuosamente se realiza su sentido 168 . La citada
conducta de formación del concepto, arroja como resultado una concepción supratotalizante, a
la que, en el caso presente además, se la implica en panoramas de la mente de orden
políticamente comprometidos, en sentido clasista clásico.
En torno de las primeras repercusiones (avatares, reacciones) provocadas por este
trabajo en el propio Ecuador, en Quito, el mismo –se insiste- se ha hecho merecedor a tres
cuestionamientos (también se han recibido comentarios favorables, por supuesto): de parte de
un economista, de un sociólogo y de una persona especializada en el área de la cibernética,
muy dedicada al estudio de la psicología clásica occidental (personajes éstos, todos
idealistas). El primero ha expresado inconformidad con el argumento, a partir de una posición
totalizante de la Filosofía Oriental, concretamente: de las “eras cósmicas”; al segundo, la idea
le ha parecido un “supuesto a priori forzado”, esto es, una exposición –tal como él lo siente-:
“surrealista intrincada”; mientras que el tercero se ha pronunciado de modo mas bien
desafecto, enfatizando aspectos puntuales, de detalle, sobre menciones no consistentes en
materia de automatización e inteligencia artificial (al respecto, sólo un argumento se vierte a
modo de defensa: no se niega que se haya incurrido en más de una imprecisión e, incluso, en
exageraciones en relación con ciertos tópicos complejos, especializados en materia de elevado
saber y desarrollo técnico, no obstante dichos defectos son propios –humanos- en el desarrollo
de un proceso expositivo con pretensión totalizante –“quién mucho abarca, poco aprieta”, se
suele sentenciar-; empero, huelga decir también, que para ciertas personas, la autenticidad, la
“honestidad intelectual”, son ilegítimamente anatemizadas de radicales y sectarias). En otros
ambientes, se pensará incluso, que la persona que plasma estas anotaciones, está desquiciada
o que es proclive a las fantasías (este punto de vista, tampoco se corresponde con la verdad de
los hechos, pues, se ha tenido sumo cuidado en no comprometer la matriz ideológica
implicada: el marxismo). Actuando con inmodestia y prepotencia, debe sostenerse, que a este
esfuerzo le toca algo de lo que el señor Coronel Hugo Chávez F., Presidente de la República
Bolivariana de Venezuela dice afirmara el gran Libertador Simón Bolívar muy joven en
Europa: “… esa misteriosa incógnita habrá de ser despejada en el Nuevo Mundo”.
En todo caso, en las tres primeras impresiones (cuestionamientos) referidas, no se logra
captar el “núcleo fuerte” de la entrega, a saber: la intención de dar respuesta (si es que otro no
lo ha hecho ya 169 ) a la pregunta crucial: ¿por qué la materia ha evolucionado hacia su estado
interviene en la modelación del carácter; pero las zonas neuronales donde se asienta la memoria adquirida,
vienen vacías en el nuevo ser, mientras que la conciencia se forma completamente en el proceso de la vida en
sociedad (ésta es ley ineluctable).
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Es normal advertir sobre y en este punto, que cuando se adopta una conducta expositiva inherente a abordar al
mismo tiempo varios aspectos de la totalidad, naturalmente: en forma en extremo abstracta, dicha actitud
usualmente es anatemizada como pedante, irresponsable, reprochable; empero, si no hay manera de evadir el
“vicio”, el lector debe hallarse en condiciones de hacer esfuerzo por “leer entre líneas” (tener cierta iniciación en
las materias tratadas y en su nexo recíproco), de otro modo, la exposición se vuelve incompresible, pues, semeja
una “fanesca inabordable”, respecto de la que –nuevamente- el lector se prejuicia, en la medida en que suele
hacerse un concepto peyorativo del texto. La actuación literaria prescriptiva y prospectiva, y no simplemente
descriptiva, lo cual constituye el desarrollo lógico necesario del discurso, suele ser recusada virulentamente (es
verdad, que Marx no era afecto a diseñar recetas –contistas-, pero tan sólo en sentido funcionalista, o sea, en
apoyo a reprimir las contradicciones del capital, puesto que sí se pronunciaron él y Engels en sentido propositivo
en el Manifiesto e incluso adelantaron ciertas formas de la nueva sociedad); de todos modos para escándalo de lo
“escépticos”, es necesario también, dejar volar la imaginación sobre cómo será la humanidad superior que viene,
en atención a los tres pisos que todo grupo humano tiene: base, “superestructura” y forma de conciencia social.
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Entre los grandes, Newton tuvo su doble: Leibniz, Darwin también: Wallace; incluso Marx lo tuvo: un obrero
ruso (según Trotsky). Sagan, Hawking, Penrose avanzan bastante en la explicación del fenómeno humano
(naturalmente, no se incluye aquí a Marx: a la máxima excepción en la historia del pensamiento, quién mucho
antes lo hizo: y bien); particularmente Penrose (según el señor Físico Franklin Erazo, el cual redondea y da
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