Bajar documento - La nueva concepción de la historia

humana; crisis, concebida como la interrupción de su aporte al proceso de reproducción
normal del capital, al tornarse disfuncional uno de los elementos más expeditos de la
superestructura, encargado de formar la conciencia, de cortar los cerebros con la misma tijera
sobre similar molde (socialización): la percepción burguesa de los hechos; proceso, en suma,
de formación de la conciencia clasista, capitalista, alienada. La “crisis” educativa –que en
esencia no es mas, que el efecto de traslación de bloqueos inmanentes al proceso de
reproducción del capital y de anomias en la práctica de gestión del recurso humano en el
interior de la empresa, a la institución formadora del “talento humano”, obstáculos que
cronológicamente han dado curso a cambios en las corrientes teóricas de la Administración
(enfoques: vulgar, científico, humanista, sistémico, por objetivos, contingencial, estratégico,
de las calidades,...; y, del tránsito de la disciplina de la gestión de la producción a la esfera del
marketing), conducentes a maximizar la inversión en capital variable: elevar la productividad
y alcanzar niveles paralelos a las exigencias del mercado en materia de competitividad-, trae
aparejada el efecto de compulsión de retorno al proceso primigenio de formación de la mente
y de la persona inmaduras, mediante el acto normal de esta maduración llevado a cabo
espontáneamente en el seno de la propia humanidad (dixit: Aníbal Ponce), mas no ya en el
seno de la familia (a futuro, la familia monogámica perderá viabilidad como célula de la
“sociedad”).
De similar modo como Hitler, Truman, Pinochet, Bush, son arquetipos de genocidas
que solamente tienen sentido en el seno del sistema, clase y coyuntura histórica en los que
emergieron y para los que fueron; nociones como: calidad, excelencia, cero defectos,
productividad, competitividad, son vocablos progresivos y necesarios en el interior de su
propia época: crisis de realización de la mercancía, que se despliega como efecto de
sobreproducción derivada, a la vez, del proceso que instala el desarrollo de las fuerzas
productivas en el nivel de la llamada automatización. En esta etapa, el centro de interés en la
formación del recurso humano como destreza para el trabajo físico, ha sido desplazado hacia
la preocupación por el desarrollo de las capacidades mentales, que demanda la atención del
manejo y supervisión de la operación de máquinas complejas. Pero cuando el sistema
maquinizado ha copado totalmente la esfera del trabajo, no queda ya lugar para seguir
reivindicando los términos de “calidad” o “excelencia”: la urgencia que los precedió se
desvanece, se está desmaterializando, y el ser humano se vuelve: ser sin ansiedad, ya no
perurgido por la rapidez y la inclinación hacia la perfección destrezal ficticia y,
paradójicamente encaminándose rumbo a ella (a la perfección de la conciencia), por medios
distintos al anhelo del rendimiento burgués.
En el orden de formulación de precisiones sobre la relación existente entre sistema
social y la dimensión educativa de él derivada, se anotan algunas observaciones adicionales
concluyentes. La concepción sobre el esquema de preparación del “recurso” humano, que
gana terreno en la coyuntura, es la de las “competencias” (las “competencias”: el último
“arco-reflejo” de la humanidad organizada en sociedad, de la forma clasista de acumulación,
que prepara la estructuración de las características de la personalidad suelta, individual, del
mañana: vida wired, portafolio de trabajo, de proyectos); sin embargo, persona férreamente
unida, atada al grupo, puesto que el individuo debe pertenecer a él, a fin de tener acceso al
producto generado por el robot, como para gozar del marco en el cual cumplir su misión en la
vida). La visión del mundo (el interés empresarial) que se halla de por medio, conduce a la
aplicación de políticas educativas que impulsen la “formación” en desmedro de la
“educación”: aptitudes tecnológicas, sociales y organizativas, mentalidad adaptable y
comportamiento flexible en situaciones de competencia, capacidad de solución creativa de
problemas y su transferidad, la preparación continua por cuenta propia, audacia, respeto a las
instituciones y la disciplina, constituyen el cuadro axiológico-técnico del nuevo trabajador;
éste se recicla a sí mismo exitosamente en el medio y para sí (Enrique Díaz Gutiérrez). En el
hecho, si bien la intención metodológica, que yace detrás de la “formación profesional por
competencias” puede ser factible, la persistencia de la clásica institucionalidad: la
Universidad (la Politécnica) como eje de realización del proceso, es cuestionable 1630 ; a decir
1630
La Universidad (institución del sistema), tiene a su haber una función típicamente reproductiva; ésta se
despliega a través de la ejecución de cuatro actividades básicas, de densidad debidamente ponderada en sentido
ideológico: 1) formación profesional (del sujeto técnico-científico); 2) investigación científica y técnica
(generación de ciencia y tecnología); 3) extensión universitaria (socialización del saber y de la técnica); y, 4)
formación de la esfera espiritual (de su comunidad y de la sociedad); este trabajo de modelación espiritual y
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