Bajar documento - La nueva concepción de la historia

formar como nuevo sujeto político actor del cambio en la historia a otro grupo humano que no
tenga las características antropológico-políticas del proletariado; no obstante, debido a la
ausencia de dichas características, el sujeto de ese modo formado (construir discursos para
construir actores –sic) tiene límites estructurales: no se hallan suprimidas en su ser las
relaciones capitalistas, no tienen sentido solidario, disciplinario y orgánico, no pueden asumir
como doctrina la ideología científico-revolucionaria: el marxismo, como estrategia el
leninismo, como política la dictadura del proletariado y como meta la edificación del
socialismo, sino a lo sumo se harán cargo de un programa de formación de una comunidad
capitalista suavizada; eso explica, por otra parte, que esos grupos consideren que su lucha es
contra el neoliberalismo, fundamentalmente. Esta postura confirma la idea, de que la fase aquí
nominada como Transición (hacia el régimen de la democovivencia) lo dejó instalada el
socialismo, que aquella continúa su curso y que esa propiedad de los hechos no puede ser
realizada por su portador, sino que al comunismo se va por el desarrollo de las fuerzas
productivas en asociación con procesos reformistas, evolucionistas (sin embargo, estos
episodios también son cruentos, traumáticos), esto es, mediante la regencia de formas
socialdemócratas tendientes a consolidar la visión occidental sobre todo para aquellos grupos
humanos de Oriente, para los rezagos socialistas, como para las subculturas comunitarias
andinas.
El portador material de la ideología revolucionaria comunista, se ha ido -el Mayo
francés de 1968, como sostienen los áulicos de dicho fenómeno, es el resultado aparente de
esta transmutación regresiva en la conciencia y la acción; su expresión inmediata fenoménica
viene a ser la eclosión individualista juvenil, el hedonismo,… paralelo al aburguesamiento del
obrero-. ¿Cuál la razón? Como se ha sostenido en párrafo inmediatamente precedente, una vez
que el proletariado actuó -en la esfera económica: generó la base material del mundo nuevo;
en la región política: formuló y aplicó la política revolucionaria y la práctica socialista; en la
dimensión ideológica: interpretó científicamente la realidad, ejerció una demoledora crítica a
la Economía Política burguesa-, su presencia se vuelve accesoria. En efecto, algunos
trabajadores “amarillos” se han anticipado y con entusiasmo asumen para sí el concepto de
“trabajadores de pensamiento”, con lo cual abrazan el enfoque neoconcurrencial, según las
condiciones que pone el burgués (no la historia ni la voluntad): riesgo en la inversión,
rentabilidad y negociación para acceder a las utilidades (se hallan haciendo la figurita de
intelectuales). Los “movimientos sociales” (políticos), en cambio, paradójicamente contienen
en sí componentes compulsivos letales de autodegeneración 1715 ; no obstante, con estos
sectores (que actualmente mediatizan política y socialmente a la población), se debe empujar
la historia; a decir verdad, en estos actores “hace falta la maduración y disposición del factor
subjetivo, que depende de la profundidad de las contradicciones sociales…”.
Pero, “lo que la voluntad no alcanza a determinar, lo hace la realidad”; en efecto, la
norma objetiva inmanente al autodesarrollo de las configuraciones objetivas desencadena
procesos de superación sistémica, como efecto de la operación de razones de orden inherente
–reestructuración que se concreta como nueva forma orgánica-; de conformidad con este
supuesto, la dignidad de la muerte ha acechado a la moderna estructura de libre tráfico, pues,
todo lo que una vez fue necesario y ha dejado de serlo se torna irracional y –por tanto- debe
entramado de actores parciales de cambio social de modo subordinado, en virtud de su preparación limitada, de
su sujeción horaria al trabajo y de las responsabilidades que cumple en la reproducción familiar.
1715
Movimientos sociales oportunistas en su mayor parte, tradeunionistas, hedonistas: reino animal gregario
del espíritu, que se apoya en el otro para alcanzar solución a problemas, una vez alcanzada se retiran a
continuar la vida egoísta en la “sociedad civil”; pero como la solución es temporal y los problemas múltiples y
persistentes, esa la fuente de institucionalidad de las maniobras intermitentemente reiteradas de la seudo lucha:
como hongos aparecen y como tales desaparecen. Los “movimientos sociales”, son estructuras endebles,
fácilmente cooptables por la hegemonía del poder (para el caso de quienes no hayan nacido directamente en el
seno de éste: Mayo del 68); son fraccionarios, cosmovisivamente fragmentarios, no llegan a ostentar dimensión
estructurada de masa, no cuentan con estrategia sólida para sostener la lucha en el largo plazo, tampoco se
hallan asistidos por un programa de relevo ni poseen reservas acumuladas para financiar la lucha en el
mediano plazo: son débiles en el abastecimiento, ponen en peligro sus procesos de reproducción cotidiana; por
su naturaleza pequeño burguesa, en su interior, es casi imposible alcanzar transparencia, consenso,
homogeneidad y la unidad necesarias para operar con compromiso, sin anarquía; estos agentes, como
promueven reivindicaciones parciales, no pueden elevarse hacia la representación de los “intereses del
movimiento en su conjunto”, esto es, cubrirse con objetivos político-filosóficos que les conduzca a tomar
posiciones estables sujetas a la formalidad institucional de la lucha. El modelo de estos actores está agotado; su
ontología está en descomposición e integración en el cauce general de la historia.
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