Bajar documento - La nueva concepción de la historia

Samuelson, el cual permite entender –descripción- el sistema capitalista funcionando en su
pura exterioridad, en tanto hecho dado). Por tanto, el conocimiento de orden conservador, que
conceptualiza filosóficamente la realidad, como se presenta en la actualidad, esto es, el saber
dominante neoburgués positivista, constituye un modelo agotado (aunque dicha formulación
idiomática institucionalmente persista, merced a la esperanza en la recuperación cifrada en los
últimos destellos de sobrevivencia, que se desprenden del capital); en verdad: se halla
carcomido por el paso de los años, por el peso de las circunstancias, por el movimiento de la
realidad, es responsable de su mentira (por su carácter clasista, coyunturalista, segmentante,
parcial; por su providencialismo, inquisición y validación coercitiva).
La Economía Política burguesa, hace mucho que dejó de ser ciencia para convertirse
en apologética, en saber instrumental tecnocrático y pragmático, pues, “La apología de la
conveniencia ha tomado el lugar de la indagación científica; la utilidad para la clase burguesa,
ha tomado el lugar de la verdad” (Harry K. Wells: El pragmatismo: filosofía del
imperialismo) 892 . Este defecto, no posee cualquier esfera de la conciencia, sino precisamente
la región básica del saber humano: la Economía Política, cuya comprensión confiere sentido,
no solamente al período clasista burgués de la historia, sino a todo el movimiento de la
especie; de allí que la crisis que la concepción positivista de la reproducción material de la
existencia (la Economía Política burguesa), conmocione las bases mismas de todo el edificio
del saber humano, de modo que este agotamiento conceptivo, debe ser abordado en primer
lugar y en la dimensión de todas sus consecuencias, tanto para la coyuntura como para el
largo plazo. Esta forma maniquea y artificiosa de pretender captar las relaciones que se
incrustan en la determinación material de la reproducción de la existencia por parte de los
representantes teóricos de una burguesía decadente, se desvanece: cae como un obeso castillo
de naipes, puesto que su substractum real, responsable del vicio que experimenta la mente que
conceptúa el mundo, ha prescrito (en la disquisición especulativa de la Teoría Económica
Neoclásica: "todo está hecho con espejos, con humo o con mujeres bonitas" 893 -el mercado
indica quién es eficiente y quién debe salir de él: de ese modo se asignan los recursos); estos
“desconocimientos” presentados como ciencia (Manuel Castells), se muestran infecundos
para aprehender el objeto social en su estado de concretización; en efecto: “...sus ideas ya no
pueden iluminar la nueva realidad que ha nacido, porque su concepción y métodos de
análisis… -el modo de uso que se hace de ellos-… no pueden abarcar todo el movimiento que
decurre en el presente...”, en particular: “…el carácter de influjo histórico-social decisivo de
la revolución científico-técnica en la estructuración social…” -dixit Alfredo Castillo-, a cuya
objetividad se corresponde la noción de “comunismo cibernético”).
No solamente la ausencia de una axiomática epistemológica invalida las
construcciones ideológicas matemáticamente formalizadas de la Teoría Económica oficial,
sino que la realidad se encuentra rara, sospechosa: ella se ha movido (la "ciencia" cuyo objeto
nocional reside en devaneos sobre el examen formal del movimiento de las mercancías:
mercado de capitales –el equilibrio dinámico macroeconómico a corto y largo plazos-,
periclita, salen de escena sus construcciones sofísticas y los modernos sacerdotes del
subjetivismo especulativo empirista quedan en ridículo; esos sí, son: "cadáveres exquisitos",
pues, están muertos en vida, en la medida en que sus ideas son la expresión del pasado, de
intereses abstractos en degeneración; en suma, el capital en su sentido categorizado: esa
colosal “conciencia inconsciente”, defecciona en cuanto ha sido) 894 . De manera que la
892 Se suele magnificar los aportes dados por Hayek y Mises al pensamiento económico subestimando el valor
del resto de cultores del neoliberalismo; empero, lo que se podía decir en el neoliberalismo de filosofía de modo
doctrinario, ya fue hecho por Hayek; por tanto, no es que no existen cerebros de la catadura de Hayek en el
presente, sino que la realidad que miran reduce su capacidad, temiendo que limitarse a repetir las ideas ya dichas
o a quedarse cortos.
893 En la televisión: “Los más grades secretos de la magia finalmente revelados”.
894 Sólo la inferencia lógica puede seguir el desplazamiento temporal del mundo. La inferencia lógica (la
abstracción, la conexión conceptual que reconstruye la realidad) constituye un recurso gnoseológico superior
en catadura intelectual que la inferencia ecuacional o estadística. Mírese el divertimento: el laberinto que
propone la Esfinge a la mente, por ejemplo, el acertijo: "En un cuarto existen dos puertas, la una lleva a la
salvación, la otra lo hace al infierno, no se sabe cuál; a éstas resguardan dos guardias: el uno es sincero, el
otro es mentiroso; dentro, debe uno descubrir cuál de las puertas lleva hacia la salvación; la condición es que
se debe formular tan sólo una pregunta a cualquier guardián y con base en ella proceder". La respuesta ha sido
dada; debe preguntarse a uno de los guardias: ¿qué piensa que respondería el otro guardia si se le pregunta:
por cual puerta alcanzo la salvación? En cualquier caso debe tomarse la decisión inversa. Se ve, que el
laberinto no encuentra la luz al final del túnel en los algoritmos de la "teoría decisional", en el "árbol de
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