Bajar documento - La nueva concepción de la historia

la práctica política revolucionaria, en la que fuera aplicada la teoría (El Capital), la estrategia
(Las luchas de clases en Francia) y el diseño propositivo (El manifiesto del partido
comunista, El programa de Ghota) 1819 . En cierto modo, de la lectura del Prefacio: “Del
capital a la filosofía de Marx” escrito por Althusser (Althusser, Louis y Balibar, Entienne.
Para leer El Capital, Bogotá 1967), se puede advertir la grandeza teórica de Marx: allí se
hace algo de “justicia”.
Marx hizo más de lo que se pudo. No es serio, por tanto, que se venga ahora a exigir
productos teóricos sobre realidades no presentes; aun así, Marx se adelantó a todos respecto
de hacia dónde conduce el desarrollo de las fuerzas productivas y sobre el destino-meta de la
humanidad. Es verdad, por otra parte, que todo ser humano actual está siendo conducido por
la propia historia a modificar su pensamiento: a reconocer por dónde ha ido y está marchando
ésta; pero en el marxismo “hay valores, que permanecen con una fuerza denodada, que han
nutrido al espíritu de la humanidad, que han incidido positivamente en todas las formas de
organización social: han enriquecido el Derecho e incluso, han incorporado una concepción
ética sobre la moral, como compresión de la historia”, que son, por tanto, permanentes y
tienen carácter trascendente. No obstante, la cosmovisión filosófica, científico revolucionaria
marxistaleninista, “siempre siguió y seguirá una línea propia”, no puede, por tanto, “ni
siquiera coexistir pacíficamente con la ideología burguesa” o con sus variantes atenuadas o
embozadas; su desarrollo, en consecuencia, es propio. Luego, si en este documento se rescata
el valor de ciertos personajes relevantes del saber y la política, se debe a que ellos han
elaborado tesis genuinamente científicas (Sagan, Hawking), que han “ejercido influencia
social y han confirmado el Materialismo Dialéctico”; mientras que otros han asumido
posiciones críticas a la componente ideológica del sistema y actitudinal a su modalidad
conductual (J. Roncalli, de Chardin, E. Cámara).
En el presente y a futuro, en su orden, siempre ha habido y habrá un marxista, que
rescate y desarrolle el pensamiento marxista: la fuerza de su formulación lógica, su
repercusión en la práctica y las determinaciones derivadas del movimiento ascensional de la
materia, constituyen los principales factores, presupuestos de ese proceder. En su momento
fue el gran, el portentoso F. Engels: pensador potente, luego V. I. U. Lenin, C. Zetkin, I. V. D.
Stalin, Rosita Luxemburgo, A. Gramsci, L. Athusser, A. Cueva, F. Velasco, J. Hurtado; hoy
son: A. Quijano, M. Dobb, P. Sweezy, P. Barán, J. O´Conors, Weldes, Hunter, Burawoy,
Rowthorn, Grosmman, Mattick, Yaffe, Shaikh, Amín, Katz, M. Harnecker, D. Guerrero,
Castells, Pierre Garnier, J. Derridá, Alfredo Castillo, J. P. Feinmann. En el planeta: alguien
lee o relee alguna obra de Marx en pleno Siglo XXI; pero, lo hace, no porque quiera encontrar
en el gran pensador ario, el satisfactor para sus gustos literarios: por simple divertimento, sino
gravemente para aprehender elementos teóricos, que le orienten en la comprensión y acción,
del y sobre el mundo presente: el de la “posmodernidad”. A continuación de la
“deconstrucción”, quedan en el pensamiento dado de Marx, nociones seleccionadas unívocas
con la trama ontológica básica del mundo, las cuales tienen el carácter de “útiles teóricos”, en
la medida en que permiten articular los variados componentes de la percepción en torno del
escenario hemisférico puesto para la humanidad. En efecto, si una de sus obras es leída, es por
cuanto la misma goza de sentido, puesto que contiene convicciones, que son parte de la vida,
de la cual es (sigue siendo) su representación, y en tanto tal: existen como ideas. Si tales
convicciones e ideas, son en sí mismas pareceres vigentes, en su condición de planteamiento
lógico de lo histórico, este último hecho releva de continuar sosteniendo la discusión de si
Marx es un espectro o si es también realidad.
1819
Marx encontró y desarrolló de modo científico el principio de la exposición teórica y su subsiguiente
conformación de ésta (discurso) en torno de aquel (principio), como por ejemplo: producción, distribución,
intercambio y consumo; expuso sus tesis científicas, inmediatamente pensado en su función política, como por
ejemplo, ubicar de modo intencional la tópica sobre la “acumulación originaria” al final del primer tomo de El
Capital, a fin de que el lector o el activista político, no olviden el origen criminal del capital (dixit K. Kosik, K.
Colliot-Thélene); el punto de partida y el punto de llegada de sus estudios se halla supeditado a imperativos
lógicos y críticos (políticos), porque Marx tenía ya la totalidad histórica y burguesa de la vida completamente
concebida en la cabeza (K. Kosik). ¿Con qué conceptos golpeó Marx al capitalista? Con el de “valor” (la
riqueza procede del trabajo, no del capital), con el de “plusvalía” (el trabajo usurpado acumulado, es la
riqueza del capitalista), con el de “acumulación primitiva” (el despojo violento de los medios de producción,
creó al trabajo, al obrero); con los de la crítica a los de familia, propiedad privada y Estado (instituciones
históricas sustento y garantía de la reproducción capitalista) e ideología (en una de sus acepciones: engaño del
poder).
1323