Bajar documento - La nueva concepción de la historia

El cuello de botella práctico-político más complejo puesto en frente de las
generaciones que se avecinan, constituye la paradoja existente entre el salario convertido en
pura noción perteneciente a la historia, la vigencia de un seudo valor generado de forma
maquinizada, con la continuación de su apropiación particular, la acumulación y la
concentración (la centralización –en el momento transicional- constituye un proceso en
reversión). En una palabra, el reto consiste en alcanzar, que el más alto resultado de la
producción social generacional e históricamente generada: la producción cibernetizada, deje
de estar en manos privadas y pase a ser “propiedad” social, como esta vez corresponde. En la
contradicción suprema entre la producción social y la apropiación privada de los resultados
del trabajo social, interesa que estos productos lleguen a tener carácter social 1620 ; en la forma
moderna de esta antimonia, preocupa tanto que el producto sea objeto de acceso social
equitativo, como que el sistema mismo de producción automatizado sea expropiado (y esta es
una condición de sobrevivencia para la humanidad, puesto que de otro modo no es posible
sostener una sociedad moderna, en la que su juventud se dedica cada vez más al baile, al goce,
al descansó, que va perdiendo el sentido del trabajo y del esfuerzo), resolviéndose, de este
modo, a la vez, el problema de la asimetría en el acceso al producto o de su inacceso absoluto.
De la misma manera como en la barbarie, cuando la persona se comportó simplemente
según su correspondiente condición animal, en la medida en que se trata de un ser recolector,
cazador y pescador y –por lo tanto-: de ningún modo su actuación práctica en dicha etapa
consiste en un ser productor (de la barbarie a la civilización y de allí a la metahumanidad: a la
era de la espiritualidad 1621 , luego de que el ser humano asume una conducta puramente animal
y, por tanto, natural, pues, en esa fase se limita a tomar el sustento, que le es dado de modo
espontáneo por el entorno y de que pase luego a ser productor: agricultor en principio, a
continuación industrial y finalmente productor de servicios, hasta elevarse a la era
“posindustrial”, de la economía del conocimiento y devolverse a ser “recolector” del sistema
cibernetizado de producción), en el comunismo no es posible hablar ya más de “homo
oeconomicus” y de su organización social como “modo de producción”. En la nueva frontera
es pertinente referirse a este ser colectivo y, sobre todo: a su sustrato interconexo, como
momento histórico, en el que las personas conviven en relaciones de cooperación en un acto
meramente de disfrute, de usufructo de los productos que la segunda naturaleza: la cultura
(dixit Marx), le hace la entrega de las vituallas, de la logística,… producida por las
generaciones anteriores y autorregulada de modo cibernético (el ejercicio de los “software de
la gestión” del proceso material y espiritual de reproducción de la especie, sobre el “hardware
robotizado” y póstumamente inteligente).
Marx pone sumo interés en reflexionar, en el plano sociológico, sobre la
“superestructura de la economía” (dixit René Báez): las relaciones de tráfico, o sea, sobre la
verdadera polaridad humana, la esfera de la transparencia extrema, exenta de burbujas
distorsionadoras: en ellas están puestas las más prístinas condiciones para la realización como
para el juzgamiento del poder de las acciones humanas, en la comunidad burguesa; identidad
económica secundaria, que no obstante, pone los parámetros, que definen toda existencia y a
la que ésta se sujeta cada vez más (la “cultura”, en un sentido, abarca a la sociedad, por cuanto
1620
En el presente –tal como es de dominio general-, un solo sistema de acumulación se halla en ejercicio a
escala mundial, el cual ha dado pié a la vigencia de un solo proceso de reproducción planetaria del capital. La
gran masa global de perceptores de ingresos experimenta acceso crecientemente asimétrico al valor agregado
mundial; los efectos inmediatos de tal disparidad devienen en el empobrecimiento general del trabajo y de la
marginalización, debido, en especial: a la reducción del ingreso por habitante (a la regresiva participación en
el PIBM; en efecto, la remuneración a los factores trabajo y capital mantiene los índices de 20 y 80%
respectivamente) y al aumento de la redistribución asimétrica del ingreso, al hallarse en radical eliminación la
política social del “Estado del bienestar” (“repetidos intentos ´neoliberales´ de los capitalistas y los Estados de
aumentar las tasas de ganancia recortando lo que le pagan a los trabajadores ocupados, los jubilados, los
desocupados y pensionados”).
1621
En la época del neodominio europeo ilustrado, el nuevo pacto social en la interioridad de éste poder; la
etapa de sobrevivencia social en la que impera el “neopositivismo” actualizado (la noción explicativa en torno
de la causalidad de los hechos –problemas- es reemplazada por la de interrelación, por la complejidad y por la
interdisciplinariedad): las necesidades capitalistas, puestas en el programa sinérgico tripódico: empresa,
Estado, Universidad, para producir emprendedores competentes (preparados en las artes de las
“competencias”), que desarrollen programas de investigación en los que el conocimiento inmediatamente se
transforme en tecnología (se supera la distinción entre ciencia básica y ciencia aplicada, puesto que al
duplicarse cada 72 horas el conocimiento, con la misma velocidad éste queda obsoleto y, como consecuencia: se
pierde competitividad): en solución de problemas empresariales.
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