Bajar documento - La nueva concepción de la historia

tenerse en cuenta, puesto que el positivismo, con toda sus contrariedades, ha impulsado el
desarrollo de la conciencia objetiva, explicativa, predictiva, pragmática), de modo que no
concluya su ciclo enfrascado en el uso de su saber elemental, ubicándose su función en la
reproducción de su ser orgánico y sensual. Si la inteligencia es la propiedad única creada por
la materia en su pulsión más alta, si ésta no se utiliza para crear condiciones para que tenga
locación su autorealización o directamente no se la despliega cuando han sido creadas dichos
supuestos de posibilidad por el trabajo de las inteligencias paralelas de mayor trayecto y
experiencia, vano ha sido contar con ella 1734 . En el acto se presenta una guerra entre
neohedonismo y supraracionalismo, en función del concepto que se tenga de la existencia
humana y de su objeto; se advierte –de este modo- que la humanidad, por término medio, está
cayendo en manos del sensualismo naturalista (en política, el atavismo adquiere ribetes
aparentemente racionales) por oposición “consciente” al racionalismo positivista (incluso la
“razón dialéctica” se halla al borde de ese precipicio embriagador).
El atributo que caracteriza al ser humano –en la reflexión de orden tautológica- es la
inteligencia, es decir, el componente anatómico-fisiológico encargado de hacer eclosionar del
instinto a la racionalidad a la especie 1735 ; el rol de la inteligencia: es ese, aunque ésta tenga
que coexistir con la inclinación deísta, artística, sensualista, como substractum de la conducta
de la persona primera e intermedia, como etapas a ser superadas (la división del trabajo ha
sido su canal: Newton no hubiese sido tal, si no hubiese contado con inteligencias sometidas
al trabajo físico que le proveyeran del sustento). Un ser ha llegado a entender –por
encontrarse ubicado en un grado mayor de racionalidad, aunque ésta se halle penetrada de
signo burgués-, que la mente debe reflejar al mundo en su totalidad sin mitos y superándose
tabúes, mientras reniega que se use esfuerzo intelectual en la esfera de realización del puro
deseo emotivo. La vida que conoce (la orgánica inteligente) es efímera; el “objeto de
conocimiento” en cambio, es “infinito”. El reto está en utilizar la vida (obviamente, una vez
que los conflictos políticos, que le han dado sentido por encima del sensualismo, han
concluido) y en llevarla a término con el más alto grado de poder ejercido sobre el “objeto”
(su entorno, la naturaleza), sea cognitivo y/o técnico. En el presente, el índice de desarrollo
humano toca ese campo 1736 . El éxito de las “culturas” no está en su diferencia, en la búsqueda
de sustentar su pureza o directamente de su perennización, ni en la reproducción tardía de lo
que otros pueblos ya hicieron (el tallado y uso de la piedra en la edificaciones entre europeos,
egipcios e incas, por ejemplo), sino en su grado de saber racional, desgraciadamente definido
de modo Occidental. Más, cuando en la mente ya ha anidado el escenario de futuro a modo de
utopía, el paso que viene (la Fe) es de brega por su realización; de manera que, la sola idea es
un acto de veras revolucionario: la pauta esencial de lo que luego será realidad.
Emplear la inteligencia para otro menester como no sea el de desarrollar el saber
objetivo es mal utilizarla o subutilizarla (para crear mitos y religiones, para forzadamente
otorgar racionalidad al amor, al sexo, al solaz en la contemplación de las bellezas naturales,
para explotar y supeditar al semejante, para mejorar la producción de outputs para atender la
demanda de los sentidos,...). Piénsese en lo siguiente: ¿cuánta madera y trabajo humano se
han utilizado en las llamadas “obras de arte talladas”, para dar gusto a las inclinaciones
estéticas de la dominación? (todas estas aberraciones llegarán a su término en un futuro no
lejano). Desgraciadamente, la inteligencia emocional –este estado prehumano de la mente-
gobierna el mundo hoy por hoy y amenaza con prolongarse: Bush, el Papa, Kapka, Brech,
1734
Autorealización como forma concreta a la que llega el ser humano a través de su praxis histórica, como ser
enteramente modelado según los valores de su “tiempo”, los que necesariamente constituyen el fundamento del
orden a ser superado; estado real, concebido nocionalmente según el carácter del momento en el que se inscribe
una vida: formación de la naturaleza específicamente humana, en los dones de “libertad” (máximo grado de
conciencia de la necesidad, por tanto, de posibilidades de actuación), sabiduría y dignidad.
1735
Es para la inteligencia que “trabaja” la naturaleza como también lo hace el propio ser humano: para el
propósito superior de aquella; de lo contrario devendría en supino egoísmo, que el ser humano aproveche todo
para su felicidad hedónica (incluso las lastimaduras que puede perpetrar sobre la naturaleza, adquieren sentido
necesario, tomada la aseveración en forma cuasi maquiavélica, en la ruta de coronar la cima de la conciencia
absoluta).
1736
Un pueblo puede ser considerado en su índice de desarrollo, en atención a la estructura económica que lo
define; en sentido histórico, en el 2008, Cuba sería el pueblo de mayor desarrollo en el mundo, en la medida en
que el racero comparativo es el socialismo: la cima alcanzada por la humanidad en su progresión, y a pesar de
que el nivel de desarrollo de las fuerzas productivas se halla rezagado frente al alcanzado en los imperios, esto
es, al margen del índice de la productividad del trabajo: el anterior ratio permite establecer la diversidad de
formas del progreso social.
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