Bajar documento - La nueva concepción de la historia

su sentido cosmológico impresionante en la “Teoría del caos”. En su simplificación extrema,
esta hipótesis sostiene que la determinación y el orden en la realidad no existen (no obstante,
este supuesto debe ser objetado, puesto que al “caos” tiene que concebírselo como un
momento en el camino hacia la determinación, o como parte constitutiva de ella, en el marco
de despliegue de macro procesos, cíclicamente alternantes). En la estructura del mundo, es
posible percibir tres estratos condicionados por su propia legalidad y en relación recíproca
inherente entre sí: el macrocosmos (el “caos”), el mesocosmos (el “orden”) y el microcosmos
(la “incertidumbre”) 479 . El ser humano, se advierte de modo inmediato, pertenece al plano
medial de la ontología general del mundo (“el Universo sideral en un extremo y el Universo
atómico en el otro” –la vida humana o la vida natural, se ha dicho), en el que reina el orden de
la determinación de los hechos en movimiento, en desarrollo (cierto enfoque de la Mecánica
Cuántica, muy bien lo sustenta, aunque ésta se quede corta al tornar abstracta su ley, es decir,
al incluir en sus presupuestos –o al no establecer diferenciación alguna entre los diversos
momentos evolutivos de la materia- también el “universo racional”: la humanidad). Por tanto,
los simples episodios de la existencia orgánica demuestran que el “caos” se inhibe en este
nivel, pues, el ser humano no hubiese llegado a existir, ya que su proceso evolutivo requiere
del orden (o se lo provee el mismo) y de la regulación automática (y estatal). De manera que
la discusión reclama la emisión de un “juicio de valor”: las proyecciones catastrofistas
respecto del futuro de la humanidad no se sustentan en la realidad de los hechos, como
tampoco en las aspiraciones establecidas por parte de la razón: éstas deben ser positivas, si se
profesa respeto y consideración por el ser humano (la denominada “autoestima”); en torno de
su ser y su porvenir. Este “porvenir”, es su designio: la sabiduría entera (pensamiento,
destreza y valores absolutos); mas si esto no es posible, el ser humano se lo imagina, realiza
su deseo (su ficción), en el supuesto (el Arte Griego, según Marx, tiene como uno de sus
caracteres esenciales, esa realización en la mitología); la historia enseña, que las futuras
generaciones dan cumplimiento, objetivizan cual ICARO, conquistan terrenalidad para las
ilusiones.
Las sensaciones de inseguridad, que se sostiene en la idea cetrina (propensión embozada
autodestructiva), en torno de la perdición de la humanidad, se ven abocadas a anunciar
cataclismos y destrucciones como el teatro futuro para la especie; estas conductas, no merecen
ser calificadas de razonables. Los anuncios, no obstante, detentan carácter predictivo, puesto
que se diferencian de los de quienes dicen no poder atreverse a prever, en la medida en que su
pensamiento se guía por las tesis seudocientíficas (o no del todo comprobadas) de la
indeterminación heisenbergiana, los cuales se limitan a sostener, que el ser humano es el
mismo hoy que hace mil años, con lo cual se desmoraliza, se subestima irrespetuosamente la
praxis humana y se afirma que la historia no produce progreso (esta es una tesis,
evidentemente monástica: “porque no existe progreso en el conocimiento sino una sublime y
permanente recapitulación”). Sin embargo, la vida social es “… un movimiento progresivo…
en línea ascendente, que parte de lo inferior para alcanzar lo superior”. “Las leyes objetivas
sociales actúan como tendencias históricas de fondo y determinan la dirección general de las
condiciones sociales concretas…; …dentro del marco fijado por las condiciones materiales…
surge siempre una gama de distintas posibilidades… un vasto campo para la creación de la
historia…; …el carácter progresista de todos los procesos sociales se inscribe en la línea
fundamental del desarrollo histórico… Las nuevas formas sociales pueden ser superiores
precisamente porque descansan en el desarrollo precedente de las fuerzas productivas…”
(Kelle y Kovlazón: Sociología marxista). Solamente la profecía que considera el escenario
futuro en sentido positivo, de avance, de desarrollo edificante del ser humano, debe ser
tomada como fiable, puesto que responde a la necesidad, a lo que es racional y tiene derecho a
existir (Hegel-Engels); y, esa prospección hace referencia al producto de la dinamia completa
de la inteligencia en la dimensión del conocimiento objetivo (en dicha predicción, no hay
penetración del sofisma de la caosidad, del conservadurismo, de magras ideas apocalípticas,
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La ley de la causalidad es un principio de funcionamiento material de orden universal; ella afirma que “todos
los fenómenos se hallan condicionados causalmente” y la misma se expresa en variedad de formas, de acuerdo a
la propiedad de los objetos y a las condiciones de su inmersión. Incluso en el principio de “origen”, dicha norma
opera en la mente como su explicación: “La acción mutua de causa y efecto significa...” el carácter de la acción
recíproca y de su mutua modificación; la “acción mutua” actúa como causa interna de los cambios que operan en
los fenómenos de la realidad; y, ésta última (la “acción mutua”) constituye la causa última de todas las cosas (la
mente no puede ir más allá de ella; Konstantinov: Fundamentos de filosofía marxista).
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