Bajar documento - La nueva concepción de la historia

Recurre a la política de “administración productiva”: ajuste de la producción a la
demanda efectiva; de forma históricamente general lo hace: con el ejercicio de prácticas de
concentración, centralización y transnacionalización económica; a través del incentivo sobre
la operación de procesos de innovación tecnológica: creación de nuevas ramas y sectores
productivos; merced a la aplicación de políticas de fomento al armamentismo –“incremento
de la producción que no tiene mercado”, de modo de no reinvertir excedentes, que eleven los
niveles de producción que no es realizable, que se la consume en criminales intervenciones
como es el caso de Libia en el 2011- 935 ; por medio de la implementación de programas de
conquista espacial, los cuales generen contratos a favor de empresas privadas; a través de la
puesta en marcha de medidas de expansión de sus fronteras a zonas precapitalistas -las
guerras de rapiña-; mediante el ejercicio de maniobras dirigidas a disminuir competidores;
con la aplicación de procesos que consoliden la tendencia internacionalizadora del capital,
encuadradas en el diseño y aplicación de estructuras de decisiones de programación global
del sistema, encaminadas a reducir la incertidumbre –unipolaridad militar, globalización,
los aparatos del ETN, o sea, la combinación dialéctica entre evolución de la estructura e
intervención de la voluntad rectora de entornos conflictivos-; e, incluso, con la toma de
decisiones de retorno a la ortodoxia económica).
Mediante la destrucción periódica de fuerzas productivas (“El capital ha convertido el
cambio incesante de las fuerzas productivas en mecanismo interno de su proceso de
valorización y no en fundamento del fin de la escasez” –A. Moreano: El Apocalipsis
perpetuo) 936 ; a través del ejercicio de políticas de desarrollo del monopolio (concentración y
centralización del capital); con la dinamización y multilateralización del proceso de
exportación de capitales (Lenin); recurriéndose a la creación de anillos estatales de
dependencia y al programa de intercambio desigual (Emmanuel, Prebisch). A través de la
expansión del sistema al mundo no capitalista –dixit Rosa Luxemburgo- (disputa de
mercados) 937 ; mediante la puesta en marcha de medidas keynesianas (manipulación de los
resortes estatales activadores de la demanda agregada) 938 , incluso a través de la incorporación
a la economía de la rama de la guerra (complejo militar-industrial, con el objeto de hacerse
con zonas de influencia y superar coyunturalmente la recesión –Karataev-; “... aún antes de
que se produzcan los efectos destructivos de la guerra, ya están estructuradas las empresas
–los contratos- para la reconstrucción” –M. Benítez-; “... la reconstrucción de Irak es un
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La aventura criminal de las oligarquías del mundo a través de su mercenario: la OTAN en Libia, es un
suceso genocida, extremadamente grabe. Si bien es verdad, que se debe ver con mirada fría lo hechos puntuales
que tienen lugar en el desenvolvimiento de la humanidad, esto es, aquellos que siempre empujan el progreso
histórico, se cree que en esta hora del género está demás en la esfera terrestre la presencia y acción infame de
los agentes del capital. Libia era un país equilibrado, con grandes inversiones, con futuro propio; luego de la
invasión yanqui va a quedar destruida y a merced del repartimiento de recursos entre las potencias
interventoras; en Libia se juegan objetivos económicos y geopolíticos por parte de la fracción clásica del
capital: control de recursos estratégicos y de hegemonía en la zona llamada de la Media Luna árabe frente a
capitales emergentes, con sentido progresista (China) y a la población con proyecto de liberación. En Libia, el
70% de su población estaba con Gaddafi; Estado Unidos, Inglaterra y otros países del circulo imperialista, han
envidado efectivos (mercenarios, asesinos) a Libia; en el Consejo de Transición se encuentran militares y otros
personajes enemigos del País y agentes de la CIA; mientras que la población del mundo está engañada por el
“relato único”, que sobre los acontecimientos ha distribuido el poder genocida mundial a través de los mass
media globales; orquestación de la mentira: criminalizar en el discurso a Gaddafi y justificar la intervención
genocida sobre un país soberano, alinear el mundo en torno a la inconciencia que inmoviliza, mientras el poder
mundial hace lo que quiere utilizando a ese aparato espurio: la ONU (dixit Stella Calloni).
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Esta destrucción de acuerdo con la que anteriormente se cerraba el ciclo y se abría otro (circunstancia
provocada, en la modalidad del papel que desempeña una bisagra), puesto que en la etapa de “crisis” se
procedía de este modo, precisamente para que se inicie la fase de “reanimación”, hoy ha perdido su
periodicidad para tornarse intermitente. Eso ocurre fundamentalmente con los desarrollos informáticos, pues,
impelido por la necesidad de mejorar la posición competitiva, cada capitalista renueva hardware (y software),
deja obsoleto el stock existente (mata al capital), se ve obligado a vender estos bienes por “debajo” de su coste
de producción.
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El comercio internacional es la forma por la que el capital amplia el proceso de conversión –también en
competencia- de la plusvalía real en monetaria (en verdad: la actividad coadyuva en el proceso de superación
de problemas de realización), a su vez: propicia la transferencia intraclasista de la misma, fuera de las
fronteras; para el efecto, el capital apela a la acción de una forma particular suya: el capital comercial, con el
cual se derriba las barreras nacionales, y en el que el “patrón dólar”, al actuar como “dinero mundial”
vehiculiza la transferencia del excedente global a las arcas del principal centro imperial, a través de la
manipulación de la política monetaria.
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“…cavar un hoyo para tapar otro” (Keynes); generar trabajo ficticio, para no tener que otorgar
directamente bonos a desocupados (Varsavsky, Oscar. Marco teórico constructivo).
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