Bajar documento - La nueva concepción de la historia

consciente; por qué se ha tomado esa molestia? Lo cual quiere decir: pretender acceder a la
explicación en torno del papel del ser humano en el Cosmos; con lo que se deja sentado, que
en este ensayo se trabaja en un proyecto muy agregado, suprageneral, que entiende que el ser
humano: el que viene, es el resultado de tres superaciones: 1) del trabajo (del físico, del
productivo-material), 2) de las religiones (de todo tipo de creencias ultramontanas) y 3)
del Eros (sacudirse del imperio de la esfera sensorial) 170 . En ese cometido se describe a la
transición en curso: como el momento humano en el que termina (la estocastia: el
mercado 171 ) el proceso de su conformación como el sujeto que debe completar el saber total y
su confirmación, para lo cual está llamado a resolver: a.- la “cuestión social” (superar
definitivamente la conformación clasista de la especie); b.- la “cuestión global”
(autosustentar una política de equilibrio dinámico de manejo del entorno y, completar el
proceso de unidad indiferenciada e indisoluble de la humanidad –globalización,
mundialización, internacionalización, planetización, hemisferización,...: los Estados
territoriales convertidos en un ámbito espacial minúsculo para el crecimiento del capital, el
cual reclama mayor superficie 172 ); y, c) la “cuestión ‘espiritual’” (atender problemas de
discriminación técnica y de subprogreso intelectual; en la fase de transición del trabajo
humano a las máquinas, el obrero se maquiniza, cosifica, unilateraliza y amputa su conciencia
en cuanto simple recurso-fuerza superespecializado realizador día tras día de una actividad
que de modo monótono carcome su vida –en la fábricas alemanas Opel y Volkswagen, en la
primera década del siglo XXI pasa eso- mientras que los robots se humanizan: “piensan”,
“toman decisiones”, realizan varias tareas productivas), de modo de empezar a atender la
verdadera “cuestión”: la “humana” (agotar las posibilidades de la propiedad de la
inteligencia, proceso en el que la materia se troca en su contrario: la idea), aparapetado en la
aplicación de las bondades de la inteligencia mixta: interfaz natural-artificial (sólo de este
modo un ser humano deja de ser parte del montón o de la elite), de la robótica, de la
criogenización, de la vitrificación, de la prolongación de la vida, de las leyes cósmicas (la
relatividad, las cuerdas, los agujeros negros, de gusano, los atajos –encorvamiento-, los
desplazamientos de masas en el Universo,…),... e instalado plenamente en la fase que se ha
dado en llamar “tercera naturaleza” (momento en el que el ser humano se sirve a la vez de la
naturaleza y de la cultura –robotización- para simplemente cumplir tareas del conocimiento
racional). Naturalmente, que esta idea es radical y definida (la exposición de la “concepción
científica del desarrollo humano”,): recupera el aporte crucial dado al proceso por el
proletariado y la importancia del marxismo en él.
Para morigerar toda posición de valoración peyorativa a priori sobre estas líneas, se
hace la advertencia en torno de que en el presente opúsculo se conviene en exponer las ideas
contrariando el modelo sistemático de la “epistemología” burguesa (empirista, racionalista,
coherencia a su pensamiento) avanza hasta el umbral de la resolución teórica del enigma, al proponer que con la
presencia del ser humano el Universo demuestra su viabilidad, mientras que aquel valida la optimidad de éste.
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Ahora bien, no se insinúa, que ya, inmediatamente, la humanidad debe renunciar a la vida de los sentidos: de
ningún modo (“no se puede pedir peras al olmo”: ¿imagínese a los jóvenes y robustos sementales brasileños
sometidos a represión?); no, puesto que la mayor proporción de integrantes del género estaría dispuesto a
ofrendar la vida antes que apartarse de la pasionalidad. Lo que se sostiene es, que se trata de una fase, la más
desarrollada, larga y última en la historia, que forzosamente tiene que venir al interior de la humanidad, como
efecto de la robotización y luego de pasada una larga etapa en Sodoma y Gomorra para el género. El esfuerzo es
titánico: someter al lado derecho del cerebro, volverlo racional disponiéndole a que cumpla funciones
relacionadas es eliminar el hedonismo empresarial (lucro), el pasional (amor) y sobre todo, la mitología religiosa
(la Fe); hacia allá va la humanidad.
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La noción es determinista por entero: 1) por que se reconoce de ese modo los hechos; y, 2) en la medida en
que el proceder aleatorio de los hechos constituyen el potro indómito que será sometido al orden y al control por
parte del ser humano, a través del progreso del conocimiento y la tecnología (en buen romance: esa es la misión
de la inteligencia).
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Marx sostiene en la Introducción del 57, que los sistemas orgánicos tienen la cualidad de supeditar todo al
proceso de su concreción e incluso crear los órganos que le faltan (y anular los que se le oponen). El ser más
desarrollado –el orgánicamente más perfecto- de la naturaleza: el ser humano, detenta esa cualidad: ha creado,
está produciendo todos los elementos que contribuyen a su perfección, los primeros instrumentos, la técnica
moderna, los sistemas sociales, la ciencia. El capitalismo se comporta así, solamente que en la actual fase esta
ley se completa con la remoción de obstáculos hacia su universalización; por tanto, esta es la determinación de la
“frustración” del intento racional de organizar la historia: el socialismo. En realidad, el proceso de globalización
llevado por mano capitalista, es revolucionario tomado en sentido histórico; si el mismo se trunca como efecto
de su supeditación al interior del “choque de civilizaciones”, la humanidad ingresaría en una cruenta encrucijada:
es más fácil del luteranismo saltar al nuevo orden humano, que del islamismo.
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