13.05.2013 Views

Bajar documento - La nueva concepción de la historia

Bajar documento - La nueva concepción de la historia

Bajar documento - La nueva concepción de la historia

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

por cuanto <strong>de</strong>be otorgarle ocupación y, <strong>de</strong> alguna manera, sentido a <strong>la</strong> vida (al “tiempo”, suele<br />

<strong>de</strong>cirse), empleándolo en algo (para no aburrirse); o, en el caso <strong>de</strong> ser actor en un drama y<br />

escenario conocidos (como <strong>la</strong> actuación en pelícu<strong>la</strong>s), simplemente <strong>de</strong>be limitarse a realizar el<br />

papel. Ahora bien, el drama humano es real e implica al <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> <strong>la</strong> vida misma: el<br />

concepto que se haya llegado a formu<strong>la</strong>rse <strong>de</strong> el<strong>la</strong>, su <strong>de</strong>svelos, sus objetivos, <strong>de</strong> modo que<br />

pue<strong>de</strong> ser presentado alegóricamente como a continuación se lo grafica. Por su parte, el saber<br />

que una persona es nada mas, que un átomo quizá innecesario o que tan sólo pertenece a <strong>la</strong><br />

masa común <strong>de</strong> individuos, que entra a jugar un pequeño rol en <strong>la</strong> “Comedia humana” total y<br />

que <strong>de</strong>be salir <strong>de</strong> escena antes <strong>de</strong> que <strong>la</strong> misma llegue a término, sobre todo cuando se conoce<br />

el principio y el <strong>de</strong>sen<strong>la</strong>ce <strong>de</strong>l drama, podría llenar <strong>de</strong> tristeza una conciencia, incluso generar<br />

ansiedad o <strong>de</strong>sesperación; el antídoto para el mal proviene <strong>de</strong> <strong>la</strong> propia reflexión: so<strong>la</strong>mente<br />

habría que compungirse, si el papel jugado ha sido contrario al flujo <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>historia</strong> o si el<br />

mismo ha sido mal realizado, pues, hay lugar para todos y otros <strong>de</strong>ben intervenir en su<br />

momento (el cual está en aten<strong>de</strong>r al hecho <strong>de</strong> que se <strong>la</strong> ha dado <strong>la</strong> oportunidad <strong>de</strong> representar<br />

un papel en el proceso terminal <strong>de</strong> <strong>la</strong> “lucha <strong>de</strong> c<strong>la</strong>ses”, <strong>de</strong>biendo hacérselo cada vez mejor).<br />

<strong>La</strong> <strong>historia</strong> consiste no más, que en un campeonato <strong>de</strong> fútbol a jugar por <strong>la</strong> especie,<br />

empezando por el homo sapiens primigenio y concluyendo en el último posthumano: en el<br />

humano/divino; el objetivo es ganar <strong>la</strong> medal<strong>la</strong>, o sea, hacerse con <strong>la</strong> conciencia completa <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong>s cosas; Aristóteles jugó los primeros partidos, Marx lo hizo en los partidos intermedios, <strong>la</strong>s<br />

generaciones actuales lo hacen <strong>de</strong> los ¾ para a<strong>de</strong><strong>la</strong>nte, mientras que el último cuarto <strong>de</strong> hora o<br />

partidos finales, lo jugará <strong>la</strong> metahumanidad; luego llega al fin todo y ya nada hay que hacer<br />

sino festejar y pensar que vendrá otro campeonato a protagonizarlo otra humanidad. A medida<br />

que el ser humano se representa y prerepresenta <strong>la</strong> realidad y su curso <strong>de</strong> modo cada vez más<br />

objetivo y abarcante, el último es el caso que se impone, es <strong>de</strong>cir, el ser humano con<br />

conciencia <strong>de</strong> lo que es, <strong>de</strong> lo que hace y a qué meta da cabida, simplemente es el instrumento<br />

<strong>de</strong> un libreto <strong>de</strong>finido; no obstante, hay una salvedad, que reduce el carácter <strong>de</strong> marioneta<br />

consciente: el proceso <strong>de</strong> <strong>la</strong> materia sigue un itinerario azaroso, el ser humano <strong>de</strong>be darle<br />

dirección segura al mismo, con lo cual pasa a gobernar los aleatorios hechos <strong>de</strong> <strong>la</strong> materia y a<br />

autoliberarse <strong>de</strong>l ciego rumbo (ocurre aquí algo simi<strong>la</strong>r a lo que suce<strong>de</strong> con <strong>la</strong> sociedad<br />

burguesa: al principio el mercado es <strong>la</strong> enajenación, luego <strong>la</strong> razón pasa a someterlo y a<br />

dirigirlo con <strong>la</strong> programación económica).<br />

De modo más concreto: como en una viaje, dígase: <strong>de</strong> Quito a Guayaquil en Ecuador<br />

(unos 600 Km.), a quién escribe estas líneas –se supone- le ha tocado embarcarse en el “tren<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>historia</strong>” en uno <strong>de</strong> los últimos vagones como legítimo integrante <strong>de</strong>l segmento<br />

neocolonial (¿un país que empuja, que hace el gasto”, que trabaja?) y lo ha hecho en<br />

Babahoyo (en <strong>la</strong> mitad el camino: en el Anapurna respecto <strong>de</strong>l punto que a uno le vuelve<br />

respetable en el itinerario anhe<strong>la</strong>do: el Everest, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> allí se mira su cumbre, hasta allí no<br />

más: allí concluye todo), sabiendo que <strong>de</strong>be bajarse en Mi<strong>la</strong>gro (casi al final <strong>de</strong>l sen<strong>de</strong>ro: allí<br />

concluye todo para uno) a kilómetros nada más <strong>de</strong> <strong>la</strong> meta <strong>la</strong>mentablemente, o sea, que no<br />

pue<strong>de</strong> proseguirse aunque quisiera hacérselo vehementemente. Se conoce el pasado, <strong>de</strong> dón<strong>de</strong><br />

viene el tranvía y qué tramos ha recorrido, con qué tipo <strong>de</strong> actores lo ha hecho: <strong>la</strong>s personas<br />

que se han bajado <strong>de</strong> él en <strong>la</strong>s distintas estaciones anteriores y <strong>de</strong>stinos: aquellos que<br />

“partieron”, que cumplieron su ciclo como forma consciente <strong>de</strong> materia, que empujaron el<br />

vehículo en el frente <strong>de</strong>l conocimiento, <strong>de</strong> <strong>la</strong> técnica; a <strong>la</strong> vez: se presupone el futuro, se sabe<br />

c<strong>la</strong>ramente que el tren va a Guayaquil: al saber total. Empero, no es posible empecinarse en ir,<br />

en llegar al <strong>de</strong>stino; hoy: todavía no, pues, no se dispone o no se tiene acceso a <strong>la</strong>s tecnologías<br />

<strong>de</strong> prolongación <strong>de</strong> <strong>la</strong> existencia en años, en décadas, en centurias, con el concurso <strong>de</strong> <strong>la</strong>s<br />

cuales po<strong>de</strong>r pensar en <strong>la</strong> ilusión <strong>de</strong> permanecer vivo e ingresar a protagonizar o a ser testigos<br />

<strong>de</strong> los episodios por venir.<br />

Es evi<strong>de</strong>nte, que en el “arte dramático” <strong>de</strong> <strong>la</strong> vida real strictu sensu, el papel a<br />

<strong>de</strong>sempeñar por el ser humano viene doblemente <strong>de</strong>terminado por <strong>la</strong>s leyes <strong>de</strong>l fluir natural y<br />

el cual es <strong>de</strong>s<strong>de</strong> todo ángulo <strong>de</strong> mira: inconsciente; preracional hasta cierto punto; el mismo<br />

consiste, pues, en <strong>la</strong> realización <strong>de</strong> los actos, que reproducen <strong>la</strong> propia vida <strong>de</strong> cada integrante<br />

<strong>de</strong>l colectivo, y con el<strong>la</strong> –al mismo tiempo-: ocurre <strong>la</strong> <strong>de</strong>l resto <strong>de</strong> individuos y <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

naturaleza en tanto tal, mientras ésta realiza su <strong>de</strong>signio sobre <strong>la</strong> senda <strong>de</strong> <strong>la</strong> pre<strong>de</strong>terminación<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>de</strong>terminación (pese a que hay personas, que sostienen que <strong>la</strong> naturaleza pue<strong>de</strong> muy bien<br />

vivir sin el ser humano, como lo hizo en <strong>la</strong> época <strong>de</strong> los dinosaurios). Se ha dicho al respecto,<br />

que el proceso humano es un hecho ambivalente, puesto que este ser –una vez producido por<br />

821

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!