Bajar documento - La nueva concepción de la historia

humano debe dejar el Cosmos de ese modo, aunque no haya historia que le recuerde, que le juzgue,
nadie ante quién justificarse; su gloria será realmente pasada (La palabra pasará, pero la materia
jamás pasará) 663 . Finalmente, “¿En qué creen los que no creen? (diálogos entre Eco y Martini –dixit
X. Laso) 664 . Aquí se ha esbozado una respuesta.
En sentido histórico. Dos grandes vertientes de pensamiento como corolario de su desarrollo
nítidamente se advierten en la conciencia de la humanidad en torno de qué es y lo que será la
misma, al promediar el primer decenio del Siglo XXI: la “variohistoria” y la “metahistoria”. Estas,
luego se derivan en varias posturas específicas (de paradigmas en enfoques), en una de las cuales se
plasma el verdadero enigma del curso humano. En el primer caso se ubica el modelo mental
autonominado como “ethos barroco y valor de uso”, el cual mucho se avecina hacia la idea
fisicalista heisenbergiana de “incertidumbre”: no se sabe el sitio de ubicación exacto de los
electrones (posición y movimiento al mismo tiempo), estos se colocan coetáneamente en dos
lugares o pueden hallarse en el “futuro y en el pasado” 665 . En el otro: la historia tiene curso y
detenta meta; ésta, está preencarrilada por su dueño: Dios, y el telos es la realización de su
Voluntad por el ser humano; todo se halla (pre)determinado: el electrón ostenta posición y
movimiento regular, causal, no puede desdoblarse y su desplazamiento se produce del “ahora al
luego”, pues, nada se mueve al margen del designio de Dios.
A este último modelo mental está próximo –paradójicamente- un enfoque de orden marxista
(quizá el “auténtico”): “ethos supramoderno y ‘valor’ de usufructo”: Prometeo, Homo faber, la
historia como proceso civilizatorio regido por leyes objetivas (sucesión de formas de desarrollo de
las fuerzas productivas materiales); es la tesis de Marx, de Engels, de Lenin, puesta en vigencia por
Stalin (Así se templó el acero: Nikolai Ostroski): el socialismo se edifica (edificó) sobre el progreso
de la ciencia y de la técnica y recoge todo el desarrollo conseguido por la humanidad; el
comunismo se da solamente cuando se ha llegado hasta un grado muy elevado de progreso de las
fuerzas productivas (robotización), en el que el ser humano se desaliena, actúa de modo racional y
consciente (planificación cibernética): hace real su meta, la que viene encarnada de modo
inmanente en la “constitución óptima y viable” del Universo. De la contradicción
indeterminación/determinación, sobresale el segundo aspecto; pues, incluso los sicópatas: los
halcones estadounidenses, que por ser tales se puede decir que experimentan desordenes de
personalidad y entontecidos por el dinero, la megalomanía y el poder arremeten contra pueblos
enteros, puede decirse que atraviesen fases de caos, de indeterminación, barrocas; su
materia se mueve en ciclos sucesivos ininterrumpidos de modo permanente; de otro modo también ella se
“fastidiaría” y colapsaría: su movimiento es repetitivo, incesante y procesal, lo cual la vuelve eterna.
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Listo: suficiente explicación, no se necesita saber más por el momento, se quedó satisfecho. La misión en lo
personal, está cumplida, incluso se diría: con creces. Ahora: ¿qué queda luego? (Yo robot). Vivir lo que más se
pueda para ilustrarse cada vez más sobre los detalles del mundo, para dedicarse a la investigación empírica (para
la que no se cuenta con fortalezas formadas históricamente ni con condiciones objetivas) o para retomar la
actividad política práctica. ¿Qué hacer en concreto en el caso presente: al concluir la primera década del Siglo
XXI y darse inicio el año 2011, en que la esfera inicia un nuevo giro en torno del sol?
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Vendría a ser trabajo bien agradable el realizar la pertinente exégesis sobre las dos posiciones incursas (de
Eco y Martini), a partir de los supuestos epistemológicos (irrupción del enfoque político marxista en el campo de
ese saber) y filosóficos (valoración subjetiva materialista marxista global del mundo en torno de la pareja de
discursos referidos) empeñados en el presente documento; como es sencillo acotarlo (a pesar de que la
hegemonía –la acción de los intelectuales orgánicos pretorianos del stablishment- ha propendido y lo ha logrado
en gran medida- forjar la ilusión en la conciencia sobre el “fin de la ideología”, inmediatamente reemplazándola
por el término asexuado de “cultura”) juzgar la historia humana y natural, no es cuestión solamente del quantum
de información estructurante de la conciencia que se disponga, del método que se use o de la capacidad analítica
y sintética (coeficiente intelectual), sino, sobre todo, del punto de vista al que responde el criterio del ”juez”.
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Empero, si se procede a conocer el mundo subatómico prescindiendo de la iluminación de las partículas
(perturbación), el problema de la incertidumbre simplemente desaparece (los infinitos). Los cultores de la Física
Cuántica, propenden, mediante especulaciones lógicas compatibilizadoras, explicar la realidad, en lugar de
esperar un poco más en el plano empírico y encontrar en los hechos esa explicación (la solución para sus
aporías); eso pasa con la famosa “Teoría de las cuerdas”, pues, éstas dicen que tienen la virtud de empatizar las
especulaciones de la Teoría de la Relatividad con la Cuántica (sobre esta última, aseveran que es certera, puesto
que la tecnología contemporánea exitosa se basa en sus principios –también la fisión nuclear fue positiva, pese a
estar contaminada con la falsa noción “tiempo”). El orden de evolución de las especies, por ejemplo, está dado
por la aleatoriedad (selección natural –Darwin), pero siempre el proceso va a una fase superior de modo
ordenado (determinación); en verdad, la indeterminación es el interregno de cambio. Los famosos genios de la
física (como Hawking) que critican a los deterministas (incluido a Einstein, en este caso) muestran “fallas
lógicas de composición” en la interpretación de los datos; esta anomalía se debe al carácter positivista de su
estructura mental y del método con el cual trabajan (a más de su adscripción burguesa); en realidad, sí existe la
“teoría unificada”, por cuanto el Universo debe ser un todo.
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