Bajar documento - La nueva concepción de la historia

pequeña, microscópica, neocolonia: Ecuador en 1993, es ilustrativo. Flexibilización
(liberalización) del mercado financiero por parte de la presidencia “neoliberal”; créditos
vinculados, concentración de crédito, fuga de capitales, crearon iliquidez en el sistema
financiero; la coyuntura indujo el alza de los tipos de interés, lo cual, a la vez, liquidó al sector
productivo, un vez que el mismo no pudo servir sus deudas, debido a bajos márgenes de
utilidad por altos costos del capital, lo cual impidió la recuperación de créditos (cartera E);
apertura de la crisis de 1999 (dolarización). El Estado (los representantes del capital), fue a
salvar a la Banca.
3.2.1.3.- COMPILACION.
En sentido avieso, compulsivamente abstracto, se anota, que la forma de la realidad
que ha adoptado la humanidad para concretar el salto (transitar de la posibilidad –herencia
cualitativa proletaria- hacia la realidad de la estructura relacional de comunidad, que debe
emplazarse en el mundo: a.- paso de la autoproducción de la vida material a la producción
maquinizada de la existencia genérica en comunidad humana –“economía”-; b.- supresión del
sistema político “democrático” y emplazamiento de la forma superior de relacionamiento
intergenérico: la democovivencia –“política”; y, c.- racionalidad objetiva de la realidad de
carácter nocional-teórico –“forma de conciencia colectiva”), se concentra en el proceso
dinámico de desarticulación/articulación de la triádica manifestación siguiente: 1) la
componente de la reproducción degenerativa del capital financiero (fin de la onda financiera
Kondratieff e inicio y agotamiento de la onda tecnológica como función del capital), éste: es
el movimiento real, el aspecto principal, que paulatinamente deja la realidad; 2) la
componente de avance de sustitución del trabajo vivo por la automatización; y, 3) la
componente de reproducción en ascenso de la “economía popular”: ley de movimiento, que
progresivamente se toma la realidad: se vuelve multilateral, concreta. El capitalismo –por su
parte- ha dado todo lo de sí de modo que su realidad yace a espaldas, pues, ninguna forma
social periclita sin antes haber desarrollado todas las potencias que caben en su interior (el
proletariado ha sido el primer sujeto en cumplir su misión y en dejar la historia: ha creado las
condiciones –con su anulación en la robótica- para que el burgués se transforme en su
contrario –obrero, ubicado también en el escaño superior: trabajador en primer lugar,
superado en su labor física, luego elevado a “analista simbólico” y, finalmente: “trabajador”
por su bienestar corporal y espiritual 1171 ).
De modo que las tres fases, propias del movimiento de todo sistema orgánico, se han
realizado en él: 1) formación y ascenso o fase competitiva concurrencial del capital, 2)
instalación en la cumbre del proceso o fase imperialista del capital, y 3) descenso y defección
o fase neoimperialista, postindustrial, posmoderna o transicional del capitalismo
(naturalmente, en este escrito –como se podrá haber advertido-, en lo tocante al movimiento
social de la especie humana, se pone la monta en la fase última o transicional) 1172 . En este
juego de fuerzas, dos se quedan en el camino: la primera, esto es, el capital con su última
punta de lanza: la forma financiero-bancaria, consumida por la crisis de la financiarización
(del crecimiento exponencial del capital ficticio, de la “economía de papel”), se vuelve cada
vez más irreal, virtual; y, la segunda: el trabajo físico, productivo, humano: es superado en la
mecánica. La tercera (el “modelo malasiano” de reproducción humana masiva y de abajo), es
1171
El proletariado ha sido el único sujeto capaz de pensar más allá de sí y del presente: negarse a sí mismo y
plantear un marco relacional humano distinto.
1172
Wallerstein (Wallerstein, Emmanuel. El moderno sistema mundial; fotocopiado) sostiene que todos los
sistemas humanos terminan afectando su propia posibilidad de vigencia; que el sistema-mundo capitalista se
halla maltrecho y en trance de deceso, puesto que ha cerrado la senda de expansión al cubrir el mundo; al
haberse hecho coextensivo con el planeta, ha puesto a la historia en fase de transición. Hay mucho de verdad en
tales conclusiones; empero, ellas adolecen de base teórica y empírica: 1) de por medio en ellas se halla
prevalente la tesis subconsumista sobre la capacidad reproductiva inmanente al capitalismo; y, 2) ¿por qué la
transición y hacia dónde? Primero como efecto del desarrollo de las fuerzas productivas dadas en el marco de
la división del trabajo, el rol de cada país mediatizado por la acción estatal, que genera plusvalía y excedente
que se acumula en el anillos centrales; segundo, por efecto de la lucha de clases, en el caso concreto: la
Revolución de Octubre, el socialismo, el socialimperialismo y las luchas sociales en el seno de la “economíamundo”.
Finalmente, se asevera que la pérdida de hegemonía en el interior del sistema por parte de EU, podría
restablecerse, como globalidad neoliberal; en realidad, el capital y el trabajo se hallan en proceso de anulación
mutua, y la efectivización de esta abstracción, es parcialmente cruenta, en la que tiene papel estelar que jugar
la subversión política, la intelectualidad y la población mundial, durante las cuatro décadas que vienen.
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