Bajar documento - La nueva concepción de la historia

incurso en la simbolización idiomática –el alfabeto- y, además, pone al saber Occidental, ya
no en el mismo plano, sino sobre el saber Occidental); este ser tiene que diferenciarse de la
naturaleza: romper el cordón umbilical con su Madre: la naturaleza, debe conocerla, hacerla
“para sí” y demostrar que la misma naturaleza se expresa en grado superior en el desarrollo y
distanciamiento de ella, del ser humano 683 .
En el plano ideológico, el ateo consecuente, piensa y actúa de modo especial. 1) Es
mentira, que el ateo “odie a Dios”, pues, no se puede tener sentimientos ni malos ni buenos,
respecto de entidades, que no tienen sitio en una cosmovisión materialista (en realidad, los
creyentes quieren hacer aparecer las reflexiones de las personas desprovistas de creencias, que
procuran explicar el mundo con la lógica, como enemigos de su supuesto Dios). 2) Los ateos,
no es que no crean en Dios por odio a El, por soberbia, por intromisión insidiosa del Demonio
en su percepción, por auto sobrestimación, por conveniencia o por contradecir a nadie, sino
por cuanto la argumentación racional conduce a conclusiones contrarias sobre la existencia de
una entidad tal; incluso se podría sostener –con reserva-, que se deplora tener que llegar a
dicha resolución, y que de estar equivocados en ella, no se vería mal el “error”. 3) Si el
ateísmo militante se ha vuelto en contra de las cúpulas religiosas como de aquellos perorantes
sobre todo protestantes (el invento del pecado original para todos, al que imputan la razón de
la muerte y las enfermedades, con el cual agarran del pescuezo al pobre individuo, mito: muy
conveniente, éste), que buscan que el ser humano común asuma la idea de Dios apelando al
miedo (“al final de la vida: viene el juicio”, y: ¡ayayay! 684 ), es porque éstos han sido parte del
poder explotador, que se mantienen como sostén de dicho sistema, del mismo modo que por
su naturaleza de fanáticos diletantes comedidos que apelan al terror psicológico para meter en
la cabeza de todo mundo sus creencias y volverles sus adeptos 685 . 4) Los ateos políticos de
izquierda: con personas creyentes sinceras, que comparten sentimientos de transformación
social, que afecte la explotación, la dominación y la sujetación, tienen buenas relaciones: no
se mofan de ellas. 5) La mente de un ateo sincero, bueno, materialista, político, de izquierda
(lo cual es lo común), se halla siempre en paz, pues, en todo momento busca ser moral
(comunista), solidario, comprensivo, equilibrado, desprendido, racional; y, de existir Dios:
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El quid radica en la “posición partidista” frente al “criterio de verdad” en relación con el sentido de la vida de
la conciencia. Los animales tienen sentidos; los mismos hallan satisfacción e instinto de sobrevivencia, en la
realización de su naturaleza (copulan, fecundan, se reproducen). Encontrar el sentido para la existencia humana
en la esfera emocional, pasional, de los sentidos, de los sentimientos, del placer, es recurrir a una consideración
animal, anterior, primitiva, de cosificación en el interior de las determinaciones de la Pacha Mama (y el amor
pertenece a esa esfera, pues, se halla avezadamente ornamentado con la distinción de su conciencia y de la
argumentación lógica sobre él). Lo que diferencia al ser humano del resto de animales, es la presencia de la
“substancia gris” en su estructura cerebral, el pensamiento, la conciencia; esta última, no es más que la forma de
conocimiento superior, acumulado, sistemático-orgánico; es a ese nivel que debe encontrarse el sentido para la
existencia humana. Y este punto de vista es una “verdad absoluta”, en cuanto, negada la concepción religiosa, no
hay otra que se le oponga.
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Los evangélicos piensan tomarse la conciencia del mundo, dejando atrás a católicos, musulmanes, sintoístas,
taoístas, etc.; su poder, no obstante, durará lo que el resto de vida, mientras deja la escena histórica, le quede al
capitalismo. El pasado especulativo les dejó un libro: la Biblia, con la cual –ese pasado- les tiene atrapados,
sometidos, mentalmente esclavizados, jodidos, como, por ejemplo, con la “segunda venida de Cristo”. Para estos
“señores”, no hay diferencia ninguna entre el pasado, el presente y el futuro: el ser humano nació, nace y seguirá
naciendo pecador; el ser humano pecó, sigue pecando y pecará; por eso Cristo vendrá para hacer pagar a los
malos (de este modo esta gente puede escamotear la crítica al sistema burgués o a los clasistas en general –a los
cuales pertenecen y defienden-; sistemas fuente de todo pecado). Estas torpes ideas, llevan al susto o a la
rebeldía; en el último caso: jamás se va a aceptar, que un ser humano venga marcado, esté siendo
permanentemente controlado y evaluado, y si no se somete, al final sea humillado, proscrito, maltratado,
condenado: incluso en la posición de simple ser humano, se tiene orgullo (claro, si la realidad fuese como dicen
los ilusos evangélicos).
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Para estos tipos acomplejados, fanáticos, completamente alienados por sus construcciones nebulosas, que se
pertenecen a las sectas evangélicas: todo es Dios, Dios y Dios: no ven mérito alguno en el ser humano, más que
sólo pecado, pecado y pecado, excepto alguno que se somete y arrepiente. Sin embargo, el ser humano es quién,
por propia iniciativa y esfuerzo, produjo el lenguaje y la escritura, no su Dios; y es debido a esos inventos que se
pudo pensar (construir) la idea de Dios, escribir la Biblia y proceder con tanta peroración con la que obran los
contumaces sirvientes de Dios y enemigos del ser humano; es el ser humano quién creó la radio, la televisión, la
prensa (y hoy, las TIC), medios a través de los cuales predican, atormentan la conciencia y finalmente la
esclavizan con y a las ideas fidelistas, los aviones que toman para ir a idiotizar a otros pueblos, la ropa que visten
son producto de la praxis del ser humano, empero estos estúpidos siguen sin ver más que pecado en el ser
humano: el que fornica es pecador, el infiel es pecador, el incestuoso es pecador, el que roba por necesidad es
pecador, el que toma alcohol es pecador, el que no cree en Dios es pecador,… (pero el empresario que explota,
no es pecador, al contrario: es bendecido por Dios).
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