Bajar documento - La nueva concepción de la historia

subversivos y ciudadanos, preparativos para intervenir en los negocios de la reconstrucción de
zonas destrozadas por la intervención militar; continuación de programas de conquista
espacial, generadores de nuevas ramas económicas, que permitan hacerse con contratos a los
monopolios, con lo cual sea posible dominar técnica y bélicamente al planeta.
En el banco de planes estadounidense de lucha interimperial (comercial) entra (es la
propensión hacerla ingresar, a través del ejercicio de procesos de reordenamiento bélico y no
bélico: de la presencia militar yankee, de la coercitiva firma de acuerdos comerciales,
respectivamente) la población neocolonial del subcontinente latinoamericano, cual masa de
peones de locación en zonas económicas neoconcurrenciales: es su misión reforzar la
hegemonía estadounidense; el “Caballo de Troya”, en el propósito de alcanzar este
alineamiento, se representa en el combate al terrorismo, al narcotráfico (no obstante, hay que
observar, que aquí la demanda crea su oferta, por lo que este problema es de consumo, de
salud pública y no de compulsión armada sobre la oferta, estrategia que mas bien lo
promueve) y a la población emigrante ilegal (el sistema capitalista es “racional”: el ser
humano maximiza los productos de su esfuerzo, abre o aprovecha oportunidades y provoca
beneficios –optimiza su diligencias-; el “coyoterismo”, por tanto, no es un delito -lo mismo
que la especulación- sino la fuente en la que se halla en potencia el acto delincuencial). Para
llegar a dicho propósito el eje en operación de la cruzada viene siendo la entente Washington-
Bogotá -el Plan Colombia y los TLC (en Medio Oriente, el pívot sigue conformado por el
sionismo israelí, Turquía y el régimen pelele de Irak). La finalidad inconfesable de este
cuadro de intervencionismo y de ocupación deriva en la creación de un Estado fantoche en la
Amazonía, con el cual controlar geopolíticamente a América del Sur: a los subversivos y al
movimiento ciudadano; usufructuar de sus recursos: petróleo y gas, el agua dulce de la
Cuenca Amazónica, y la biodiversidad (dixit René Báez); Cuba, los gobiernos democráticos:
Venezuela, Bolivia, Ecuador, las FARC y los ciudadanos, constituyen obstáculos puestos
frente de este programa siniestro. El citado escenario comporta el marco en el que la
humanidad –in abstracto- avanza: el capitalismo la destroza al tiempo que la hominiza
(desarrolla la técnica, la ciencia).
Este examen muestra, de modo evidente, que el capitalismo actual constituye un
sistema sobrenadurado y, por tanto, en decadencia (su progresiva degeneración es la
manifestación multilateral de la tendencia incremental en la reducción de retornos; de la
saturación de mercados; de la filtración del conocimiento a través de los canales
informacionales 1712 ), incapaz de frenar la marcha de la historia (es decir, solventar las
multifacéticas, crecientes y cambiantes demandas de la población mundial y, al propio
tiempo, autoregenerarse de modo expansivo; de detener el incremento de la pobreza –“en vez
de salvar Bancos, se destinen recursos a la gente”-, el deterioro de la ontología natural de la
reproducción del “ser social”; y, de elevar al género al nivel del desarrollo, que el actual
estado de la técnica lo permite). La etapa “neoimperialista” actual, ya no le pertenece de modo
principal al sistema burgués (a la humanidad); propiamente, esta forma de cultura,
civilizatoria, se enfrenta impotente ante los designios de la historia; en ella: el presupuesto de
su tozuda presencia deviene en la operación de la materialidad del aparataje ideológico de
Estado, hecho generatriz del “efecto de legitimación”, de “hegemonía”, de configuración
proburguesa de la subjetividad colectiva (en la moderna o posmoderna sociedad –para
enjuiciar su esencia, da igual-, el “aparato ideológico de Estado”, que sobresale para
escenificar este rol –una vez que los directos representantes del poder están entrando en
desgracia, en bancarrota: los partidos políticos- son los medios masivos de difusión –prensa,
televisión, radio, el Internet, las TIC-, éstos presentan a la población “enlatados” encaminados
a formar el ideario de las personas, este último se convierte en comportamientos individuales,
familiares o sociales, y luego en prácticas políticas, que responden y sostienen el
stablishment 1713 ).
es una proyección real, pues, el interés por sucedáneos, el descubrimiento de nuevas reservas y la lucha
ecologista, lo frenan.
1712 El aumento de la socialización de la técnica, “hace peligrar el principio mismo de la propiedad privada” (si
bien es verdad que las neocolonias más sometidas “no pueden producir ni un tornillo”, pero éstas, está visto
que pueden asimilar la tecnología y desenvolverse en su interior perfectamente a medida que la realidad se
mueve); el capitalismo no puede seguir adaptándose indefinidamente, pero se requiere una acción exógena para
el desenlace, pues, incluso las reformas no se producen automáticamente.
1713 ¿La crisis (agotamiento del modelo) de la representación política (partidos políticos) es solamente efecto de
la crisis neoliberal del capitalismo, o expresión del llamado “cambio de época”, esto es, de cambio
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