Bajar documento - La nueva concepción de la historia

equerimientos hedónicos, como marco de sentido de la felicidad y de la realización humana, hacia
la vida frugal y reflexiva 656 .
El mérito de Cristo -si se pone de pie el sentido de un capítulo en el interior de una tradición-,
fue el ser el primero en intuir -y declararlo- el carácter trascendente, que debe imprimir a su
itinerario el ser humano: “Mi Reino no es de este mundo”, aseveró; sin embargo, lo más
impresionante fue, que delineó y aplicó en el proceso de su propio devenir como persona, las
pautas metodológicas conducentes a ese objeto (estudioso, serio, sacrificado; exclusión de la
existencia pasional, reproductiva; deploración sobre todo interés de atesoramiento; vida de
reflexión, de prédica; e, intención de ser guía, maestro, líder espiritual. También Pablo de Tarso
entendió el mensaje de forma similar como lo hizo el gran Agustín de Hipona 657 –en otro frente lo
hicieron Feuerbach, Nietzsche y otros): “Olvídense de la carne para así agradar a su espíritu”, fue
su prescripción admonitoria. Y, este es el único posible encuentro entre Ciencia y Religión en
Occidente; acercamiento, en el sentido de partir de la premisa de que la mayoría de las religiones
intentan atemperar el desate del imperio de los sentidos y modelar la estructura de la conducta para
que el ser humano se autoconduzca hacia la verdad, la cual se terrenaliza en la esfera de la
ciencia 658 .
Considerándose la magnitud colosal del Universo 659 ; el grado de conocimiento que sobre él
tiene el ser humano; en atención a la versión en miniatura de éste y a su conducta hedónica,
conflictiva, desentendida, resulta imposible pensar, presuponer, admitir, que este ser llegue a
conocer y, peor: a dominar el Universo algún día. Einstein, Sagan y Hawking fueron y es, las
personas, que rebasaron y ha superado dicho complejo de inferioridad con el intento de
formulación de la Teoría para todas las cosas y la del Universo sin un diseñador, en su orden
(también lo son los proponentes de las teorías de las cuerdas y la Teoría M). En el curso de este
impresionante proyecto cognitivo cosmológico-filosófico, incluso Penrose se halla inscrito en la
perspectiva que comparte la humanidad sobre el particular, a pesar de haber avanzado la teoría
sobre la “optimidad” y de la “validación” del Universo, con la presencia del ser humano (con el
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El “secreto” está “pensar fuera de la caja”, en “romper el celofán”: la actitud humana que busca superación,
dicho en lenguaje empresarial relativo a las “maximización de oportunidades”. La humanidad debe tomar ese
riesgo, debe tornarse emprendedora, pero fuera de los míseros negocios y pasar a retroalimentarse a través de la
innovación, en el entorno de la tendencia, que le lleve hacia la visión suprema. La humanidad deberá actuar en
emulación del muy mentado caso de Nokia, que de empresa maderera dio un giro de 180 grados, convirtiéndose
en líder en el área de las telecomunicaciones. La humanidad debe pasar de la esfera sensorial a la racional
mediante un giro de 180 grados: allí está su liderazgo, su visión, su realización; ese el trazado del nuevo rumbo
(del rumbo estratégico). Visto bien el hecho, a ser Dios, no se va a conseguir con el corazón, con la
sentimentalidad, con el lado derecho del cerebro, con el “valor de uso”; esa ruta conduce directamente al infierno
de las pasiones (de otro lado, pueda que alguien indignado proteste y airadamente manifieste que no quiere ser
Dios, que nada sacaría con ser Dios; perfecto, pero no es cuestión de elección: la determinación de la inteligencia
lleva coercitivamente hacia ese final). La citada transformación ocurre en el cerebro; por ejemplo, en el léxico
personal no existe ese término marrullero, hipócrita, falso del “amor”, pues, en el esquema mental, para referirse
a ese sentimiento racional profesado para con una persona que se lo merece, se usa la palabra “aprecio”, como la
máxima consideración, reconocimiento y pleitesía.
657
Ahora bien, San Agustín le da una salida religiosa al conflicto personal, gracias a la “conciencia” de clase a la
cual le condujeran los sucesos de su tiempo, esto es, política de predicador socialmente inocua, en su orden;
aunque paliativo personal (no proceder como hace el poder y reprocharlo en el discurso), como ha ocurrido con
todos los mártires.
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Todos los pueblos de la antigüedad (varios idiomas, aparentes disentimientos en la esfera cosmovisiva,
deidades distintivamente no significantes) en la Torre de Babel, en la apariencia se desentienden entre sí, no
obstante de que todos se hallan cruzando una misma etapa –diferenciada, esclavista, sensualista-; la persuasión
del “liderazgo carismático” coetáneo, es superar la heterogeneidad formal, asumir como contenido superior de la
vida, la esfera de la esencialidad racional; en la ubicación moderna de la idea: comprender siempre de mejor
manera el mudo, y la mediación más práctica hacia ese objetivo intermedio siempre, es su transformación. Y
aunque transmutada en el plano visual y auditivo (simbolística, alegórica), en el pesebre Cristo –en la Natividadse
presenta, en verdad, como el alimento con el cual –al término de cada ciclo de traslación terráqueo - se aspira
dejar atrás la dimensión de la animalidad sensible, para que en el interior de la persona se implante y crezca la
simiente de la humanización, en el mismo día en el que muere Eros (el sol viejo) y en el que nace Apolo (el sol
nuevo), seguida de la rogativa para que el nuevo proceso (la primavera) continúe en la floración, fructificación y
abastecimiento de la vida de la carne.
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Una de las hipótesis casi fantásticas sobre el movimiento y destino del Universo, que ha empezado a circular
entre una parte de la generación joven de cosmólogos investigadores, se refiere al “gran desgarramiento”, efecto
de la acción de la “energía obscura”: el Universo tiene fin, es sólo cuestión de tiempo. Esta afirmación
tautológica, es parcialmente cierta y parcialmente falsa y fácilmente se la puede objetar, puesto que la misma es
sobre todo de índole filosófica (como es común, allí se encuentran en vigencia los clásicos fetichismos de
tiempo/espacio, energía, principio/fin del Universo).
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