Bajar documento - La nueva concepción de la historia

sobrevivencia es la respuesta unitariamente táctica en la coyuntura, la captación de la
dirección de los modernos procesos globales, se instala en la estrategia).
Ley, en suma: que hace ver, que la solución fácil religiosa al dilema filosófico: ¡es una
afrenta, carece de sentido noble, humano! Ley, que opera solamente en determinado punto de
“singularidad”: en la historia, en tanto aquella se despliega en: emergencia de la
determinación, emergencia de la vida, emergencia del ser humano (historia), emergencia de
Dios. En general, esta ley es consecuente de este modo conforme a una concepción que se
apoya en previsiones tecnocráticas, esto es, retraduciendo en términos marxistas la hipótesis
prospectiva de la “singularidad”: humanización de las fuerzas productivas materiales,
materialización de la fuerza productiva humana, el trabajo deja caer su “melena” esencial, se
detrae el marco clasista de evolución de la especie, “democovivencia”: igualdad, hermandad,
nivelación de la conciencia (“paraíso” comunista), búsqueda de la verdad como tarea exigida
y dominio de la fuerza material del Universo, la materia empieza a hacerse con el trofeo en
una etapa crucial de su “vía hacia el Gólgota”: su “otro de sí”, la conciencia, Dios (agujero
negro: todo deviene en cero, “porque él así lo quiere”). Entre tanto, el ser humano se ha
vuelto: actor de la historia, actor de la naturaleza, actor del Universo, actor del cielo: el
anticristo ha nacido, la negación…
2.2.- OBJETO DE LA LUCHA POLÍTICA.
La tierra ha dado miles de giros al rededor del sol; en las últimas reiteraciones de
dicho trayecto, la mirada se ha posado insistentemente sobre el modo de ser del devenir
humano; éste: finalmente ha puesto al descubierto su naturaleza regular. Movimiento
constante, transformación; evolución y cambio total “repentino”; fases y configuración en
amalgama y acción recíproca, arman la fisonomía histórica de la vida, en el “eje del
‘tiempo’” 751 . La “transitoriedad”, en consecuencia, es la determinación permanente,
inmediatamente reconocible de toda realidad que se halla condicionada de modo orgánico, la
cual la define en diverso grado y manera, de forma particular: cuando el proceso se encuentra
instalado plenamente en la etapa madura, de su desarrollo concreto. La estructura –como se
sabe-, es presupuesto de estabilidad relativa: estabilidad, puesto que el que se da en el interior,
es un orden de movimiento de carácter circular, cíclico, reiterativo; relativa, por cuanto esta
simple acción de conservación, contiene sus resguardos tanto como el impulso del cambio,
sea en sentido progresivo como en el degenerativo. La coyuntura, en el movimiento humano,
es el puente, la mediación, que permite el paso de una composición sistémica parcialmente
estable a otra más consistente y superior; el citado nexo de cambio, se asienta sobre los
rudimentos de la forma anterior. Según la consideración expuesta, la transición es absoluta
entre estructuras y relativa al interior de ellas; la contradicción originaria deriva en principio
de movimiento, de manera que la conformación estable se troca en su contrario: en fuente de
discontinuidad y de cambio (esta visión sobre hechos de naturaleza autodirigida, teóricamente
está planteada).
La humanidad, de estructura inveterada, afianza la nueva realidad infante; y, en el
suceso dado de frutos todavía inmaduros, según las características inmanentes, los diversos
estamentos humanos reenrumban las tareas de actuación política (las nuevas Constituciones
Políticas: de estructurales deben trocarse en procesales, para permear el cambio, no la fijación
de los hechos 752 ). Las estructuras puras, para su desactivación, reclaman actos de dimensión
revolucionaria; la autentificación de la comprensión distinta, como efecto de episodios
anteriores de revolución, se enanca en el programa de reformas. En la forma “sociedad” de la
humanidad (es decir, en la actual), en la que la transitoriedad deviene en característica
principal de su movimiento; naturaleza especial que responde al status de doble
configuración, esto es, en cuanto pone en conexión a las subestructuras del pasado y a las
correspondientes al porvenir 753 ; en este orden humano el producto de la actividad
751 Se usa necesariamente la noción “tiempo”, puesto que resulta harto difícil salirse completamente de esa
trampa.
752 El Derecho, como fenómeno social, es dinámico y se contrapone al Derecho como fenómeno jurídico, formal
(el Derecho plasmado, que fija las formas históricas y socialmente apropiadas de las relaciones humanas en un
punto, es un fenómeno conservador).
753 Estas subestructuras interpenetradas, “de lado y lado”, expuestas a manera de “vuelo de pájaro” y según el
modelo dinámico, totalizante, siempre en devenir, del “materialismo histórico” (condiciones de desarrollo
material, estructura, superestructura, formas de conciencia social), se comprehenden del modo que sigue. En el
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