Bajar documento - La nueva concepción de la historia

push que desarrollan las fuerzas productivas (inducen la ontologización más eficiente y eficaz
de la propiedad de la inteligencia), modifican las relaciones sociales y sacan al trabajo de la
escena histórica. La realidad revela, luego, que ningún discurso es inocente (los
conocimientos en Ciencias Naturales, desde luego, son neutros; y, si bien su uso está sometido
a intereses –hegemónicos- en el sistema social, el producto final del proceso: el “desarrollo
humano”, ha instrumentado “para sí” la ciencia y la técnica y los hechos en general,
debiéndose mirar al capitalismo –a la ciencia, a la técnica, a los valores de la frugalidad y del
lucro- con algo más de respeto); el presente relato, sin embargo, no tiene como fin exclusivo
el desmontaje del sentido e intención de la componente ideológica oficial con la apertura de
una problemática teórica diferente, sino el uso de términos y frases a la mano, a los cuales se
les da una nueva significación. La pertenencia a una clase: al conjunto del nuevo sujeto
histórico, hace que se asuma a la estructura burguesa en su condición de transitoriedad, sobre
todo como un hecho devenido, cuyo rol se ha cumplido, pero cuyo aparataje de sustento aún
no ha sido retirado.
Entre los actos de cavilación sobre los materiales teóricos y empíricos, insumos para la
elaboración del presente trabajo, una inferencia causó sorpresa a la persona que se dedica a
dicha tarea. Si, en realidad, la historia va al saber absoluto, entonces el capitalismo es una fase
necesaria en el proceso, la cual tiene como función crear la base material del mundo nuevo, y
hecho que, a su vez, debe coincidir con el “consumo de todo el combustible” de que dispone
el sistema; se llega, luego, a la conclusión, que el capitalismo no puede ser vituperado ni
eliminado tempranamente o en cualquier momento, sino solamente cuando ya ha cumplido su
misión (“el efecto acumulativo de sus contradicciones internas debilitan al sistema”, pero éste
seguirá resolviendo precariamente “sus dilemas mediante ajustes en sus esquemas
institucionales presentes”, hasta tanto no haya completado la tarea) o una vez que el grado de
racionalidad alcanzado por la humanidad (el cual depende del propio nivel de desarrollo de
las fuerzas productivas) le ha puesto en condiciones de llevarlo a cumplir o a terminar esa
obra (es obvio, con el fin de sortear el peligro por el cual se dañe más a la naturaleza o que se
siga afectando a las 9/10 partes del género). Debe decirse, una vez que se dispone de los
primeros datos de la investigación, que la vía que sigue la historia es intermedia (si el
capitalismo se ocupa de forjar la base material, el socialismo lo ha hecho con la forma de
conciencia social acotada a los requerimientos del mundo nuevo). Esta conclusión traspapela
todo el pensamiento económico, sociológico, antropológico, filosófico, esto es, la
cosmovisión estatuida en su integridad. En efecto, la nueva situación social concreta y la
formulación filosófica inherente, cambió el panorama de la praxis política: no devienen
necesarios otra revolución, dictadura del proletariado (régimen de excepción para enfrentar el
ataque contrarrevolucionario frente a la transformación) o programa de edificación socialista,
puesto que la terrenalización de la consigna proletaria -Octubre y el socialismo de la ex
URSS- sobre la estructura humana en formación, ha adoptado modalidad evolutiva,
institucional, reformista (strictu sensu, la voluntad consciente proactiva, debe realizar ese
carácter), y cuyo sujeto histórico está constituido por una compleja forma de conjunción, entre
subversión, intelectualidad y ciudadanía 35 .
Ahora bien, dada la referida comprensión de los hechos políticos de coyuntura
convertida en “imaginario” (sic) –sistema significante, mentalidad simplemente; las
intuirepresentaciones de la población-, a continuación se debía pasar a hacer el intento por
satisfacer, en primer término, la necesidad filosófica situada en la esfera de la mente 36 . La
35
Término reservado para incluir en él, a la variedad de “movimientos sociales” que adelantan demandas
particulares frente al poder central (cuestión económica y/o política) y en los que queda contenida la totalidad de
miembros de la población; noción cercana a la de “multitud” (Hart y Negry), pero en modo alguno en tanto
“sociedad civil”. En realidad, que se sostenga, que no va a haber otra revolución y que el proletariado ha salido
de la historia, no quiere decir, que la lucha de clases, en el interior de una forma humana supuestamente
“imperial”, haya terminado (lo cual implicaría decretar el cese del movimiento de la historia), que la política ha
concluido o que depositar de una buena vez al capitalismo en su tumba sea una tarea fácil, incruenta, espontánea,
idílica; por el contrario, con la idea se asume que múltiples luchas –según ya se ha dicho-, que van de la armada,
la huelga, las diversas formas de movilización, el diálogo, la proposición deliberativa, el consenso, se van a
presentar en el cortejo fúnebre, siendo el citado el modo como la humanidad hace efectiva la herencia
transformadora legada por las políticas proletaria y socialista.
36
Múltiples sucesos han ocurrido en la historia del capitalismo: la conformación imperialista del sistema, la
Revolución de Octubre, la formación del Campo Socialista, la Segunda Guerra Mundial, las crisis, el exacerbado
desarrollo de las fuerzas productivas hasta desembocar en la automatización. Con el acompañamiento de la
voluntad de modo inconsciente, las fuerzas productivas (inteligencia colectiva ontologizada) han creado cuatro
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