Bajar documento - La nueva concepción de la historia

nociones de “tiempo” (el cual aparece con el surgimiento del neocórtex, con el pensamiento,
con la conciencia, no con el Big Bang), “espacio” y “energía” -“oscura”, en el colmo- (esta
última es una simple propiedad de atracción/repulsión, por tanto, una forma de movimiento de
la masa). Estas objeciones, por supuesto, no van dirigidas sobre la capacidad (de los “sires”)
de los científicos, sobre su esfuerzo, la inversión y los resultados obtenidos por parte de las
sendas entidades de investigación del “primer mundo”: eso sería una subestimación burda; la
opinión se dirige hacia los flancos “débiles”, que a partir de una postura filosófica (el
materialismo marxista: un enfoque de él), se piensa que tiene el saber cosmológico oficial,
pues, aquí el problema es más complicado, puesto que se trata de hacer epistemología sobre
ciencia, esto es, no se puede de un plumazo acudir a la axiomática como frente a la religión y
decir: “no hay Dios”, y todo el discurso se desploma 261 .
El Universo no fue creado, tampoco se formó por accidente, sino como efecto de la
operación de las leyes de la materia: esas leyes se están develando. El Universo se torna
viable cuando autosostiene el orden dado por la 7 constantes cósmicas, que crean ciegamente
las circunstancias de certidumbre para que luego emerja la inteligencia, la cual debe sostener
artificial, racionalmente la determinación (oponerse –comportamiento homeostático- a la
entrada de anomalías -entropía- en el sistema: indeterminación, caos sobre el proceso
natural/humano –mercado-; el ser humano: si alguna vez fue marioneta, a futuro en modo
alguno lo será; empero, primero tiene que descubrir la “ley matemática del súper orden de
carácter universal válida para cualquier ser o sistema en comportamiento dinámico, en el que
el Caos y el Asar, son su expresión” –En la web: La geometría fractal, una matemática
dinámica), y ese es el carácter óptimo: el ser humano demuestra “que es”, humaniza la
naturaleza mediante (su comprensión) la praxis conducente a la satisfacción de necesidades y
a su desarrollo, precisamente en el momento en el que la inteligencia deja a un lado su
carácter inmanente per se, se troca trascendente: conflictúa con la indeterminación, con la
incertidumbre cuántica, con la anárquica, las somete e impone el orden al movimiento
convulsivo, mecánico, aleatorio, indefinido de las simples fuerzas materiales: conoce y guía la
naturaleza. Se hace realidad aquella apreciación especulativa de Protágoras: “el ser humano es
la medida de las cosas” 262 .
261
“Inestabilidad”, “fluctuación en alto vacío”, “gran explosión”, “aparecimiento de la materia” (A. Guth); “el
espacio vacío, que al enfriarse se polariza como un imán y produce el milagro de dar masa a todas las partículas”
(Peter Higgs); pero quienes tienen masa son los bosones, los que dan lugar a otro tipo de partículas (lo cual
quiere decir, que antes de los bosones no hay partículas).
262
El fenómeno conocido como “incertidumbre”, no es más, que el efecto mental derivado de la ausencia de un
método o mecanismo perceptivo conducente a dilucidar la direccionalidad en la multicausalidad (el sistema
jerárquico de contradicciones -Kopnin), o la causalidad en cada nivel de articulación de propiedades másicas y/o
procesales (las famosas leyes del asar). Los seres humanos (la vida) requieren condiciones muy especiales
(principio antrópico) –se dice-, para sobrevivir, y casi cualquier cambio en las leyes de la Física incluidas las
más insignificantes variaciones numéricas de las constantes fundamentales eliminarían la vida tal como se
conoce. La nueva visión de la ciencia ha permitido reconocer, que certidumbre e incertidumbre están presentes
–también se asevera-, tanto en la naturaleza como en la sociedad humana; no se trata de confrontación, sino de
confluencia entre las dos. La concepción dialéctica marxista clásica es conforme a estas deducciones,
contrariamente a la opinión de quienes asumen haberla refutado o descubierto nuevas leyes. En el marxismo, la
lucha de contrarios (ley extraída mentalmente del modo de ser ontológico de la realidad) se sostiene que es la
fuente (única) del movimiento y del desarrollo, mas no la simple y particular confluencia; para él (marxismo), la
ley constituye la imposición de una tendencia fundamental sobre otras opuestas contrarrestantes:
certidumbre/incertidumbre constituyen propensiones opuestas en lucha (confluencia: interpenetración, trueque),
y la certidumbre es la función media, básica, que rige los fenómenos (en materia humana: regularidad), sobre
todo en el plano medial de constitución de la realidad. Ya se ha dicho, por otra parte, que no es lícito intentar
explicar los fenómenos humanos con la teoría y la metodología de las romas ciencias físicas (especialmente con
la mitológica Física Cuántica: Heisenberg y Schrödinger –agnosticismo y anarquía); simpleza y absurdo: los
electrones no piensan, no diseñan estrategias ni tácticas, no aplican estratagemas, no recalculan; realizar
extrapolaciones del tipo que la pedante concepción física suele hacer de sus constructos a los fenómenos sociales
con la aquiescencia de ciertos desprevenidos antropólogos, sociólogos y filósofos, luego, es tan absurdo como
intentar entender la relación entre electrones y protones con las leyes de la “oferta y la demanda”; ahora bien, el
mundo de hoy, sobre el que se dice que reina el caos, la incertidumbre, la indeterminación, la anarquía, etc., más
bien se halla bien determinado, debido a lo que se ha tornada vulgarmente predecible, pues, no hay nada nuevo
ni sorpresivo en el capitalismo: el capital financiero monopolista se halla en crisis y propenso a la agudización,
la clase parasitaria imperialista desea la guerra pero se contiene por miedo a que sus secuelas pueden
devolvérselas, el desempleo crece, el modelo de política económica en marcha y en carpeta –como ya es patrónpropende
hacer descansar el peso de la crisis sobre las espaldas del pueblo (Europa: Grecia, España, Italia); lo
nuevo es que la humanidad en bloque está mudando su piel capitalista, pero sobre el orden ya trazado de la
historia.
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