Bajar documento - La nueva concepción de la historia

objetivos, revolucionarios, los escritos de Marx. Pasar revista detenida a sus obras maduras,
con entusiasmo, circunspección, con orgullo, con dedicación:
“… aquel conjunto de doctrinas científicas, que incluyen una visión total del
mundo, que explican el desarrollo de la historia en sus alcances económicos,
políticos y sociológicos, que demuestran cómo la organización actual de la
humanidad debe derrumbarse a causa de sus tensiones internas para ser
reemplazada por un orden superior de civilización” (Martin Nicolaus: El Marx
desconocido).
Degustar de su exquisito contenido objetivo, frugal, concentrado, bella literatura
sobria vertida en la modalidad de ensayo: tributo a la inteligencia, al lenguaje, a la historia 1848 .
Disfrutar, en párrafos tan bien sintetizados, con estilo, el brío, aquella extraña fuerza
expositiva, orgánica, ordenada, lógica, de su prosa decantada en párrafos, que “amenazan con
estallar” (dixit Luis Zabaleta Mercado): especialmente los pasajes del Prólogo de la
Contribución a la Crítica de la Economía Política, el Manifiesto (“panfleto épico-dramático,
conativo, preformativo”), la Ideología alemana, Los Grundrisse, Elementos fundamentales, la
Introducción, el Dieciocho brumario de Luis Bonaparte, El Capital (de este “todo
maravillosamente estético”: verdadera mutación epistemológica en su objeto, su teoría y su
método” –L. Althusser), el Programa de Ghota.
Echar una mirada nueva, fresca, a la mente de Engels: Introducción a la dialéctica de
la naturaleza, a la exposición de la concepción justa de la materia, del Universo (de los
universos), esa superlativa “intuición”, que comunica una visión sobre el orden de la
existencia: movimiento eterno –“…norma y sustancia en el eterno reto de la …[vida]…”-
(“las cuerdas cósmicas” no tendrían ni principio ni fin), cíclico, ascendente, que se niega a sí
mismo (se vuelve “nada” –Allan Guth) y se renueva (el Universo se recicla; se autogenera:
“universo inflacionario autoreproductor de existencia eterna” -lo dice Thomas Gold-,
generador de conciencia), se convierte en Todo; produce en el “ser social”, la conciencia de su
movimiento (Penrose, Guth, Sagan, Erazo), proeza en la que el ser humano dota de razón a la
materia a la vez que se manumite (supera la fatalidad) de las amarras de las determinaciones
de ella: se convierte en “Dios” –de sus múltiples movimientos-: “la negación y confirmación,
la afirmación” (Hegel 1849 ), y para la que la cosmología de Mileva, de Penrose, de Sagan
(“…materia estelar, que tomó su destino por sus propias manos…”), de Hawking, de Guth,
ponen la prueba de los hechos: Dialéctica de la naturaleza, El Capital, El papel del trabajo
en la transformación del mono en ser humano (el genial esbozo sobre los problemas
ecológicos), El origen de la familia, la propiedad privada y el estado (el portentoso avance
cuestionador sobre la supeditación de género).
“Teoría para todo” (theory for everything). Teoría que esboza una visión unificada del
Universo (la integración de cuatro interacciones fundamentales: gravitatoria,
electromagnética, nuclear fuerte y débil; inestabilidad de la materia –indeterminación-,
fluctuación en alto vacío, explosión y nacimiento del Universo: evento estocástico viable,
fijación de las constantes cósmicas –determinación-, generación de la vida orgánica,
evolución hasta la conciencia, la cual valida el carácter óptimo del Universo y pasa, luego, a
1848
Objetividad de clase: criterio de verdad en ciencias sociales; ciencia que a su vez es ideología, en el sentido
en que expresa el pensamiento de una clase, sus intereses; objetividad, que no es imparcial, pues, está
comprometida (Lowy, M.). En realidad, en esta verdad formulada, no se alza veleidad rizomática, de
complejidad o pensamiento complejo alguno como proceder expositivo de la mente, sino la modalidad bien
llevada de su fuente: “el árbol de Porfirio”; más concretamente: los métodos de investigación y exposición en
su trabazón biunívoca a la manera de la emergencia y desarrollo de una ciudad (plaza central y anexión de
anillos en su torno): edificio teórico formado por principios, conformado por “segundas verdades”, consolidado
en consecuencias y desbordado en verdades teóricas superiores; es obvio, este “punto de vista” transparenta la
impresión de que se trata de una simple descripción de estructura sencilla, una “construcción” estética de la
voluntad superior que piensa, un relato de lo que es y estaba allí.
1849
El paradigma filosófico religioso-idealista mantiene su encierro deductivista metafísico; su estructura
algorítmica es: primero la “nada” –la información- (incluso la idea moderna del tiempo de la ciencia
informática va de la mano por este camino: “el tiempo es la manera como la conciencia procesa la
información”) –el Big Bang (el establecimiento de las “constantes físicas” –la velocidad de la luz, por ejemplo-:
determinaciones, que ponen las condiciones de la vida orgánica y racional; la realidad, como consecuencia, es
simple, “elige” el camino más eficaz para su curso, el óptimo) –la materia –la vida –la conciencia -¿qué sigue?
(la vuelta a la Providencia, a la infinitud del Ser que siempre Es).
1340