Bajar documento - La nueva concepción de la historia

Seres buenos y seres malos (inconsciente o conscientemente, según la posición
estructural e histórica de cada quién) han existido y han participado por igual en la marcha de
la historia, en su necesario modo de ser dialéctico. Entre los malos, puede citarse –según
refiere incluso la historiografía oficial- a Calígula, a Hitler, a Pinochet, a Bush. Entre los
buenos: a Cristo 1822 . Entre quienes han puesto las premisas en el despertar lucido, consciente
y actuante de la mente –en cambio-, obviamente, está Marx: Carlos Marx; el eminente
pensador revolucionario, que diseñó el programa intelectual, que saca a la mente de la
ingenuidad y de las penurias del existencialismo como de la comodidad del pensamiento
teológico, de la pesantez del avenimiento a aceptar y sufrir las condiciones de existencia
dadas, y decidirse a actuar transformado las mismas, con lo cual se revoluciona los colosales
pisos, que yacen sobre ellas: la institucionalidad, la normatividad y la manera de ver el
mundo, y merced a lo que se realiza la misión del ser humano en cada época histórica:
“producir el cambio en toda su magnitud”.
Finalmente, cuando se habla de Marx, también se está haciendo de Engels. El gran
compañero de ruta de Marx: Federico Engels (“segundo violín”, al referirse a su propia
persona), no solamente que tiene el mérito de haber aportado con un elevado porcentaje de
talento intelectual y práctico-revolucionario en la formación de la doctrina marxista y en su
incidencia sobre el mundo, siendo además su defensor y continuador luego de la muerte de
Marx, sino que fue su necesario mentalizador y mecenas. En efecto, Engels inició en Marx el
interés por la economía y por la política (el Esbozo: una crítica de la economía política,
publicado en la revista Anales franco-alemanes y Situación de la clase obrera en Inglaterra,
de autoría de Engels, tuvieron gran impacto en Marx y lo motivaron al estudio de la economía
y la política –Guerrero, Diego. Resumen completo de El Capital de Marx); Engels insistió y
presionó permanentemente para que el genio elaborara su obra cumbre: El Capital (del cual
fue su coautor); Engels fue eficiente difusor y defensor de la doctrina científica de la clase
obrera: el marxismo; Engels apoyó económicamente a Marx. Es un privilegio para el
proletariado mundial, el contar entre sus filas con esta extraordinaria pareja de titanes, como
también lo es para quienes han (hemos) asumido la causa de los trabajadores.
1822
En cierta ocasión, practicando un alto en los avatares de la reproducción de la vida en el escenario
capitalista local (en Quito), para reflexionar sobre los dogmas religiosos cristianos, surgió la irrisoria idea,
respecto de que Cristo únicamente realizó milagros nimios, sin importancia, de pequeña magnitud; que no se
atrevió, por ejemplo, a liberar al “sionismo” del yugo romano; en efecto, de haberlo hecho, allí se habría
demostrado su verdadero poder (¿qué construcciones paralógicas interpondrá la parafernalia sobre todo
evangélica, a esta blasfemia?).
1326