Bajar documento - La nueva concepción de la historia

historia; mírese por ejemplo el caso del insigne presbítero Giordano Bruno (el cual,
naturalmente: fue diferente al del gran Galileo; lo que indica, por otra parte, que la mentira en
la guerra, es tan sólo una estratagema, sin embargo de que dicha conducta en circunstancias
normales constituya un “pecado”, realmente). La “provocación” es el primer acto de
declaración de carta de ciudadanía para todo “nuevo paradigma” (“si se desea impresionar”,
se comenta por ahí, “se debe llevar al extremo la propuesta”); en el caso, el planteamiento que
al respecto hace la ideología oficial (superación de la “parálisis paradigmática”), es pertinente
(los científicos gringos seudo serios dicen: “abre tu mente”). Ahora bien, la cosmovisión, el
procedimiento del pensar, si son serios y racionales, deben exigir la aplicación sobre ellos de
“procesos de refundición epistemológica”; dicho de otro modo: el propio parecer tendrá que
ser sistemáticamente objeto de verificación, de modo que este saber detente carácter unívoco
con la realidad, y de lo que se deduce, que es posible admitir otras formulaciones lógicas, si
estas tienen la fuerza, que les confiere su correspondencia con los hechos.
Naturalmente, estas palabras tienen sentido, para aquella persona, que no impugna la
valía de los mecanismos de representación producidos por el ser humano en su trayectoria
cognitiva, catalogándoles como “simples convenciones lógicas del lenguaje”; además, no se
niega, que hayan otras formas simbólico-fonéticas de acercarse a los hechos de la realidad con
fines de conocimiento y comunicación (la realidad está allí, desplegada para todo cerebro),
pero el patrón hegemónico de apropiación subjetiva de la realidad en vigencia, está probado y,
lo que es más interesante: el mismo se ha ido perfeccionando cada vez y cuando, de manera
que, mas que convencional, la modalidad estatuida de abordar idealmente el mundo, es un
proceso que se ajusta a la necesidad lógica, racional, de aprehensión espiritual del entorno y
del ser en sí mismo, el cual ha dejado, hasta hoy, satisfecho (de modo relativo, se entiende) al
sujeto cognoscente.
Una persona, amiga de la que le habla, hace comentarios pertinentes al respecto. Es
verdad, que muchos científicos, entre ellos: varios de renombre, no han reparado en este
asunto. Me refiero a categorizar sus conceptos ontológicamente, esto es, en la medida de su
cercanía con la realidad. A nivel epistemológico las ideas acerca de los conceptos científicos
no han variado sustancialmente a lo expuesto por R. Descartes en los albores de la ciencia
(Discurso del Método, R. Descartes), de ahí que el trabajo suyo tiene gran valor (se alude a
ciertas ideas expuestas en el documento, que ha motivado esta entrevista). Esta categorización
epistemológica no está completa (Ortega y Gasset, Mario Bunge: La ciencia su Filosofía y su
Método). Por ejemplo, la diferencia entre los conceptos de movilidad y velocidad. La
movilidad, a pesar de ser imprecisa, parece ser una cualidad de los objetos, más cercana a la
realidad que la velocidad, en la medida que la una es intuitiva, observable, mientras que la
otra es abstracta y tiene por objeto cuantificar a la primera. Parafraseando a Einstein: “… En
la medida en que los conceptos son más precisos, tienen poco que ver con la realidad, y en la
medida en que tienen mucho que ver con ella, son imprecisos...”. A mí particularmente –dice
el señor Físico- me parece, que éste problema tiene mucho que ver con el Teorema de Godel,
porque al fin y al cabo la ciencia se mueve dentro de un lenguaje y si éste tiene problemas,
pues entonces también la Física.
Lenguaje, realidad: coherencia entre las dos dimensiones. ¿En qué consiste la antinomia?
Revisando un documental sobre Aristóteles, emergió en mí, la siguiente reflexión, en
torno de uno de los álgidos aspectos en materia cognoscitiva que allí se plantean las personas
que hacen de expositores y cuestión que, por otra parte, en la actualidad debe haber alcanzado
riguroso y conveniente tratamiento: la “teoría de las ideas”. Con el propósito de otorgar sello
personal a la reflexión sobre la tópica, los productos de dicha cavilación, se los comunica a
Ud.
“Si con el lenguaje se puede llegar a obtener verdades constantes, o si éste produce
nada mas que convenciones”, o sea, acuerdos, aceptaciones, compromisos legítimos, acerca
de lo que es la realidad, para poder vivirla necesariamente en colectivo (en todo caso, el
trabajo es lo primario, luego las ideas). Las sensaciones son unánimes a todos los cerebros
humanos; la primera forma racional de éstas: las percepciones, se acuñan en forma lógica
como convenciones en el grupo; estas últimas se sustentan en la base material (el sentir
similar) y en el acuerdo, naturalmente, una vez que han surgido las formas idiomáticas (las
cuales tienen también su base material), pues, en muchos pueblos, los nombres de varios
animales –por ejemplo- están representados fonéticamente con el sonido que emiten). Es
verdad, que una vez sentados los principales fonemas, su combinatoria es el recurso para
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