Bajar documento - La nueva concepción de la historia

“El capital es un virus que muta fácilmente” (cuenta con reservas: creatividad,
innovación, táctica), de manera que incluso en su vejez, puede perpetrar infanticidio (en rigor:
prolongar –postergar- la concreción de los cambios que se hallan en curso). A mediados del
2012 se ha llegado a saber, que EU ha descubierto petróleo y gas natural en el Polo Norte, en
Alaska: 26 mil millones de barriles de petróleo y otro tanto en gas; de igual modo en el norte
de Dakota (entre Canadá y EU) se presume existirían 500 trillones de barriles de petróleo, un
valor, se pondera, ocho veces más grande que la reserva de Arabia Saudita y la mayor
acumulación de hidrocarburo en el planeta (los gringos pasarán de importadores a
exportadores del “conmoditie”). Este incremento de existencias del elemento natural citado,
pondría el valor monetario del barril en el nivel de su “precio natural”: entre 70 y 80 dólares
gringos (hay solaz en el ánimo del poder mundial por esta “bendición de Dios”: Irán,
Venezuela y otras economías antigringas, se verían en aprietos). Si la presencia imperialista
yanqui-anglo-nipona en Medio Oriente tuviese como única razón la disputa del recurso
estratégico: petróleo; si esos “descubrimientos” (en verdad, dichos yacimientos debieron estar
contabilizados ya, en espera de entrar a actuar geopolíticamente en su oportunidad, la cual ha
llegado) proveyeren autosolvencia a la neotriada, se podría pensar, que el fenómeno
imperialista llega a su fin. No obstante, el mercado es oferta y demanda (la primera está
acotada a la capacidad física del planeta; la segunda, a la estructura de distribución de las
rentas nacionales); en ese sentido la disputa irá por el frente de la colocación de la producción
en el mercado de demanda (bienes de capital y de consumo final); la querella imperialista
seguirá, puesto que los mercados internos no son suficientes (en el mercado mundial el Estado
ha pasado –el poder le ha puesto- a jugar un papel mucho más estelar de importancia para el
capital, que en relación con la economía doméstica) 57 . ¿La crisis depende del estado de las
condiciones materiales naturales de desarrollo? Es decir: ¿del quantum disponible de
petróleo? Este ahorro (reducción del precio de la unidad transable del hidrocarburo por
incremento de sus reservas): ¿será suficiente para superar la recesión e iniciar la recuperación
de la neotriada? El viejo ha encontrado un tesoro al final de sus días: ¿superará la senilidad
–la muerte “natural”- con estiramiento de la piel? 58 .
Europa, los nipones, los gringos (la neotriada), se dice, pueden salir de la “crisis”
financiera/fiscal (económica) de última data e incluso iniciar un nuevo ciclo de acumulación
(incluso kondratieff); la cuestión llamada: “Primavera árabe” (persa), es probable que se haga
de una salida reaccionaria; el ALBA (el “socialismo del siglo XXI”: el anhelo de retorno
provisional al capitalismo competitivo del siglo XIX) amenaza con desvanecerse, pende de un
hilo: del color de la bandera política a la que adhieran los pueblos para el próximo “ciclo
…[corto]… político” 59 ; el “anquilosamiento del ´proyecto castrista´” (sic) ha conducido a
humana, natural, material, es la producción de la representación conceptual de la realidad y su proceso, efecto de
su movimiento progresivo inmanente.
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La producción automovilística experimenta hoy procesos de reconversión industrial de modo acelerado. Se
trata de refuncionalizar el capital instalado para la fabricación vehicular cuyos motores no consuman
combustibles fósiles. Este proceso es obligado y forma parte de la percepción kondratieff. El “cambio
tecnológico”, si bien –esta vez- se debe a presiones de “crisis energética” (reservas y precios), el descubrimiento
último de colosales reservas en EU es imposible que conduzca hacia la recuperación de la composición técnica
anterior, puesto que el capital fijo es inelástico frente a políticas de reasignación y a que la polución y la censura
del ecologismo se tornan verdaderas “adversidades”. Si se considera que el 70% del petróleo actualmente va a la
producción de combustibles (motores, calefacción, estufas) y el restante 30% a la industria petroquímica (hecho
emparentado también con el impacto de fenómenos como la ralentización del crecimiento poblacional y de
desmaterialización de la producción), la producción de fuerza motriz a partir de nuevas fuentes de recursos y
mediante las llamadas “tecnologías alternativas”, el petróleo está en vías de dejar de ser “recurso estratégico” y
fundamental razón de los putsh interimperialistas.
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La conclusión (inverosímil, por filosófica –ethe axiológico/teleológico, proactiva, de “visión de futuro”-, a
priori) es siempre la misma: ¡no! El límite proviene de la pródiga naturaleza: las emisiones de CO2; y, de la
razón popular que se opone a las industrias con chimenea (por lo menos en el rublo de la automovilística, el
modelo no da más). “La naturaleza es sabia” (sic). Una forma revolucionaria de índole radical y efectiva en el
específico “momento de lucha de clases”, consiste en actuar prometeicamente sobre el proceso de desarrollo de
las fuerzas productivas (la “cultura” se somete a la civilización); el citado progreso avanza de modo natural (el
desarrollo de las fuerzas productivas: la “tendencia decreciente de la tasa de ganancia”).
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Con animosidad los cultores de este enfoque, se pronuncian en contra de la “vieja” izquierda. Para generar
simpatía y aceptación del señor Buenaventura de Sousa, por ejemplo, la “nueva” izquierda debe ajustarse a la
idea que el señor tiene de la buena izquierda (en verdad, a través de de Sousa Santos habla Morín y la ideología
de la complejidad). El problema principal de esa “apuesta”, es que si no hay revolución y dictadura de la clase
ascendente que liquide el poder, las fuerzas en el gobierno deben resignarse a vivir (“guerra de posiciones”) el
permanente asedio de la reacción (“guerra de movimiento”): ésta dará golpes de Estado (tempranamente el
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