Bajar documento - La nueva concepción de la historia

Nobel de la Paz), en la perspectiva de superación de las incomodidades del poder (por
ejemplo: las medidas de autogestión en el marco de la dotación de satisfactores para la
reproducción colectiva –barrios urbanos populares- de la fuerza de trabajo), convertidos
en actos de servicio no reembolsable (tienen el carácter de “transferencias unilaterales”
del bolsillo del pueblo al del dominio), en apoyo a la permanencia del status, han revertido
su carácter y cada vez más afincan la nueva forma social. En ese sentido también, toda
actuación contraria a la estructura efectuada en cualquier parte del planeta, por más leve,
aislada e inintencional que ésta sea, engrosa el sistema de vectores, cuya sumatoria perfila
la resultante demoledora en una misma dirección de desastre (en verdad: las escaramuzas
focalizadas preparadas por los grupos sociales subalternos han dejado de ser luchas,
razones y acciones ilusas).
En efecto, “Me gustaría salir un poco de los ejemplos más conocidos (zapatistas, sin
tierra, piqueteros), para mostrar cómo en muchos rincones del continente se están
procesando movimientos que van en direcciones semejantes…”: huertos familiares,
asociación de vecinos para auto dotarse de servicios de consumo gregario al margen de las
responsabilidades del Estado, que no permiten la presencia de relaciones sociales
capitalistas y en pro de mantener un ethos comunitario, están creando iniciativas
autogestionarias y solidarias con lazos horizontales, sin jerarquías, que indican que los
sectores populares marchan en una dirección nueva, procesos que “han sido objetados de
que tales iniciativas son sólo paliativos circunstanciales ante situaciones de extrema
gravedad… que estos emprendimientos serán inmediatamente absorbidos por la lógica
avasallante del sistema, hasta tanto no se consiga desplazar a quienes detentan el poder
estatal y, entonces sí, podrá comenzarse a construir ese ´otro´ mundo” que deseamos”
(Zibechi, Raúl. El otro mundo es el “adentro” de los movimientos; revista América Latina
en movimiento, Quito julio del 2004).
En el plano prospectivo, sin embargo, el centro de las aseveraciones glosadas: ethos
comunitario, de todos modos conduce a dicha población a que se hallen bien ubicados en
un sistema propio de sobrevivencia: en el sino de simple reserva germoplásmica, de
quienes de modo criminal hacen la verdadera historia.
5.- Las contradicciones secundarias, las cuales mantuvieron su carácter subordinado durante
todo el período clasista de la formación histórica humana y, de modo particular: en la fase
de las revoluciones proletarias, pasan a constituirse en un complejo sistema dominante de
antinomias (intensamente teorizados por Laclau, Lechner y Mouffe, “priorizando deseos,
gustos, apetencias” y en rechazo de la centralidad obrera: “… haciendo total abstracción
de la estructura dinámica del capitalismo contemporáneo y sus tendencia hacia la
concentración monopolística de la riqueza y el poder, la superesplotación…” –dixit A.
Borón): las de género 1006 , las étnicas, las de los derechos humanos, las ecológicas, las
generacionales, las espaciales e incluso algunas de carácter contranatura como las de la
homosexualidad atizadas por el propio poder con carácter diversionista y autorregulador
de la tasa de crecimiento poblacional 1007 (no obstante, esta aberración sucia, es la antesala
del hermafroditismo humano socialmente producido y de la indiferenciación sexual o de
la desaparición de la actividad sexual como mecanismo de perennización genérica -los
métodos tecnológicos se ocuparán de este papel a futuro: la clonación, por ejemplo; sin
embargo, cuando la cópula ya no es necesaria para tener críos, precisamente es el
momento en que su práctica se ha vuelto un prurito anhelante diario generalizado).
Tradicionalmente el macho humano ha impuesto su triunfo y la vergüenza sobre la
1006 Este tipo de reivindicación ha alcanzado su concreción, merced a la modificación que ha tenido lugar en las
leyes económicas de movimiento de la realidad, mas no por la sola lucha de líderes o grupos de mujeres
esclarecidas, que han intervenido en el activismo con la bandera de la llamada "contracultura". El desarrollo
de la técnica (la electrónica, que ha tornado fáciles múltiples operaciones productivas; la píldora y los
anticonceptivos en general), los procesos de urbanización de la sociedad, el cambio de proveedor familiar
(tarea que clásicamente lo ha realizado el ser humano masculino), son los supuestos de la superación del
"modelo patriarcal". En la ciudad -en la actualidad y con tendencia a la reducción a la mínima expresión: un
crio- se procrea pocos hijos (generalmente “la parejita”), con lo cual la mujer dedica no más allá de un
quinquenio para la maternidad, conforme es la recomendación de los galenos, esto es, observándose el tiempo
imprescindible para la recuperación de la gestante (es obvio, que aquí no se añade el lapso social de la
crianza); el resto de tiempo lo usa en educarse, en profesionalizarse, es decir, en pensar, en autoproveerse y en
organizarse para reivindicar sus derechos.
1007 Esta es una flagrante aberración, pues, la homosexualidad heredada o adquirida constituye la ruptura de
una ley natural: la irrestricta coherencia que debe existir entre órgano y función.
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