Bajar documento - La nueva concepción de la historia

su base material); sin embargo, así como no puede haber conciencia antes del aprendizaje y
entronque con el mundo, cuando el órgano que tiene el conocimiento se descompone, la
conciencia desaparece también, al igual que un disco duro que se destruye. La conciencia sólo
tiene existencia grupal; si un niño que naciera no se encontrara con la humanidad (con la
conciencia ya constituida) no llegaría a ser humano: no tendría quién le facilite la conciencia
(debería dar inicio al doloroso proceso de producción de la conciencia por sí mismo). Con
cada ser humano que muere, desaparece la conciencia; no obstante, la conciencia pervive por
cuanto existe en los otros miembros de la humanidad (memoria histórica e historia viva),
puesto que ha quedado registrada en documentos y otros medios, e incluso: hoy se dice que la
mente puede ser escaneada. La conciencia –nuevamente se reitera- la forjó el ser humano en
su práctica social, la ha perfeccionado de generación en generación, la ha transmitido de igual
modo y desaparecerá cuando llegue a término la humanidad.
En realidad, la conciencia (saber, ser y actuar) es –sobre todo- el saber humano
acumulado, percibido e internalizado por un individuo inmaduro en su contacto con el mundo
y con los adultos y la cual, como el banco de información y el sistema operativo que introduce
el ser humano en una computadora merced al cual el dispositivo opera, hace que funcione su
cerebro (se vuelve a recordar, que de este modo se explica las enfermedades denominadas
psicosomáticas, tanto como el intento de tratamiento con la psicoterapia –la historia: es un
virus, y el Psicoanálisis: el antivirus “informático” 1303 ). El agente introductor de esta
información y de los métodos de trabajo del pensamiento con aquella, es el grupo al que
pertenece la persona: la humanidad unificada y globalizada en el presente. La persona es
unicidad de neuronas e información; la conciencia –la información estructurada
ideológicamente- es la última en aparecer –pues, es el reflejo de la realidad en el cerebro, a
pesar de que luego esta pase a representarse a sí misma, en su puro interior- y en instalarse en
la substancia gris, esto es, la que se graba y apodera del cerebro biológico-materialmente
formado, pasando a constituir –los dos- una sola “masa”. La técnica permite entender la
realidad natural, pues, el desarrollo ulterior provee la clave para entender el anterior (Marx):
el ser humano comprenderá el movimiento de la conciencia mientras la produce de forma
artificial. La computadora posibilita entender el cerebro; la conducta del individuo –por
término medio- depende del tipo de información (la ideología, para las formaciones clasistas)
y del sistema operativo (profesional) con los que se han llenado el cerebro. La computadora
no funciona si no se la enciende y provee de “energía”; el cerebro viene encendido (dispone
de “pila” propia) y continua mediante la alimentación; además, cuenta con instrucciones
(reflejos) aunque no con información de arranque; la información introduce paulatinamente la
humanidad en la mente del nuevo ser mediante la educación.
A propósito: ¿cuáles serían las posibles formas de ocupación no cognitivas, los
pasatiempos de la nueva humanidad sería, madura, esto es, de la renovada conciencia al
quedar al margen los conciliábulos de los negocios, el cortejo, la farándula y los chismes, los
enredos, las difamaciones; es decir, los entretenimientos que reemplacen a los espurios,
esperpentos de hoy: telenovelas, baile erótico, el alcohol, los cuentos, las novelas, los juegos
de azar? Una vez alcanzada la conciencia superior: aquella escrita con letras mayúsculas, los
supramodernos pasatiempos deberán ser las noticias, los “debates”, las ponencias, los
simposiums, el estudio de la historia de los pueblos anteriores (“culturas” –sic), de los restos
fósiles. Lo serán aquellos que le catapulten cada vez más a la humanidad supra moderna
hacia la realización plena de su ser: dominar toda la realidad con la mente, esa será la nueva
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Con esto no se quiere absurdamente contrariar la idea respecto de la existencia de conexión entre, por
ejemplo: cierto tipo de emociones y el colon (irritable), proceso sobre todo incurso en el área reflexológica. La
curación de estos males del “alma”, no se recluye sólo ni mucho menos a la autoconciencia del hecho y su
terapia subjetiva, puesto que las enfermedades sintomatológicas requieren ser descubiertas su causa como base
para fundamental en ella, su tratamiento; en éstas, no es que se puede curar la enfermedad acudiendo al sentido
de la palabra o a la voluntad, puesto que el estrés y otras fobias, tienen raíz en el medio social. Si la causa de
una enfermedad, dígase: de la amigdalitis, se halla en el interior mismo del cuerpo, una vez que éste ha sido
penetrado por el estreptococo; en muchas de las enfermedades llamadas de la mente, en cambio, sus
condiciones desatantes existen fuera del individuo, en el medio social. La terapia realizada en el individuo en sí
en tales condiciones, provocará en el individuo paciente efectos positivos perentorios (como cuando la cura es
simplemente funcional sobre un problema anatómico), retornando reincidentemente el mal no bien el paciente
se reinserte en el entorno. Ahora bien, muchas enfermedades están en el presente y no en el pasado, no
pudiendo ser tratadas con la llamada hipnosis. Por tanto, son las condiciones materiales de vida del paciente,
las que deben ser modificadas para que desaparezca la enfermedad (esa es la razón de la inefectividad de cierto
tipo de terapias psicoanalíticas).
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