Bajar documento - La nueva concepción de la historia

individuo; se maldecirá estas opiniones, juzgándolas como el extremo de la naturalización de
las praxis, no obstante, es un hecho que cuando la razón se extravía, la fatalidad se pone al
frente de los hechos: ¿qué otra cosa son sino, las leyes del mercado?).
De fuera del sistema socialista y del capitalista, es posible advertir qué pasó en dicho
tramo de la vida de la humanidad. Si la conciencia se pone en perspectiva de la historia y se
supone la forma humana que viene, en coherencia con lo que parece ser el objetivo específico
de la especie, es allí cuando la controversia en torno de los conflictos humanos se zanja. Por
poseer inteligencia (la base del pensamiento, de la conciencia, del conocimiento en proceso
hacia su totalización), el ser humano tiene como perspectiva su realización en la idea absoluta;
la inteligencia solo provee el desarrollo de la conciencia, si las fuerzas productivas se
desarrollan (los sistemas sociales cumplen el papel, ora de bloqueadores, ora de impulsores
del progreso material y, por tanto: espiritual del género) y lo hacen, sometidas al imperio del
prurito de satisfacción de las necesidades, el sorteo de peligros y el mejoramiento de la
calidad de vida; la contradicción se resuelve al ubicarse el hecho humano en status siempre
mayores en orden de las necesidades: las fuerzas productivas y la conciencia progresan y
avanzan en este marco. Las fuerzas productivas se desarrollan siempre que el motor de la
contradicción funcione (la competencia); el socialismo puede cumplir ese papel con
racionalidad, pero el capitalismo lo hace de forma natural; el socialismo no solamente no tiene
ese motor y más bien produce patógenos volitivos a su interior: si en el capitalismo la
contradicción promueve su desarrollo convulsivo mediante crisis periódicas que se superan
así mismas en la creación de los supuestos para su reiteración en escala mayor, en el
socialismo dichas crisis ideológicas provocan su clausura. La historia integró al socialismo al
designio del progreso humano hacia su objetivo, esto es, rumbo a la formación firme de las
condiciones materiales del comunismo. Solamente en comunidad, sin distracción de talentos
en el trabajo y apoyándose en las máquinas, la inteligencia puede realizarse en la consecución
de su objetivo: la idea absoluta.
En suma, después del comunismo: ¿qué?, o, ¿para qué el comunismo? (sea que se
llegue a él, por la vía formulada por los cristianos, anarquistas, gramscianos, frankfutianos,
eurocomunistas, socialistas o marxistaleninistas). Si no se puede responder a esas preguntas o
si no se quiere hacerlo, en vista de que se sostiene que primero debe nacer el niño para hablar
de él, tampoco es posible (o ella es premisa para) entender el socialismo, el capitalismo o el
proceso en conjunto. Esta es una reflexión, que con prepotencia intenta doblegar de un solo
plumazo al cúmulo de especulaciones que sobre el incidente comentado, se han construido, o
sea, implosión, fracaso, derrota temporal, sistema inviable, derrumbe, traición, revisionismo,
burocracia dictatorial, falta de libertad, etc. Por otra parte, como efecto de lo dicho, en el
presente el capitalismo vive un tramo más y muy corto que el socialismo: el período que
requiere la especie para automatizar las completas actividades necesarias para la reproducción
del género; le toca batallar con él al “nuevo” sujeto histórico: el combinado subversivo,
intelectual, ciudadano, en luchas ya no del todo revolucionarias, sino reformistas progresivas,
en cuyo curso debe plasmarse la gran herencia proletaria legada por los trabajadores a la
historia: la “ilusión” del comunismo.
Ud. ha cambiado la revolución por la evolución.
Ud. tiene razón en ello. Pero todo aquí goza de fundamento. Una de las tesis que se
defiende enérgicamente en este trabajo, es que el proletariado cumplió su misión histórica, o
sea, que hizo la revolución, forjó efímeramente una estructura real socialista en un tercio de la
población del planeta al promediar el siglo XX, con lo cual cambio la historia. Si el
proletariado es una abstracción actualmente: no existe ya más el sujeto revolucionario; el
proceso continua de modo “reformista” a través de quienes han tomado la posta: los
subversivos, los ciudadanos (los mundanos, los sistemasolarseanos, los galaxianos, los
nebulosianos, los víalacteanos, los constelacianos, los universianos), esto es, los
neoproletarios, eslabonados a nivel mundial, globalizados. No se olvide, que si uno de los
polos que estructuran el modo de producción burgués se ha detraído, percibido el hecho en
forma lógica (si la vida desaparece, se ausenta definitivamente la muerte): el otro, por fuerza
debe dejar la escena de la historia; dicho sea de paso, esa es la más fuerte razón para sostener,
que el capitalismo hoy mismo es un hecho del pasado. El proletariado, en el frente económico
está siendo progresivamente reemplazado por la mecánica “productiva”; ideológicamente ha
asumido los puntos de vista inherentes al interés de los dueños de los medios de producción,
merced al golpeteo en su mente de las tesis del programa de “reingeniería mental”; mientras
1261