Bajar documento - La nueva concepción de la historia

a futuro, entre los estudiosos de la transición y de la consolidación del nuevo orden, estos
temas pasarán a ser materia de interés intelectual, y dicha conducta de revisión del pasado
será apropiada, incluso frente a las grandes tareas que “llenen la correspondencia” humana de
entonces, puesto que el contenido de la nueva forma se hallará plenamente desplegado, cuanto
las manifestaciones institucionales, en coherencia. En todo caso, el nuevo rol del aparato
coordinador devendrá creado por las necesidades objetivas de la propia realidad: a ellas
corresponderá su esencia, mientras que las nuevas funciones habrán de reforzar el contenido
creado a la vez que sepultarán cada vez más el carácter tradicional del Estado.
En la etapa en curso, el poder –de la producción real- debe quedar aún en el estamento
burgués (si la tesis acerca de que “la historia retiró a la sociedad socialista del escenario
humano”, es exacta, no tiene viabilidad, validez, sentido, el tozudo esfuerzo por contrariarle
–tanto peor si se complementa el aserto precedente, con el argumento de que esta clausura fue
tan sólo formal- e inmediatamente instalar al pueblo en el poder a través de la consumación de
un acto revolucionario clásico, o del ensayo de cosa que se le parezca. Si se transfiere el poder
a la población de modo directo, peligra la continuidad del proceso de desarrollo de la ciencia
y de la técnica en sentido de Occidente (no se olvide, que ciertos cuadros políticos modernos
jóvenes e inexpertos en materia de dialéctica de transformación social, que reivindican la
“ética”, la ecología y la poesía, deploran el saber positivista y su consecuente operatividad
tecnocrática), mientras que, si éste –el poder- va a manos del estrato productivo del capital,
esta continuidad está asegurada (queda en firme la forja de la base material que consolide la
verdadera economía de las sociedades neocoloniales, el progreso de la ciencia, de la técnica
subsecuente, se mejorarían –a la vez- los índices de productividad del trabajo –de las
máquinas-, y paralelamente se experimentaría significativos niveles de desarrollo de la
conciencia... Este hecho, además, debe conducir potencialmente a eliminar la impunidad: las
tropelías del poder de clase de los dueños del capital (“la historia burguesa está hecha de
crímenes legales”, pues, el Derecho es su voluntad), a bloquear la reproducción del poder
mediante la práctica del quehacer político dominante del recambio entre las opciones
electorales de éste, barajar la opción de dotarle a la población de la auténtica conciencia
acerca de las razones del atraso, la pobreza, la inequidad: de actuar frente al poder, de poder a
poder (en muchas de las aseveraciones de señor doctor Alfredo Castillo B). En una palabra,
revolución institucional tecnocrática, es una etapa que por fuerza debe darse, si se tiene en
cuenta el destino común de la humanidad, en las condiciones de la estructura del mundo,
dadas.
En este escenario, para las sociedades territoriales (las que quedan luego de la fractura
de los Estados-países), se pone en frente un problema de orden técnico-estratégico: el paso del
planteamiento de política de “Frente parcial” a “Frente único mundial” convergente de modo
automático, con el que se aboque conocimiento objetivo sobre los problemas concretos de
orden hemisférico, de manera que la lucha de algún modo se vertebre, adquiera carácter
global (“glocal”), en función de las determinaciones abstractas de la historia. Es el momento
de la vinculación de la lucha por la sobrevivencia particular con la lucha por la socialización
de la técnica; programa, en suma, que eslabone la visión corporativista con la de carácter
universal 1394 ; lucha contra la coacción del poder imperial estadounidense y frente a la
hegemonía europea y nipona (incluso a la ejercida a través de China, pues, muy bien se sabe,
que un elevado porcentaje de la dinamia, del crecimiento y de la acumulación, que en estos
precisos momentos se produce en dicho País, se debe a los agentes del capital multinacional),
de las empresas monopólicas mundiales y de la gestión de su intelligentzia supranacional. El
propósito del programa político propende, por tanto, alcanzar la destrucción de las relaciones
de dominación de la burguesía financiero tecnológica sobre el conjunto de la población
mundial (el impacto desequilibrador de la macroeconomía sobre la microeconomía personal),
hecho que no conspira con el proceso de acumulación necesario, sobre cuyos hombros debe
apoyarse el proceso de la edificación de la nueva sociedad, puesto que en lo fundamental
(esencial: en la esfera del conocimiento) éste ya está dado. Sin embargo, “hoy hay una sola
1394
Naturaleza histórica, teleológica y universal, pues, el género se ve enfrentado a un nuevo riesgo: la
propuesta de renunciar a la carrera tecnológica tanto por el dictamen del interés del capital como por el tácito
apoyo de las tesis moralistas y apocalípticas, que sustenta el ideario de movimientos neorevisionistas, que
deploran el positivismo y la tecnocracia, lo cual representa poner freno al desarrollo de la técnica y al
conocimiento, frente a la necesidad de elevar el saber científico y el dominio tecnológico sobre la materia por
parte de la humanidad, cuál es su postrer y único objetivo instrumental.
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