Bajar documento - La nueva concepción de la historia

decesar, y todo lo que es verdadero y racional y –por consiguiente- requerido, tiene derecho a
existir (Engels). El sistema del capital ha prolongado su existencia (le ha sobrevivido al
socialismo), según lo han impuesto las demandas necesarias de la historia, esto es, llevar a
término la misión de desarrollar al máximo las fuerzas productivas (fuerzas conformadas, que
deben ser expropiadas, pues, por altamente automatizado que esté el proceso de producción,
la finalidad asociada a la noción de ganancia capitalista máxima, permanece invariable; hecho
que mantiene en vigencia el objetivo fundamental de la lucha política: la expropiación
paralela: del capital, del conocimiento y de la técnica). Al redondear esta tarea, la presencia
del sistema burgués de vida se torna superflua. En las circunstancias dadas, se halla
predeterminada la presencia de una agrupación política al estilo de la proletaria antigua, que
comande las luchas específicas, que enfrente los horrores sobrantes del sistema, según
apropiadas condiciones (la actuación política de la nueva intelectualidad orgánica: aquellos
miembros de la “clase” pos proletaria, “que se han elevado hasta la compresión del
movimiento histórico general de la humanidad y que, por esa razón...”: han abrigado la causa
de la transformación social).
4.3.2.3.- EL “MODERNO PRINCIPE”, EN CONCRETO.
El proletariado ha trabajado en la gestación y en la formación del patrón de desempeño
del nuevo actor de la historia; el “ser” y la conciencia de este agente triádico: subversivos,
intelectuales, ciudadanos (comando, estrategia, compañía), constituye la esencia realizada y
devenida del proletariado, y el escenario es la arena conflictiva global heredada a la renovada
generación de combatientes, en la que el proletariado se reencarna. Subversivos: los partidos
de izquierda serios, la guerrilla, el “terrorismo”; intelectuales: la representación doctrinaria,
que teoriza sobre el concepto, la estrategia y la forma de la nueva “sociedad” y que al
“haberse elevado a la comprensión del movimiento histórico general”, ven la necesidad de
predicar sus devaneos 1716 ; ciudadanos: la economía solidaria, las mujeres, las etnias, los
derechos humanos, los ecologistas, los movimientos sociales y políticos e incluso los
científicos y tecnólogos del “primer mundo”, que ven él y su mundo, con sentido ético. La
trama de fuerzas políticas postproletarias, toma la posta de las acciones de cambio de la mano
del antiguo sujeto histórico, en el teatro global de “crisis terminal del modelo económico
neoliberal”; el factor de “unidad” de este neosujeto en el continuum histórico, es su ubicación
en similar plano de confrontación con el poder; el citado agente, no dispone de premisas para
devenirse en “‘bloque histórico’ ‘para sí’” y hacerse de propósitos con efectividad, pues,
arrastra límites de insostenibilidad procesal, debido a la insistematicidad de sus acciones, en
razón de carecer de estructura orgánica, plan y programa operativo; si bien cuenta con el
concurso de las tecnologías de la comunicación: el teléfono celular, la Internet, esto es, de los
medios para conformar las llamadas “redes sociales”, sin embargo los referidos son meros
insumos, que no han adquirido carácter sinérgico en el marco de una acción lógicamente
concertada. La tecnología puede aún ser controlada por el viejo capitalismo monopólico
financiero y ser bloqueada si ésta se la estuviese usando en oposición a los intereses del
capital, mientras que el aparato de gobernanza tornará todavía más volátil el flujo de la lucha
popular espontánea. Estos sectores demandan dirección.
El sector político interesado de verdad en el derrumbamiento del orden vigente, en la
línea de entre siglos: XX-XXI, se halla aquejado de “parálisis paradigmática” (se escribe:
“orden vigente”, en cuanto aseveración que trasluce una simple conducta de costumbre,
puesto que existen fuertes indicios, que conducen a concluir, que el último modo de
producción antagónico ha dejado la escena histórica: en la factorías completamente
1716
Maniobra fundamental del poder, es mantener en la ignorancia y saturada con su percepción a la
población. Los hechos reales no son dados a conocer (Granada, Panamá, Afganistán, las Torres Gemelas, Irak,
Túnez, Libia, Siria); la pantalla es la versión deformada oficial; el pautaje abunda en telenovelas, shows y
demás banalidades. Por lo mismo, los medios de difusión masiva son monopolios privados. Los intelectuales de
izquierda y democráticos desempeñan papel fundamental en tal escenario de mentira y control; ellos realizan
estudios críticos y cuestionadores, y pugnan por su difusión, son quienes enfrentan a los representantes
doctrinarios del poder; abren la mente de la población, deconstruyen la conciencia común: permiten el acceso a
nuevas fuentes de información y a la formación de criterios alternativos; en suma: rompen el monopolio
ideológico del poder, en tiempos de estabilidad y de crisis. La tecnología intelectualiza, por su parte, a las
masas a través de las “redes sociales” y de Internet; pues, las fuerzas productivas y la estructura es el marco
que no pueden rebasar las políticas económicas oficiales, la población deja de ser una masa amorfa a su favor.
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