Bajar documento - La nueva concepción de la historia

parte de una humanidad repleta de renovados objetivos y detentadora de una nueva
mentalidad. Respecto de China se sostiene, que este país se convertirá en la mayor
superpotencia alrededor de la década de los 30 del siglo en curso 1500 ; sin embargo, ésta, es
una “visión de futuro”, que proyecta el dinamismo económico chino y la ralentización
paralela de las otras superpotencias, de modo totalmente estático, es decir, sin considerar los
cambios fundamentales, que en el marco de las relaciones sociales de la humanidad se hallan
en curso: China es el más grande imperio, que llegará a su cúspide, cuando la humanidad se
halle en pleno cierre de la forma clasista de organización y de vida; ahora bien, no hay otra
manera de volverse potencia, si no es en sentido imperialista (capitalismo monopolista de
Estado, que se desparrama por el mundo).
Y, el exhibicionismo actual –agosto del 2008- es la expresión de la grandeza postiza
de esta “gran nación” de capitalismo e imperialismo tardíos (empresa, inversión extranjera,
tecnología, programación, valorización); sus juegos olímpicos (“lo mejok de lo mejok”)
parecen grandiosos (la “geopolítica –dicen- pasa a la Cuenca del Pacífico”; las Olimpiadas
Beijing 2008 –apoteosis del capital y los negocios-: constituyen la carta de presentación
mundial de la nueva China, simbólicamente el triunfo de China –el anfitrión- representa para
el género la advertencia de que tiene una nueva potencia); empero, en el fondo ese pavoneo
consiste en el último grito de la “modernidad”, de las potencias del trabajo social y de la
organización (“planificación”) sometidos al proceso acelerado de acumulación originaria y, a
la vez: ampliada; es el primer acto deportivo en plena globalización, realzado por los medios
de difusión masiva, la tecnología y la psicología histrionista. A propósito, es saludable que la
nueva “punta de lanza” de la humanidad en el otro lado del mundo (de América Latina) y del
frente semicapitalista, sea precisamente la China, pues, esta nación no le tiene miedo a la
modernidad, a la posmodernidad: a la supramodernidad; mas bien, ha puesto como
instrumento de su vida futura al conocimiento y a la tecnología y no a las supercherías
culturalistas del pasado; así es, allí se juntan las tradiciones, la noción y algo de la praxis
socialistas, con la excelencia de la ciencia y la tecnología.
En efecto, el discurso actual de los dirigentes chinos (de Hu Jintao), encierra la idea de
que en China, el proceso que se sigue responde al efecto de pragmatización de una forma muy
moderna y particular de concepción de socialismo: el “socialismo con características
chinas” 1501 . En la comprensión endógena, la sociedad que allí se reproduce exitosamente
articula dos sistemas: producción empresarial de punta y relaciones sociales sustentadas en las
tesis, en desarrollo, del marxismo (los “sucesos de Tiananmen”, pusieron en evidencia la
acción concertada de la reacción criolla y la conspiración imperial, dirigida a coartar las muy
leves insinuaciones de socialismo existentes, conducentes a la liberalización total). La
economía deliberadamente evoluciona sobre cánones de planificación por ciclos
quinquenales, en la promoción de la armonía, pensando siempre en el bienestar social; en
realidad, se propone, que la trilogía que conduce las maniobras económicas, políticas e
ideológicas hacia el “renacimiento”, es el desarrollo científico, la promoción social y la
apertura, dados en la perspectiva del pensamiento de Deng Xiao Ping y la “revolución
cultural”. Si se juzga por los hechos la bondad de la praxis, el “fenómeno chino” no es mera
propaganda, puesto que el país asiático es una potencia militar (tiene incluso una moderna
marina de aguas profundas), es el tercer país con tecnología espacial y dispone de “energía”
atómica. Por otra parte, es verdad, que los chinos han superado a EU en el nivel de
contaminación (deseconomías humanas, que también están siendo objeto de atención); pero si
se registra el hecho en movimiento, esto es, de cara a la sumatoria de años de contaminación
perpetrado por los gringos y consortes, China se queda corta; además, los chinos no han sido
1500
¿Cómo opera simbólicamente el capitalismo monstruoso? Hoy, cuando China, sin haber suprimido los
grandes bolsones de pobreza sobre todo del campo, se ha convertido en el mayor mercado de consumo del
planeta, una vez inducida la conversión de un segmento de su población en “estrato de ingresos medio” y de
que mantiene su solidez económica real, de las alabanzas anteriores, ahora se empieza a derramar críticas
malsanas por parte de quienes se ven afectados en la competencia en el planeta (eso ocurrió con Fujimori en
Perú: mientras sirvió a los intereses yanquis, Fujimorí era un presidente democrático, ejemplo, un líder sensato,
práctico, inteligente, un gobernante moderno, honesto, etc.; pero cuando intentó reenrumbar el comercio del
Perú hacia Japón, inmediatamente le colmaron de epítetos y pronto-pronto le hicieron caer en desgracia –dixit
Dr. Diego Delgado Jara).
1501
El “socialismo de mercado”, está arrojando resultados. No obstante, ¿quién ganará a quién? ¿El mercado
o el socialismo? Esta vez se producirá lo imprevisto: la voluntad supeditará a la estructura, puesto que la
sociedad tecnológicamente madura, dispone de la base para que se produzca esa inversión histórica.
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