Bajar documento - La nueva concepción de la historia

de partículas, y cuya respuesta completaría la teoría sobre la realidad (naturaleza, sociedad,
pensamiento). Los insumos necesarios para intentar formular una hipótesis sobre la realidad:
su estructura, los procesos y la razón, son los conocimientos de Cosmología, Filosofía (en su
naturaleza mesológica –coordinadora/integradora- y epistémica), Sociología, Psicología y de
Neurogenética. En 1964 se plantea la hipótesis de la existencia de una partícula “abstracción
límite”, base de todo el proceso material: la masa-propiedad inicial, la madre del resto de
masa. Es el intento por fundamentar científicamente, con sustento probatorio empírico, la
pregunta de la mente de los científicos: ¿por qué existe la materia? La intención proba ha sido
encontrar en el Universo la causa de su propia existencia, en oposición a las ideas de Hegel y
Spinoza, quienes han sostenido que “Dios es materia y conciencia”, para reposicionar el
apotegma monista de “masa, propiedades, movimiento”, o sea, sola y pura materia.
“Bosón de Higgs”: principio material de los hechos desplegados (“partícula Dios” en
términos periodísticos, enunciado que ha inducido a los teólogos a restaurar la maniquea
concepción cuántica, de que la “energía” está tras de todo, esto es, la nada, lo que no existe; lo
cual es una contradicción “in sujeto”, lógica, o su aserto es paralógico). En los propios hechos
estructurantes de la dimensión cósmica que sostiene y es el marco de vida para la razón, debe
encontrarse escondida, desplegada, en operación, la respuesta. La realidad debe ser un círculo
sin principio ni fin: viene del “infinito positivo” y se dirige al “infinito negativo”; macro y
micro cosmos (el mesocosmos es la dimensión, nido de la interrogación) se comprehenden, se
autogeneran, se suceden, se continúan, lo cual anula las nociones de principio y término,
finito e infinito; forma inacabada, parcial de este modo de ser es el movimiento circular de
los hechos conocidos: la traslación, por ejemplo.
Origen y tamaño del Universo (¿por qué existe?). Son inquietudes derivadas del
paradigma (es una pregunta tautológica, inasible, aporética); su solución reclama superar ese
modo de representarse la realidad, completamente signada por el impacto en la conciencia de
los procesos finitos, que constituyen el marco de la existencia cotidiana. Un ser nace y luego
muere, pero sostiene a la humanidad, que es más perenne; esta última es parte de la
naturaleza, cuya existencia es más prolongada, mientras que el Universo lo es en relación con
la materia. Los estados de transformación de la materia tiene origen y término, pero la
substancia material no detenta ese carácter; la eternidad de la vida orgánica se encuentra en el
proceso continuo de su renovación y su conversión en estados anteriores con la muerte. En el
plano material: causa primera y causa final, no existen; a su interior, en la operación de las
propiedades generatrices del movimiento, que necesariamente es cíclico, debido a que la
conmutación acumulativa de propiedades establece momentos (salto), aparece el fenómeno de
principio y fin.
El “valor agregado” filosófico de su obra: ¿en qué términos puede exponérselo?
“Entre estas y las otras”, se tiene la impresión, que en este documento se exponen
respuestas a las grandes preguntas filosóficas, que históricamente han asaltado la conciencia
de la humanidad de modo existencialista; o, por lo menos, se exploran explicaciones sobre la
naturaleza, la sociedad y el pensamiento no ortodoxas, al menos sugerentes. El quid, a efectos
de dar respuesta a su inquisición, está en efectuar un sucinto rodeo reflexivo sobre la
Filosofía.
A juicio personal, la Filosofía es una disciplina completa: saber y praxis cognitiva a la
vez; saber: concepción de propensión hacia la totalidad y a la objetividad; cognición: grandes
hipótesis que se convierten en tesis, a medida que el quehacer científico particular se
desarrolla. La Filosofía (ciencia madre) confiere los lineamientos maestros generales para el
trabajo de las ciencias positivas; mientras que los avances de éstas, consolidan a la Filosofía,
la amplían, sustentan y precisan. Según el carácter de su conformación, se compone de tres
partes: es saber totalizante objetivo (esa su diferencia con la Teología); es historia de ese saber
(de los diferentes tipos y etapas, la evolución de la producción del saber) y es método (si es
saber, debe dar cuenta del proceso de producción de ese saber).
Ahora bien, la Filosofía es ideología, en la acepción concreta de la palabra, en cuanto
los saberes se hallan divididos en el interior del modo de producción capitalista y en las
clasistas en general: como cosmovisiones idealista y materialista. En todo caso, la Filosofía es
Filosofía (totalidad del saber científico); la Teoría del Conocimiento es Teoría del
Conocimiento (metodología de la investigación); y la Epistemología es Epistemología
(“estudio de la producción y validación del conocimiento”; o mas sesudamente: práctica de
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