Bajar documento - La nueva concepción de la historia

está allí la posibilidad de que las personas tengan capacidad de reificar, o sea, de volver
material su querer, de hacer espiritual sus recursos materiales: de incorporar en su muy amplio
y versátil ámbito espiritual a la naturaleza entera (dixit Dr. Alfredo Castillo).
El trabajo (la propiedad privada) ha jugado roles fundamentales en las formas de
organización humana y en el tránsito de éstas hacia fases más evolucionadas. La propiedad
feudal europea, que toma apariencia estatal, permitió la superación de la esclavitud; el paso de
la forma nacional a la transnacional y global del capital en el Siglo XX, jugó un rol general y
progresista de orden técnico de primera magnitud; es obvio que lo hizo de modo
paralelamente obstructor del desarrollo de muchos sectores sociales (el “punto de no retorno”:
paradójicamente el capitalismo –la revolución proletaria- ha fijado este punto e incluso
acicatea a la especie a continuar; las tendencias “progresistas”: de izquierda, étnicas,
ecologistas, democráticas, populares, por su parte, habrían dado todo porque no se llegue
hasta allá y, lo que es más contraproducente: pugnan por poner en reversa la rueda de la
historia). El progreso actualmente en curso se encarrila sobre estructuras empresariales que
desarrollan la ciencia y la técnica, el que se ve forzado a ser socializado como única manera
de desarrollar el mercado y el comercio mundial (el salto del GATT a la OMC), con lo cual se
reduce también la brecha intelectual. El escenario despliega un nuevo amanecer en la historia,
y los procesos en los cuales se realiza este particular momento en el movimiento de la especie,
que no es otro que el de la ciencia y de la técnica como preocupación fundamental de la
humanidad, se producen fundamentalmente en los “medios de comunicación social”, los
cuales se transforman en los maestros colectivos, que son quizás una de las más grandes
potencias espirituales de un pueblo: el ordenador, el Internet, la TIC (Idem.).
Nuevamente, el teléfono celular, por ejemplo, por una parte ha resultado ser una
contratendencia tardía, efectiva para el destino del capitalismo, sobre todo en los anillos
periféricos; no obstante, este nuevo producto de la capacidad creativa aplicada, a la vez que ha
surtido efecto necesario en los apremios comunicacionales en la esfera de los negocios, ha
generado trabajo directo e indirecto, pero ha impulsado también la formación de la
subjetividad colectiva, fenómeno que de algún modo promueve el sentimiento crítico, puesto
que la información, aunque no sea estructurada y de que contempla direccionamiento previo,
abre el horizonte de la mente. En el mundo, en perspectiva, todo se vuelve complejo,
colectivo, indeterminado: es verdad; esto ocurre también con los Mass media; “aparatos
ideológicos”, que esperan sufrir también una significativa mutación: de agentes de
“alineación” de la conciencia, con su socialización: pasan a ser procesos muy movidos de
“purificación del espíritu”. En realidad, estas instituciones individualistas, de accionar
coherente con el modelo económico liberal, se transforman con el sostenido y progresivo
devenir del sistema que los sostiene y al cual han servido (se suprime su carácter económico,
político e ideológico y pueden pasar finalmente a ser órganos de la llamada “sociedad civil”:
se abole su función empresarial –acumulación-, la de desorganización de clase y la de
legitimación; cae el carácter “uno y trino” del capital: un solo Dios verdadero en tres
personas: Banca, Justicia y Prensa); específicamente, los “medios de difusión masiva” –de
idiotización: “herramienta política para volcar la opinión hacia un determinado lado”- sufren
triple transformación: 1) se vuelven de comunicación puramente aséptica, 2) se colectivizan y
3) dejan de ser instrumentos de “alienación”, al operar en el marco más amplio de
desactivación de las fuerzas que han promovido los individualismos, el status de las elites, de
los mesianismos, de los notables, de las personalidades: se retorna del monoteísmo al
politeísmo de las masas (las “fuerzas productivas” siempre se hallan a la vanguardia del
proceso de transformación: las “redes sociales” –tecnología electrónica- fracturan la
determinación unidireccional del plan de socialización -alineación- de los “medios de difusión
empresarial”; a propósito, este es uno de los casos que demeritan los razonamientos clásicos
de H. Marcuse, respecto de la “unidimensionalidad” 777 ). Es, a su vez, la época en la que la
“división del trabajo” se suprime, lo cual afecta también a los estilos del poder.
Las TIC: tomar la parte medular y el efecto de modelación civilizatorio de largo plazo
inherente a este forma de fuerza productiva. La reunión de los mecanismos de información y
comunicación permite la disposición de un tipo de conciencia omnipresente: su efecto,
777
El impacto de estas ideas es catastrófico: en Europa, en el 2011, en algunos países los padres se están
negando a vacunar a sus hijos, con lo cual se han restablecido varias enfermedades; en dichas afirmaciones han
tomado fuerza la Medicina Naturista, la curación con imanes, con agujas, etc.: la expresión irracional del
rechazo a la tecnología.
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